¿Por qué la educación sexual debe ser enseñada lo antes posible?
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Olvídate de los mitos: los niños deben aprender sobre educación sexual en la escuela y en casa. Los expertos explican por qué debe empezar cuanto antes y ofrecen consejos a los padres.
Por Alex Hazlett
Traducido por Ana Cristina González I Foto: Getty Images
Ayudar a sus hijos en la educación sexual no es una actividad que muchos padres esperen con ansias. Recordar sus propias experiencias, que quizás fueron limitadas o incómodas, en la escuela secundaria o en el instituto puede ser de poca ayuda a la hora de mantener estas conversaciones con sus hijos, pero hacerlo es importante.
Solo 30 estados (y el Distrito de Columbia) exigen a las escuelas que enseñen educación sexual. Además, de acuerdo con el Guttmacher Institute, que supervisa la salud y los derechos sexuales y reproductivos, solo 18 estados exigen que información sea médicamente precisa. Asimismo, la educación sexual no ha sido inclusiva con el colectivo LGBTQ+ históricamente. Esta brecha es tan amplia que hay todo un género de contenido de educación sexual en TikTok creado por médicos para responder a las preguntas de los niños.
En mayo, se extendió por internet un debate desagradable sobre la educación sexual actual luego de que el New York Post escribiera sobre las clases impartidas en el colegio privado Dalton en Nueva York. En el artículo, se difama púdicamente la labor de la educadora sanitaria Justine Fonte. Además, describe de manera errónea la información que ella compartía con sus jóvenes alumnos, que de hecho se ajustaba a las normas reconocidas a nivel nacional en materia de educación sexual integral. Conocer las mejores prácticas en materia de educación sexual puede ayudar a los padres, cuidadores y educadores a apoyar a los niños para que desarrollen relaciones saludables de todo tipo a medida que crecen.
Se debe empezar por lo básico
En los primeros años de la primaria, la “educación sexual” se considera más bien como “educación sobre la sexualidad”, el cual es un término más amplio que abarca diversos temas como el género, la anatomía y las funciones corporales, la privacidad y las relaciones. Según Advocates for Youth, una organización que aboga por una información sexual honesta para los jóvenes, el objetivo es empezar a darle a los niños las herramientas que necesitan para comunicar sus deseos y necesidades con otras personas. Al igual que las otras materias, la educación sexual desarrolla conceptos más complejos a medida que los niños crecen.
Para sus clases, Fonte utilizó un video animado en el que se habla con franqueza y claridad de las “partes privadas” y de su función. Dicho video fue creado por la organización sin fines de lucro AMAZE, una rama de Advocates for Youth. Los personajes del video aprenden los nombres de sus genitales y afirman que a veces se tocan a sí mismos porque se siente bien, algo habitual en los niños. El personaje adulto lo reconoce y les dice que es una actividad que sólo debe hacerse en privado.
La Academia Americana de Pediatría (AAP) recomienda que desde una edad temprana, se les enseñe a los niños los nombres correctos de sus genitales. Saber los nombres correctos de las partes del cuerpo, cuáles son privadas, y que tienen el derecho de decidir quién las toca y cómo son elementos fundamentales para el consentimiento en todo tipo de relaciones, incluyendo las relaciones románticas que tengan en el futuro. Además, ayuda a proteger a los niños de los abusos sexuales.
“Este es un caso en el que la inocencia no protege a los niños, sino que aumenta su riesgo de sufrir daños”, dice la Dra. Nora Gelperin, directora de Educación y Formación en Sexualidad de Advocates for Youth. “Utilizar nombres inapropiados puede dar al niño la idea equivocada de que hay algo malo en ellos”.
Tanya Bass, Ph.D., Magíster en educación, educadora en sexualidad en Carolina del Norte, dice: “Las conversaciones sobre los cuerpos, el consentimiento y el lenguaje (educación sexual) con los niños en edad escolar (deben comenzar) tan pronto como sea posible y deben suceder tan a menudo como sea posible”.
