5 mitos sobre el bilingüismo durante el crecimiento

 
 
 

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Los expertos desacreditan los conceptos erróneos comunes y ofrecen sus mejores consejos para preparar a su hijo para el éxito en español.

Por Holly Pevzner / Foto: Getty Images

Si de enseñar español a sus hijos se trataba, Marianna Du Bosq nunca tuvo dudas de que los criaría para ser bilingües. Ella es de Venezuela y pasó su niñez hablando español. “Investigué los beneficios del bilingüismo e incluso tenía un plan para antes de que mi hija naciera”, dice Du Bosq, que reside en Alexandria, Virginia. Estaba preparada pero tan pronto como notó diferencias entre su hija, que tenía en ese entonces dos años, y la mayoría de sus amigos monolingües, comenzó a dudar. “Todos decían más palabras que ella”, recuerda Du Bosq. Pero pasados unos meses, su vocabulario floreció—tanto en inglés como en español. “Mi hija no solo los alcanzó, sino que los superó”. La preocupación de Du Bosq no es poco común. “A muchos padres les preocupa que el bilingüismo cause trastornos del desarrollo del lenguaje. No es así”, dice Elizabeth D. Peña, Doctora, directora de Habilidades Humanas de Bilingual Language Acquisition Laboratory de la Universidad de California, Irvine.

Si bien Du Bosq pudo superar sus preocupaciones, no es fácil para todos. “Sobre todo cuando personas como médicos, patólogos del habla y el lenguaje y maestros perpetúan los mitos”, dice la Dra. Peña. ¿Cuál es la mejor forma de acabar con los conceptos erróneos? Demuestra con hechos. Aquí, superamos los obstáculos bilingües más comunes para ayudar a tu hijo a desenvolverse en inglés y en español.

Mito 1: Aprender dos idiomas es muy confuso. 

“Lo había escuchado de todo el mundo—incluso de la maestra de mi hijo mayor”, dice Sonia Smith-Kang, de Los Ángeles. “Ellos decían que es muy difícil y confuso criar hijos que hablen más de un idiomas”. Pero como madre México/Afrodescendiente, que creció hablando español, Smith-Kang se sentía muy convencida de transmitir el idioma de su familia a sus cuatro hijos, de igual manera su esposo, que es coreano. ¿Suelen cambiar entre inglés, español y coreano? Sí. ¿Están confundidos? No

“Son los adultos los que se confunden y malinterpretan el proceso de aprendizaje natural del niño como confusión”, afirma Alejandro E. Brice, Doctor, profesor agregado/ ESOL y ciencias y trastornos de la comunicación en la Universidad del Sur de Florida en San Petersburgo. “Entre el 50 y 80 por ciento de la población mundial es bilingüe. ¿Ustedes creen que todas esas personas están confundidas? Por supuesto que no”. En lugar de eso, lo que se percibe como confusión—la mezcla de códigos o el uso de palabras de dos idiomas en una oración— es simplemente una señal de que los niños están copiando lo que escuchan en sus propias familias, según un estudio de 2013 en LEARNing Landscapes. También muestra ingenio.

“Los niños bilingües usan las herramientas con las que cuenta, es decir, sacan de los dos idiomas”, explica el Dr. Brice. “A veces, es más fácil transmitir un mensaje en un idioma que en otro”.

Además, todos los niños cometen errores a medida que van aprendiendo y en el caso de los niños bilingües, las dificultades en inglés pueden estar influenciadas por el español “En español, la frase ‘no tiene’ la traducen al inglés como ‘he o she no have’ y para un niño, esa estructura es más lógica que incluir la palabra doesn’t”, dice la Dra. Peña. De igual forma, los adjetivos en español se usan después de un sustantivo: “Carro rojo” es traducido literalmente como “car red”, así que un niño podría decir “I want car red” porque aplican el español al inglés. “Si un niño no conoce las formas correctas, parece que no tiene un buen manejo de la gramática, pero es posible que todavía esté aprendiendo”, dice la Dra. Peña.

Mito 2: Para un niño es imposible aprender español si solo lo hablan sus padres.

“Sería mucho más simple si mi esposo también hablara español”, dice la méxico-americana María Palazzolo, madre de Massimo, de 5 años, en Long Beach, California. Palazzolo tiene razón; es más fácil si ambos padres hablan el idioma, pero eso no significa que no puedas tener éxito. “Puede lograrse si solo uno de los padres lo habla”, dice el Dr. Brice. “Pero sí es cierto que requiere de mucho esfuerzo, disciplina y ayuda externa”. Suerte para Palazzolo, que su madre, quien no habla inglés, vive cerca. “La vemos un par de veces a la semana—ella y Massimo siempre están en la cocina, cocinando juntos”, dice Palazzolo. “Ella le pide que traiga los ingredientes y que le ayude a pelar los vegetables y él le pide que pruebe las cosas”. No solo Massimo tiene que hablar español para comunicarse con su abuela, sino que también hace lo que le gusta. Ese es el gancho que necesitan los niños bilingües.

