No quiero ir a la escuela
Encuentra mucha más información pensada para ti
¡Síguenos en Facebook!

Ciertos padres escuchan casi a diario la misma queja: ¡No quiero ir a la escuela! Las mañanas pueden convertirse en una tortura cuando comienzan con la misma pelea. La mayoría de los niños se adapta rápidamente a la rutina matutina, pero siempre existe la excepción a la regla. Las razones pueden ser tan numerosas como variadas: el niño no duerme la cantidad de horas necesarias y se despierta malhumorado, las exigencias en la escuela son demasiadas, no se siente motivado intelectualmente, un compañero lo acosa, la maestra lo intimida y la lista continua.
En mi caso, mi hijo se queja de que la escuela es “aburrida” y que se cansa de estar sentado tantas horas. La realidad es que cada vez son menos los momentos de esparcimiento que los niños tienen en el ambiente escolar, en una edad en la que necesitan moverse más y su concentración es relativamente breve. Por otro lado, los curriculum escolares son cada vez más exigentes. Mantener un diálogo abierto con los maestros es el primer paso. Como padres, tenemos la responsabilidad de saber qué ocurre en el aula cuando no estamos presentes y qué está causando en nuestro hijos un rechazo por la escuela. Tener a los maestros de aliados es esencial a la hora de identificar problemas de forma rápida y así poder solucionarlos efectivamente. Pero también debemos aprender a escuchar a nuestros hijos y prestar atención a sus comentarios. No importa lo insignificantes que parezcan, éstos pueden contener las respuestas que estamos buscando.
Foto: Hemera
comentarios