Tu pequeño sabe más de lo que piensas
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Si hay un gran error en el que caemos la mayoría de los adultos es asumir que los pequeños tienen una percepción limitada. Aunque el desarrollo cerebral de los niños y niñas ocurre simultáneamente con el resto de su cuerpo, los niños son seres humanos desde el momento de su nacimiento y cada día que pasa se vuelven más perceptivos y capaces.
Háblales claro: Si claro los niños son una ternura absoluta, eso no significa que constantemente tú dejes de ser adulto y olvides cómo hablar. La única forma en que los pequeños aprendan a hablar correctamente es si tienen un buen ejemplo. ¿De qué forman va a saber un niño que un perro se llama perro, si tú lo llamas gua, gua igual que él?
No le mientas: Aunque sí debas tener cuidado con el tipo de lenguaje con el que te expresas alrededor de tus hijos, esto no quiere decir que debas mentirles. Si tus hijos te hacen una pregunta, busca la manera adecuada de contestarles lo más francamente posible. Los niños no son tontos y tarde o temprano sabrán que les mentiste. No querrás que tus hijos se queden con ese mal sabor.
Evita tapar el sol con un dedo: Los niños tienen una increíble sensibilidad. Ellos pueden percibir las tensiones, tristezas y demás malestares de su hogar. De nuevo, no es que ellos necesiten saber todo lo que sucede a detalle, pero no trates tampoco de pretender que todo esta de maravilla.
Déjalos pensar: Si deben resolver un problema de matemáticas, descubrir cómo abrir la puerta de su armario de juguetes o recordar algo que aprendieron, déjalos intentar. Tus hijos agradecerán que los dejes superar sus propios obstáculos y los estarás preparando para la vida real.
Foto: iStockphoto
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