“Tienes que poner a tus hijos en situaciones en las que deben usar el español, que puedan disfrutar y que usen el idioma para poder comunicarse”, explica Erika Hoff, Doctora, investigadora principal en Language Development Lab en la Universidad Florida Atlantic en Davie. “Para ellos es importante ver que hablar español tiene un valor funcional”. Si no puedes tener esa mezcla entre diversión y actividad con la familia cercana, tienes opciones como clases de idiomas tradicionales, escuelas de inmersión y grupos de juego bilingües, que brindan esa interacción. Para abordar esta necesidad, Palazzolo comenzó su propio programa de educación temprana en español, The Family Nest o El Nido Familiar, cuando Massimo tenía casi dos años. “Quería darle a mi hijo y a la comunidad más oportunidades de hablar español en un ambiente divertido”, dice. Sus clases— desde cocina hasta ciencias—se enseñan en español el 95 por ciento de las veces. “Aquí también hacemos amistades, así que las familias continúan hablando español juntas fuera de clase”.

Mito 3: Los niños bilingües la pasan mal en la escuela.

“Cuando Noah estaba en preescolar, su maestra decía siempre que estaba atrasado con respecto a los demás niños en cuanto a la lectura”, recuerda Danella García, una madre venezolana-estadounidense, con dos hijos, de Brooklyn, Nueva York. “Además, otras personas decían que Noah no hablaba claro para su edad”. Si bien la maestra de Noah nunca señaló explícitamente su bilingüismo, García sospechó que ese podría ser el problema, porque ella solo hablaba español en casa. “Tengo amigos y familiares que dejaron de presionar a sus hijos en español cuando ocurrieron baches similares en la escuela”, dice. Pero García no quiso hacer lo mismo y, en cambio, inscribió a Noah en un programa de idioma dual donde floreció su desarrollo del lenguaje.

“No es poco común para los niños bilingües parecer que van atrasados y tener problemas académicos temporales”, dice el Dr. Brice. Por ejemplo, puede que un niño en edad preescolar bilingüe no sepa tantas palabras en inglés como sus compañeros monolingües, pero probablemente se deba a que sus palabras se dividen en dos idiomas. “Debemos considerar las habilidades de un niño como un todo”, dice el Dr. Brice. “Un padre debe preocuparse solo si el niño no puede expresarse adecuadamente en uno o ambos idiomas combinados”.

De igual manera, los niños bilingües podrían tener algún retraso temporal en el aprendizaje de la lectura. “Están haciendo malabarismos con dos sistemas de sonido simultáneamente que no encajan perfectamente”, dice el Dr. Brice. Esto quiere decir que los sonidos de uno y otro idioma no se parecen siempre. Por ejemplo, el sonido sh no tiene un correspondiente en español. Así que un niño que haya estado hablando mayormente en español, podría sustituir el sonido sh con lo que más se le parezca en español, por ejemplo,ch. “Ser capaz de identificar y decir estos sonidos se llama conciencia fonémica y es un requisito previo para poder leer”, dice el Dr. Brice.

¿Cuáles son las buenas noticias? Como no hay una discapacidad real en la lectura (y si la hubiera, pasaría con ambos idiomas), a conciencia fonémica es una habilidad que los niños bilingües pueden aprender con relativa rapidez con la instrucción adecuada, según un informe de Early Childhood Research Quarterly. “Casi siempre, estos niños solo necesitan tiempo, una buena exposición, la capacidad de practicar y el apoyo del hogar y la escuela”, dice el Dr. Brice.

Además, numerosos estudios han demostrado que el bilingüismo beneficia las habilidades cognitivas, sociales y de comunicación de los niños. Un informe de 2017 en la revista Developmental Science reveló que, en comparación con los niños monolingües, los niños de preescolar bilingües tienen un mayor control inhibitorio, que es la capacidad de poner un límite a las reacciones impulsivas, como intervenir en clases en voz alta o levantarse durante la hora del círculo. Cuando los niños bilingües eligen hablar en su segundo idioma, están reprimiendo su reacción instintiva para responder en su idioma dominante. Existe otra ventaja: los niños bilingües también parecen tener una memoria de trabajo más fuerte que sus compañeros monolingües, que abarca la comprensión lectora y la computación aritmética, según un estudio de 2013 de niños de 5 a 7 años en la revista Journal of Experimental Child Psychology.

Mito 4: Los niños automáticamente aprenden español si lo escuchan de sus padres.