La enseñanza del consentimiento
Conceptos como la identidad de género y el consentimiento son a veces más fáciles de entender para los niños que para los adultos, dice Gelperin. En particular, el consentimiento se discute con frecuencia con los niños pequeños: se les dice que esperen su turno, que no peguen ni muerdan, que pregunten antes de agarrar algo. La Dra. Bass señala que muchos juegos infantiles clásicos introducen el concepto de consentimiento al exigir a los jugadores que pidan permiso para avanzar. “Luz verde/luz roja”, “El trotamundos” y “Abuelita, ¿qué hora es?” funcionan de esta manera. Aplicar estos conceptos a las relaciones con amigos o familiares es una consecuencia natural de estas discusiones cotidianas.
“Si mantenemos una actitud de respeto hacia los demás y de pedir permiso antes de actuar, es mucho más fácil traducirlo cuando se trata de algo sexual”, dice la Dra. Bass.
En los últimos años, se ha tomado conciencia de la importancia de ayudar a los niños a decidir a quién mostrar afecto físico. Esto suele ser importante durante las fiestas, cuando los niños pueden verse presionados a abrazar o besar a un abuelo o pariente que no han visto en mucho tiempo. Aunque al principio puede resultar incómodo para los padres imponer este límite a los parientes bien intencionados que están emocionados por ver a tus hijos, hacerlo ayuda a enviar un mensaje claro de que el cuerpo de los niños es suyo en todo momento.
Miedos e incomodidades de los padres
Es posible que al principio los padres se sientan incómodos con parte de la franqueza de estas conversaciones, especialmente si no es algo que hayan experimentado al crecer. “Trabajar a través de su incomodidad requiere que los adultos estén dispuestos a aprender y desaprender aspectos de la educación sexual, mientras enseñan a sus hijos dentro de su propia incomodidad”, dice la Dra. Bass.
Los videos de AMAZE están diseñados para ayudar a los padres y educadores a mantener algunas de estas conversaciones con sus hijos de una manera adecuada para su edad. También están alineados con los Estándares Nacionales para la Educación Sexual, un conjunto de lineamientos desarrollados por un equipo de expertos, incluyendo Advocates for Youth, que definen los conceptos mínimos que se deben enseñar a los niños en cada grado. Las normas para los niños entre preescolar y segundo grado, actualizadas en 2020, se centran en enseñar a los niños a respetar los límites, a comunicar sus propios límites con claridad y, sobre todo, a ser capaces de articular lo que constituye un buen amigo.
Algunos cuidadores también pueden pensar con temor que hablar de salud sexual puede conducir a la promiscuidad, pero Gelperin afirma que “tres décadas de investigación en salud pública han demostrado lo contrario”. Una educación sexual muy limitada, basada sólo en la abstinencia, deja a los niños sin la información que necesitan para cuidar su salud sexual y sus relaciones.
¿Otro problema? Según un informe del Centro de Georgetown sobre Pobreza y Desigualdad, se presume que las niñas negras en particular saben más sobre el sexo y los conceptos de la vida adulta que sus compañeros blancos a edades similares. La Dra. Bass dice que ha visto esta situación en su trabajo con niños: “Existe la suposición de que saben [sobre el sexo] y por eso no necesitan tanta protección, educación o crianza”. Al mismo tiempo, los cuidadores pueden evitar darles información precisa sobre salud sexual, para protegerlos de las fuerzas de esa “adultización”.
Según la Dra. Bass, no es necesario que los cuidadores tengan todas las respuestas. Insiste en que deben saber lo suficiente para reforzar los conceptos aprendidos en la escuela y lo que sigue depende de los niños. “Nosotros reforzamos la información adecuada y ellos eligen cómo les resulta”, añade la doctora Bass.
Este artículo fue originalmente publicado en Parents.com
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