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Pocas cosas producen tanto orgullo como los logros de los hijos. Desde el momento en que dicen su primera palabra y a lo largo de su vida, las mamás viven en una nube de amor que las hace pensar que no hay niños más inteligentes en el mundo que los suyos. La verdad es que sólo una pequeñísima porción de los niños que nacen en el mundo cada año tienen verdaderas probabilidades de ser genios. Los expertos nos dan 10 pistas para tener en cuenta si es que estás pensando que tu pequeño podría estar dentro del grupo de humanos con inteligencia superior.

Retiene información sin problemas: Muchos niños parece que ni siquiera escucharan a sus padres y suelen recordar la mitad de lo que se les dice. Un niño con inteligencia superior es muy bueno memorizando datos, formas, colores y detalles complejos; por ejemplo, puede que vaya a una obra de teatro y al regresar a casa recite pedazos enteros del diálogo.

Tiene varios intereses: Desafortunadamente muchos niños genio son malentendidos como dispersos, cuando la verdad es que su mente no se sacia de conocimiento y aprendizaje. Puede que un día esté leyendo sobre la evolución de los dinosaurios y al siguiente muera por tomar clases de ajedrez.

Aprende a leer y a escribir rápido: No sólo se adelanta a los niños de su edad en este proceso, sino que muchas veces lo hace solo o casi solo, sin haber tenido ningún tipo de educación formal.

Pasión por el arte: La mayoría de los niños genio llevan innata la habilidad y pasión por las artes. Es normal que les guste y se les facilite tocar instrumentos musicales o pintar.

Tiene periodos de intensa concentración: A diferencia de la mayoría de los niños, aquellos con inteligencia superior pueden pasar horas concentrados en una sola tarea.

Amplia memoria: El hecho de que tu hijo recuerde, por ejemplo, episodios de cuando era un bebé puede ser señal de genialidad.

Maneja un amplio vocabulario: Los niños superdotados aprenden a utilizar terminología compleja y “palabras de adultos” de manera correcta.

Percibe los detalles: Este tipo de niños notan rápidamente cambios y detalles, por más mínimos que estos sean, como un cambio de posición en los muebles. Uno un poco más grandecito podrá mostrar interés por cosas como el interior de un reloj.

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Son críticos de sí mismos: A menudo hacen análisis de sus capacidades, logros y fallas.

Entienden conceptos complejos: Estos niños logran analizar y entender ideas complejas de conversaciones, libros, películas y hasta incógnitas que surgen en su propia mente.

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