“Los niños no son esponjas”, dice el Dr. Hoff. “Si un niño no cuenta con suficiente apoyo de su entorno, no hay nada mágico en su cerebro que haga que absorba el idioma que está escuchando”. La cuestión es que antes de que los niños inicien el preescolar o la guardería,  puede parecer fácilmente que están absorbiendo el idioma sin esfuerzo. “En realidad pensé que bastaba con que les hablaba español a mis hijos y ellos lo aprenderían”, dice Marina Ilari, de Milwaukee, y así fue. Cuando la madre argentino-estadounidense estaba en casa con Santino, de cinco años, y Nina, de dos, el español era siempre el idioma dominante y los niños lo hablaban con fluidez. Pero tan pronto como Nina entró a la guardería y Santino comenzó el preescolar, las cosas cambiaron. “Los dos regresaban a casa hablando inglés mayormente y su español comenzó a decaer”, dice Ilari. “Si bien no se trata de una ciencia exacta, los niños deben estar expuestos en un 30 a 40 por ciento al segundo idioma para que puedan hablarlo con fluidez”, acota Dr. Brice. Cuando los niños inician clases en una escuela donde el idioma dominante es inglés, ese equilibrio se ve afectado. “Estaba consciente de que en ese punto debía ponerme creativa para poder aferrarnos al español”, dice Ilari. Comenzó a programar citas de juegos regularmente para con algunas familias bilingües amigas. “Animábamos a los niños para que hablaran español mientras jugaban”, dice ella. Los niños podrían cambiar a inglés cuando las madres no estén prestando atención pero aún así, ayuda el hecho de estar expuestos al idioma español. “Al tener el ejemplo de otros niños hispanoparlantes contribuye a que los niños se sientan que no son unas personas raras, lo cual es importante cuando los niños inician la escuela y todo lo que les rodea están en inglés”, dice la Dra. Peña.

¿Qué más es importante? Tomar un rol activo en la inmersión bilingüe de tu hijo llegando a su nivel. Palazzolo llenaba una piscina para niños con arena y ponía dentro cosas como manzanas, cucharas y conchas marinas. “Nombraba los objetos y Massimo los buscaba”, recuerda. “No solo oía las palabras, sino que tocaba y sostenía los objetos y eso establecía una conexión mucho más real”. De forma similar, Ilari decidió que todos los juguetes de los niños “hablaban” solo español. “Con Santino, juego mucho con los autos, y cada uno tiene una voz diferente, pero todos hablan solo español”, dice Ilari. “Si responde en inglés, hago como que el auto no entiende hasta que lo intenta en español”. Eso— más la hora de los cuentos en español, los cantos y los programas de televisión— se suma al aprendizaje.

Sin importar los obstáculos que se presenten en el camino hacia el bilingüismo, Du Bosq fomenta la perspectiva y el apoyo—no solo para el niño. “Si bien mi hija necesita estar rodeada de otros niños bilingües y sumergida en una atmósfera de apoyo, yo también necesito a otros padres bilingües. Incluso podría ser más importante para mí”, dice. Con ese fin, justo cuando su hija comenzó a hablar, Du Bosq comenzó el programa Bilingual Avenue, un podcast para los padres. “Estar rodeado de otras familias bilingües ayuda a que todos se sientan menos solos y más motivados en este viaje. Además, podemos recordarnos unos a otros que realmente vale la pena. Esto marcará una gran diferencia en la vida de nuestros hijos”.

Mito 5: Múltiples idiomas ocasionan más retrasos en el habla para los niños con autismo.

Si bien el autismo casi siempre lleva consigo retrasos en el habla, no hay evidencia de que exponer un niño autista a varios idiomas lo complique más. De hecho, los autistas bilingües tienen más flexibilidad cognitiva que los autistas monolingües, según los resultados de Child Development (Desarrollo Infantil). En este estudio, se les pidió a niños autistas monolingües y bilingües que clasificaran imágenes según su forma y luego cambiaran y ahora las clasificaran según su color. Los niños bilingües lo hicieron mejor que los otros niños, lo cual es importante porque los niños autistas casi siempre encuentran difícil cambiar de tema. Se cree que la flexibilidad mental que se ejerce al usar dos idiomas prepara al cerebro para adaptarse a otras circunstancias cambiantes.  “Nuestro estudio demuestra que reprimir a un niño autista de aprender un segundo idioma podría limitar sus oportunidades”, dice la autora principal del estudio, Aparna Nadig, Doctora “Ahora sabemos que la flexibilidad cognitiva en el bilingüismo puede abarcar a niños que tienen un trastorno del espectro autista”.

Este artículo titulado ‘Growing Up Bilingual’ se publicó originalmente en la Revista Parents Latina

Este artículo fue originalmente publicado en Revista Parents Latina

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