El humo de segunda mano está enviando a los niños a emergencias

 
 
 

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Cuando un niño inhala humo de segunda mano está ingiriendo 7 mil sustancias químicas, de las cuales cientos son dañinas y al menos 70 de las cuales se conoce que causan cáncer. No en vano un reciente estudio encontró que la exposición al humo del tabaco pone a los niños en un mayor riesgo de hospitalización.  

La investigación realizada por la Universidad de Cincinnati y publicada en la revista PLOS ONE encontró que, en comparación con los niños no expuestos, los niños que estuvieron en contacto con el humo de segunda mano tenían más probabilidades de haber visitado la sala de emergencias, y casi el doble de posibilidades de ser admitidos en el hospital, dentro de un período de un año. 

“A pesar de los grandes avances en el control del tabaco, aproximadamente cuatro de cada 10 niños permanecen expuestos al humo del tabaco”, dijo la autora principal Ashley Merianos, profesora asociada de promoción de la salud y educación en la Universidad de Cincinnati.

Los médicos de los pequeños pueden ser buenos aliados para evitar que los pequeños estén expuestos al humo de segunda mano. Y es que los autores del estudio dicen que los pediatras deben alentar a los padres y cuidadores a que hagan que sus hogares y autos estén libres de humo. 

“Si los proveedores de atención médica usaran cada visita pediátrica como una oportunidad para evaluar y aconsejar a los padres que fuman o vapean sobre los peligros de la exposición de sus hijos al humo de segunda y tercera mano, las tasas de exposición pediátrica al humo de tabaco disminuirían”, dice la médica de emergencia pediátrica y autora principal Melinda Mahabee-Gittens.

Los peligros del humo de segunda mano están firmemente comprobados. Según la Academia Americana de Pediatría, los bebés que viven con fumadores tienen un mayor riesgo de sufrir el síndrome de muerte súbita del lactante. Mientras que los niños que respiran humo de segunda mano tienen un riesgo elevado de desarrollar infecciones de oído, tos y resfriados, bronquitis y neumonía y caries dentales. Son más propensos a tener sibilancias, tener la nariz tapada y experimentar dolores de cabeza, dolor de garganta, irritación de los ojos, ronquera y dificultad para recuperarse de infecciones respiratorias. También pierden más días de clases y oportunidades deportivas, así como momentos divertidos con amigos.

Más vale prevenir, que lamentar

Si tu familia está expuesta al humo de segunda mano, tienes el poder de protegerlos. Aquí hay una lista de cosas simples que puedes hacer:

Haz de tu hogar un lugar libre de humo. Ten en cuenta que el humo viaja a todas partes, de una habitación a otra, arriba y abajo; penetra en muebles y alfombras. Además los acondicionadores de aire, los filtros de aire y las ventanas abiertas no eliminarán por completo el humo de segunda mano. Por esto, pídele a la gente que no fume en tu casa. 

Haz que tu carro esté libre de humo. Abrir las ventanas no es suficiente para despejar el aire. No fumes en tu auto ni permitas que otras personas lo hagan.

Mantén a tus hijos alejados de lugares donde haya fumadores. Siéntense en lugares públicos en los que no se puede fumar. Coman en restaurantes libres de humo.

Elige una niñera que no fume. El humo puede “esconderse” en el cabello y la ropa. ¡Asegúrate de que tu niñera sepa que nadie puede fumar cerca de tus hijos! Piensa en cambiar de niñera si ella fumase.

Si llevas a tus hijos a la guardería, elige una con una regla de no fumar. Los proveedores de cuidado infantil con licencia están obligados por ley a tener y cumplir la regla de no fumar.

Hazlo visible. Coloca un letrero de “Gracias por no fumar” en tu hogar, oficina y automóvil.

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