¿Acabas de tener un bebé? Adopta esta guía de supervivencia para las primeras 6 semanas

 
 
 

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Tus primeras semanas en casa con un nuevo bebé pueden ser incómodas y aterradoras. Esto es lo que puedes esperar y qué debes hacer para mantener la cordura.

Por Linda Estrin

Traducido por Ana Cristina González I Foto: Getty Images

Esta guía de supervivencia posparto reúne los consejos probados y verdaderos de nuestros expertos favoritos sobre cómo sacar lo mejor de este desafiante rito de iniciación.

Esto es lo que necesita saber:

Prepárate

En el hospital, tu bebé es examinado por el pediatra, quien te explicará cualquier curiosidad obvia (por ejemplo, marcas de nacimiento o una forma puntiaguda de la cabeza). Sin embargo, después de llegar a casa, tu bebé puede producir imágenes y sonidos inesperados, pero la mayoría son normales.

El Cordón Umbilical

El muñón del cordón puede parecer muy negro y rígido para un bebé tan pequeño. Esto esta bien; se caerá en tres semanas. Hasta entonces, mantenlo limpio (dobla los pañales hacia abajo) y seco (dale baños de esponja al bebé solo hasta que se caiga).

La Regurgitación

No te preocupes, solo ten a mano muchos pañales de tela. En el libro El Cuidado de su Hijo Pequeño (Bantam Books), de la Academia Americana de Pediatría (AAP), se presentan dos formas efectivas de disminuir esos reflujos, uno es hacer eructar al bebé cada tres a cinco minutos durante la alimentación y colocarlo en posición vertical en un asiento para bebés o cochecito inmediatamente después de alimentarlo. O simplemente haz lo que te resulte natural: Cargarlo.

La Caca

Al principio, la caca del bebé es de color verde negruzco, y luego se aproxima a ciertos tonos de verde, amarillo o marrón, y puede ser líquida, pastosa, granulosa o grumosa. A pesar de lo preocupante que parezca, todo es normal. Una ventaja de la lactancia temprana: La caca del bebé generalmente no huele en absoluto.

La Respiración del Bebé

No creerás lo que harás para escuchar a tu bebé respirar. Cualquier cantidad menor a 60 respiraciones por minuto es normal, así como las pausas de unos seis segundos, según el doctor en medicina Barton D. Schmitt, en el libro La Salud de tu Hijo. Toma nota de cualquier sibilancia o respiración rápida, ya que esto podría indicar un problema respiratorio.

La Hora del Baño

Bañar a un recién nacido puede ser un desafío. Puedes hacerlo sosteniéndolo en un tazón grande o en una tina de plástico, o mojando un paño y lavándolo en su mesa para cambiar pañales. Aquí tenemos otros consejos: El bebé necesita un baño completo sólo una o dos veces por semana, pero todos los días necesita “cabeza y colita” (un término de la escritora y experta en desarrollo infantil Penelope Leach). Esto significa lavar la cabeza, la cara y el trasero del bebé.

Asegúrate de que haya sido alimentado (pero no justo antes del baño), que la habitación esté cálida y que tengas todo listo (no puedes descuidarlo ni por un nanosegundo).

Primero lávale el cuero cabelludo con champú (solo una o dos veces por semana), protegiendo del agua a los ojos del bebé. Apoyando su cabeza, comienza a lavar al bebé de arriba hacia abajo, usando un paño suave y agua del grifo o un jabón suave para bebés. Moviéndote hacia abajo, asegúrate de entrar en todos los rincones y recovecos. Asegúrate de lavarle bien la cara. Si se deja leche y la regurgitación alrededor de la boca, eso puede causar sarpullido. Lava los párpados y debajo del mentón. Enjuaga bien al bebé y sécalo con una toalla.

Pasar la Noche

Debido a que sus diminutos estómagos no pueden contener mucha leche, los recién nacidos deben ser alimentados con frecuencia, que es una de las razones por las que se despiertan con tanta frecuencia. Aún así, puedes comenzar el proceso de hacer que toda la familia siga el mismo horario.

  • Establece una rutina desde el principio: Bañarse, vestirse, jugar y pasear por la cuadra aproximadamente a la misma hora todos los días.
  • Coloca a tu bebé en la cuna mientras está somnoliento. De esta forma aprende a dormirse solo y asocia la cuna con la hora de dormir.
  • Envuélvelo. Los propios movimientos de un bebé sin envolver pueden asustarlo y despertarlo. En el libro Bebé y Niño (Knopf), Penelope Leach escribe: “Por la noche lo quieres envuelto de manera tan segura que no se despierte ni siquiera durante los períodos normales de sueño ligero”. Mantenlo boca arriba para reducir el riesgo del síndrome de muerte súbita del lactante.

