Tus hijos también pueden sufrir agotamiento. Aquí te mostramos cómo ayudarlos

 
 
 

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Si tu hijo se esfuerza constantemente por alcanzar la perfección, es probable que se enfrente al agotamiento al igual que tú. Ayúdalo a desarrollar hábitos saludables y equilibrados para que pueda prosperar en su entorno.

Por Emma Sutton-Williams 

Traducido por Ana Cristina González I Foto: Getty Images

Ansiosa, busqué mi nombre en la lista de asientos junto con los demás aspirantes de quinto curso. Era mi primer día en Cincinnati Junior Strings, el momento que decidiría mi destino como concertista de violín, y allí estaba escrito, todos podían verlo: Emma Sutton, última silla. Se me cayó el alma a los pies. A duras penas fui aceptada en la organización. Tenía la posición de un don nadie. En ese momento, me di cuenta de que mi asiento determinaba de algún modo mi posición social entre los demás niños. Dentro de la orquesta, las madres hacían hincapié en una jerarquía basada en el talento, que determinaba tu valor en el grupo. Después de llorar a mares y comerme un tazón de helado, me sentí motivada a ganarme un asiento al frente e ideé mi nuevo superpoder: la ética de trabajo. No era la niña más dotada de la orquesta, pero me obsesioné con trabajar más que los demás. Esta desequilibrada obsesión por la perfección fue provocada por mi anhelo de encajar en la definición de éxito de la sociedad.

Como muchos niños a esa tierna edad, era impresionable y estaba ansiosa por complacer a los demás. Mi malsana obsesión por complacer a otros me hizo trabajar compulsivamente durante muchas horas, lo que me ocasionó ataques de pánico y ansiedad, todo en nombre de la perfección. La psicóloga infantil Francyne Zeltser, Doctora en Psicología, dijo que yo mostraba una reacción muy típica del agotamiento: “irritabilidad, ansiedad, dudas o resistencia cuando se me pedía que hiciera una actividad que antes me resultaba agradable”.

Debido a la educación a distancia desde el hogar y las crecientes expectativas, los niños son más propensos a sufrir agotamiento. “En este último año, los niños han tenido menos oportunidades de encontrar un equilibrio”, dice la Dra. Zeltser. Se esfuerzan por complacer a sus padres, a sus compañeros y, sobre todo, a sí mismos. Tenemos que equilibrar estas expectativas y ayudar a los niños a tener la mentalidad adecuada para la vida y para que puedan cumplir sus objetivos. A continuación, los expertos nos dicen cómo hacerlo.

Ten una comunicación abierta

La ansiedad por el éxito puede paralizar a los niños y hacer que se retraigan de la vida. La Dra. Zeltser advirtió que, cuando los niños se sienten forzados a hacer una actividad o se sienten poco preparados para participar, “tendrán más resultados negativos que positivos”. Explicó que los niños tienden a no articular sus necesidades. Es por esto que animarles a discutir por qué no quieren hacer algo puede ayudarles a procesar sus pensamientos y a entender qué es lo que los aleja de una actividad específica. Mantener esta línea de comunicación abierta los ayudará a expresar sus sentimientos en el futuro.

Programa tiempo para descansar

Cuando somos jóvenes, nos sentimos tan presionados por el tiempo que intentamos absorberlo todo de golpe. Algo tan sencillo como imponer descansos es un modo para recuperarse del exceso de información. “Nuestros cerebros son como esponjas”, afirma el psicólogo Scott Bea, de la Clínica Cleveland, en su blog Health Essentials. “Los cerebros sólo pueden absorber cierta cantidad de información antes de saturarse. Después, tienen que descansar un poco”.

La Dra. Zeltser también sugiere mantener una rutina flexible para que los niños se sientan cómodos pidiendo descansos cuando no puedan seguir. Esta elasticidad ayudará a mantener abierta la línea de comunicación y permitirá que tu hijo mantenga encendida la chispa interior de alegría, a la vez que lo motivará a perseguir sus sueños. Cuando crecí, mi padre me dio una agenda para enseñarme autodisciplina y organización. Fue liberador cuando aprendí a planificar el tiempo de descanso entre mis estudios. Incluir un receso en mi rutina me permitía no sentirme culpable cuando disfrutaba del descanso o jugaba con mis amigos, porque cumplía mis objetivos paso a paso.

Acalla su crítica interior

Después de horas de estudio, a veces tu hijo puede sentir que nada de lo que hace es suficientemente bueno. Este proceso puede generarle dudas sobre sí mismo y alejarlo del buen desempeño. Me puse en contacto con Noa Kageyama, psicólogo de rendimiento de la Escuela Juilliard, para saber por qué ocurre esto. Kageyama me explicó el proceso que sigue un joven músico. Expuso que “cuando llega el momento de la presentación, tienen que dejar el autocontrol, la evaluación, la resolución de problemas y limitarse a tocar, centrándose más en lo que quieren”. Como todo, esto requiere práctica. En su opinión, la hermana Corita Kent, artista, educadora y defensora de la justicia social, describió mejor este proceso cuando dijo: “No intentes crear y analizar al mismo tiempo”. Dividir el tiempo de estudio entre la autoevaluación y el ensayo de nuevas ideas sin juzgarlas, les permitirá acallar su crítica interior, aumentar la confianza y dejar que florezca la creatividad.

Apoya la creatividad

En una entrevista de la revista CEO Magazine, la Dra. Brené Brown afirmó sabiamente que “no hay innovación ni creatividad sin fracaso”. Cuando fomentamos un entorno experimental abierto a la vulnerabilidad en lugar de definir algo como correcto o incorrecto, cambia la percepción del fracaso que tienen nuestros hijos. Enseñarles a los niños que el fracaso es una oportunidad para aprender afectará la manera en que procesan los acontecimientos de la vida y cambiará su perspectiva. Catherine Cho, mi antigua profesora de violín, trabaja en Juilliard con niños excepcionalmente dotados que experimentan una gran presión por tener éxito. Cho promueve una mentalidad de crecimiento y dice: “El fracaso es una palabra que no uso cuando enseño, ya que es el enemigo del progreso”. No fracasaron, simplemente encontraron otra forma de no hacer las cosas. De ese modo, sustituyen la vergüenza por un nuevo logro. Cho cree que “la vulnerabilidad es donde nacen la creatividad y la innovación… Es importante inculcar un sentido de bienestar holístico para apoyar la verdadera excelencia”.

Aquella joven violinista que pensaba que su destino estaba determinado por su asiento descubrió que cada día era una nueva oportunidad llena de infinitas posibilidades, y hoy tu hijo también puede hacerlo.

Este artículo fue originalmente publicado en Parents.com

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