Todo lo que debes saber sobre el peso saludable en los niños
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Algunas recomendaciones se equivocan cuando se trata del peso en los niños, dice un experto. Esto es lo que debes hacer (y lo que no) para ayudar a tu hijo a mantenerse sano.
Por Sally Kuzemchak
Traducido por Ana Cristina González I Foto: Getty Images
Con todas estas discusiones acerca del sobrepeso u obesidad infantil, es natural que tengamos dudas como padres. Pero revisa antes de confiar en un programa de pérdida de peso para niños—o en profesionales de la salud que se enfocan en el peso de un niño antes de su salud, alerta Rebecca Scritchfield, RD, autora de Body Kindness. Recientemente, ella emitió una alerta roja sobre las nuevas recomendaciones propuestas por la Asociación Estadounidense de Psicología (APA) para niños con sobrepeso y obesidad.
Estas recomendaciones sugieren un mínimo de 26 horas de tratamiento familiar para la pérdida de peso, iniciado a la edad más temprana posible, cuando los niños son catalogados como obesos o con sobrepeso según su Índice de Masa Corporal (IMC).
Si bien ella concuerda en que algunos niños podrían necesitar cambios en sus hábitos de autocuidado, Scritchfield dice que le preocupa el enfoque de la APA. Algunas intervenciones sobre la pérdida de peso pueden sentirse como dietas—algo que los niños jamás deben hacer, agrega. “Si bien la intención puede ser ayudar a los niños a mejorar su salud física y mental, esto puede terminar en daños, exponiendo a los niños al riesgo desarrollar trastornos alimenticios, problemas con su imagen corporal, y aumento de peso,” dice Rebecca.
Usar el IMC para determinar quién necesita ayuda es una mala idea, dice. “Los valores IMC de niños con comparados a cómo crecían los niños en los años 1970,” dice Scritchfield. “Así que si tu niño crece más rápido que los niños promedio en los años 1970, su IMC podría estar en un percentil más alto solo por el tipo de medición que se está usando. El IMC es solo una guía. Los hábitos de tu familia y los resultados de laboratorio de tu hijo, como su índice glicémico, también son indicadores de salud física.” Además, los niños con IMC más bajos podrían tener comportamientos anormales de salud como trastornos alimenticios o trastorno por atracón. “Los niños que necesitan apoyo psicológico no tienen sobrepeso necesariamente, y los niños con pesos más altos no necesariamente necesitan atención psicológica”, dice.
Si tienes dudas con respecto a tu hijo, Scritchfield ofrece los siguientes consejos:
Presta atención a los hábitos de tu hijo, independientemente de su peso: En general, ¿se siente bien con su cuerpo? ¿Se mueve con alegría, disfrutando los deportes u otras actividades de su gusto? En general, ¿come una variedad de comidas que le gusta? Claro, a los niños les gustan las galletas y las papitas, ¿pero tu hijo sigue los patrones alimenticios de la casa a la hora de la comida y de escoger comidas que les gusta incluyendo aquellas opciones saludables?
Sé compasivo/a: El peso, por sí solo, no es un indicador de salud. Los niños crecen naturalmente, especialmente antes de la pubertad. Pueden ganar unos 9 kilos antes de que las hormonas se manifiesten. Si papá y mamá vienen de familias con cuerpos más grandes, por supuesto que lo más seguro es que el niño también vaya a tener un cuerpo y figura más grandes.
Hagan cambios a nivel de la familia: Las comidas familiares, el disfrute consciente de pasabocas, y dormir las horas suficientes son comportamientos que ayudan a todos en la casa.
Háblales a los niños de forma amable: Infórmale que su cuerpo es digno y está “bien” tal y como está, pero que el autocuidado es valioso en la familia. Dales a tus hijos tiempo para intentar diferentes comportamientos sin que los presiones demasiado. Si empujas, ellos se te alejarán. En cambio, diles que los amas, y que quieres que puedan sentirse bien con sus propios hábitos. Y si crees que tu hijo se beneficiaría con ayuda profesional, busca a un profesional que sea “neutral con el peso” o “inclusivo con el peso” en su trabajo—alguien que busque mejorar la salud física y mental, no lograr cierto número en la báscula.
Sally Kuzemchak, MS, RD, es una nutricionista registrada, educadora, y mamá de dos quien tiene un blog en Real Mom Nutrition. Ella es la autora de The Snacktivist’s Handbook: How to Change the Junk Food Snack Culture at School, in Sports, and at Camp—and Raise Healthier Snackers at Home. También colaboró con Cooking Light en el libro Dinnertime Survival Guide, que es un recetario para familias muy ocupadas. Puedes seguirla en Facebook, Pinterest, e Instagram. En su tiempo libre, ella llena y vacía el lavaplatos. Luego, lo vuelve a llenar.
Este artículo fue originalmente publicado en Parents.com
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