Leach también sugiere “mantener las alimentaciones nocturnas lo más somnolientas y breves posible”, y agrega que “cuando el bebé llore, acércate a él de inmediato para que no tenga tiempo de caer en el sufrimiento de un desvelo. No juegues ni hables mientras lo alimentas”. Llévalo a la cama contigo si quieres que vuelva a dormirse rápidamente.

Los recién nacidos suelen dormir cuatro horas seguidas y un total de 16 horas o más al día. En cuanto a lo silenciosa que debe estar la casa mientras el bebé duerme, Leach dice lo siguiente:

“Un bebé dormido no tiene por qué significar un hogar silencioso. Los sonidos y actividades comunes no le molestarán a esta edad temprana. Sin embargo, si todos se mueven con cautela y hablan en susurros mientras duerme, puede llegar un momento en que no pueda dormir a menos que todos se mantenga así. Por lo tanto, es importante dejarlo dormir con el nivel de sonido que sea normal en el hogar para que no espere una tranquilidad que hará que las vidas de todos se convierta en un suplicio.

Calmar el Llanto de un Bebé

El llanto es el único medio que tiene un bebé para comunicarse. El dilema es: ¿Qué te está diciendo?

Échale un vistazo. ¿Tiene hambre? ¿Demasiado frío o calor? ¿Su sábana o su ropa está enredada? ¿Su pañal está sucio? ¿Las luces son demasiado brillantes, los ruidos demasiado fuertes? ¿Está bien eructar? ¿Esta enfermo?

Si has pasado por esto y has hecho bien las cosas, pero el bebé sigue inconsolable:

  • Haz pruebas para descubrir la forma más cómoda para mecer al bebé (de un lado al otro, de adelante hacia atrás), hablarle y cantarle.
  • Dale palmaditas o frótale la espalda.
  • Camina con el bebé.
  • Ofrécele el pecho, un chupete o el dedo para que chupe.
  • Envuélvelo.

Todos los bebés tienen su período de irritabilidad a lo largo del día (para muchos es entre 6 y 10 p.m.). En cierto momento, no hay nada que se pueda hacer. Aunque tratar de calmar a un bebé angustiado puede ser exasperante, siempre hay que responder al llanto. “No vas a malcriar a un bebé prestándole atención; y si respondes a sus pedidos de ayuda, en general llorará menos”, sugiere la AAP.

Qué hacer por ti

La recuperación física del parto, junto con la falta de sueño, pueden conspirar para hacer mella en tu autoestima materna. Particularmente para una madre primeriza que antes había pasado años siendo independiente, el darse cuenta de que es responsable de otro ser humano tan dependiente de ella, puede provocarle un gran desconcierto. Para ayudarte a superar este período, esto es lo que te debes a ti misma…

  • Duerme lo suficiente. Sí, claro, es lo que probablemente estás pensando. Sin embargo, Schmitt propone que “la manera de evitar la privación del sueño es saber la cantidad total de sueño que uno necesita por día y hacerlo por partes. Ve a la cama más temprano en la noche. Cuando tu bebé duerma la siesta, también debes tomar una siesta”.
  • Toma descansos. Sal a caminar, no importa lo corto que sea; haz tus propias diligencias para salir. Por supuesto, esto implica pedir ayuda a tu cónyuge, a otros familiares o amigos. Si es necesario, contrata a alguien. Considéralo un dinero bien gastado.
  • Involucra al papá. Permítele que cuide al bebé para que tengas tiempo a solas. (Incluso podrías conseguir el apoyo de él, otro familiar o un amigo para que te prepare una comida).
  • Sigue comiendo adecuadamente y sigue tomando tus vitaminas. Acepta que el progreso ahora es gradual. Divide los proyectos en tareas más pequeñas. Lava un par de platos a la vez si es necesario.
  • Usa un portabebés delantero que se ciña cómodamente y que no quede colgando para poder trabajar mientras cargas al bebé. Estar cerca de ti es familiar; le encantarán los sonidos y las sensaciones, y quizás hasta tome una siesta.
  • Delega más. Recluta a todos y cada uno de los visitantes. Recuerde lo que dicen: “Se necesita todo un pueblo para educar a un niño”.

Puedes ser vulnerable a los consejos no solicitados, así como a los comentarios desacertados, aunque bien intencionados de amigos y familiares. Si alguien no aprueba tus técnicas de crianza, Leach sugiere prestarle un libro para padres que respalde tu filosofía (luego programar una conversación sobre las diferencias en sus opiniones).

Resiste

Las primeras seis semanas pueden ser una verdadera prueba. Tú y tu bebé se están conociendo, y tú y tu pareja se están adaptando a sus nuevos roles. Aférrense a la idea de que en unas seis semanas serán recompensados con uno de los hitos más gratificantes en toda su carrera como padres: Tu bebé les regalará una sonrisa genuina. ¡Sí!

Este artículo fue originalmente publicado en Parents.com

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