¿Sabes reconocer los síntomas de la apendicitis?

 
 
 

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La apendicitis es una enfermedad difícil de diagnosticar. Nunca me olvidaré de esa sensación de malestar que tenía en la clase de cerámica. Sentada en un taburete incómodo cambiaba constantemente de posturas para aliviar esa sensación misteriosa y tan molesta. Sospeché que algo me había caído mal o que tenía un virus estomacal. Como era la primera clase, me forcé a quedarme hasta el final. Pero cuando llegué a la casa el dolor era tan insoportable que me acurruqué en posición fetal, y en ese momento sabía que era hora de ir al hospital.

Así fue como empezó mi apendicitis a los 24 años. No tenía ni idea qué era lo que me aquejaba, pero más sorprendente aún fue que los médicos tampoco lo descubrieron hasta más 12 horas en la sala de urgencias.

Los síntomas de la apendicitis–dolor estomacal, fiebre, vómitos, falta de apetito, náuseas y diarrea– son tan comunes que se pueden confundir fácilmente con otras enfermedades. Pero si la apendicitis no se diagnostica y no se trata a tiempo, el apéndice puede perforarse y por ende causar una infección abdominal (peritonitis). El tema se complica aún más cuando se trata de niños pequeños, dado que no suelen tener la capacidad para expresarse y describir bien sus síntomas. Por eso el 80 por ciento de los niños menores de 3 años, llegan a la sala de operaciones con el apéndice ya perforado.

Hay algunos indicadores que la difieren de otras enfermedades. Primero, el dolor comienza alrededor del ombligo pero gradualmente se traslada al cuadrante derecho inferior del abdomen. La otra manera de reconocer la apendicitis es si el paciente siente mucho dolor cuando se le presiona esta zona del abdomen y súbitamente se le retira la mano (signo de rebote).

En todo caso, usa el sentido común. Si tu hijo tiene un dolor estomacal persistente, consulta al médico. Como quien dice, es mejor prevenir que lamentar.

 

Foto: Hemera

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