Los terribles dos años: primera parte
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Mi hija tiene dos años recién cumplidos.Y puedo confirmar que está atravesando la fase conocida como
“los terribles dos años”. Siempre pensé que era un concepto muy estereotipado pero hoy puedo confirmar que sí existe está etapa. Según la literatura vasta que existe sobre este tema, durante el segundo año de vida los niños se vuelven más inquietos y el comportamiento resulta más imprevisible y errático. Pasan de la tranquilidad y la docilidad a las travesuras y las pataletas en fracciones de segundos. Por eso se habla de los “terribles dos años”. En realidad, afirman los expertos, los niños están en plena búsqueda de independencia y autoafirmación.
A esta edad los chicos son egocéntricos y posesivos (por eso la insistencia en que todo es de ellos- ‘esto es mío’, repite mi hija hasta el hartazgo) y tienen una idea muy limitada de lo que está bien y lo que está mal. No se comportan mal deliberadamente, sino que actúan según sus impulsos. Por lo tanto, decidí resumir unos conceptos que detallan las autoras Ari Brown, M.D. y Denise Fields, en el libro Toddler 411: Clear Answers & Smart Advice for Your Toddler. Es mi guía de referencia y cuando me enfrentó a una situación nueva y compleja trato de implementar muchas de sus recomendaciones.
Los niños no nacen con habilidades sociales y es parte de la naturaleza humana el que comiencen a integrarse a la sociedad con una mentalidad de supervivencia. Nuestro trabajo como mamás es sembrarles los conceptos disciplinarios y morales básicos. Toma nota de los más importantes. A continuación les doy la primera de una serie de entregas con los más importantes. Serán cuatro entregas en total. ¡No te las pierdas!
Hay momentos díficiles.Ciertas situaciones y horas del día tienden a desencadenar el mal comportamiento. El más común es provocado por las transiciones de una actividad a la siguiente. Siempre dile a tu pequeño de antemano lo que tendrá que hacer para prepararlo ante el cambio.
Elige tus batallas. Si te pasas el día diciéndole que “no” a todo, perderá su efectividad. Prioriza qué comportamientos son de mucha, mediana o poca importancia.
Es preferible prevenir que lamentar. Prepara la casa para que tus chicos jueguen en ella sin preocupaciones y conviene que tengas expectativas razonables. Los niños no son ordenados por naturaleza.
Explica lo que quieres de una manera concisa. Háblales en oraciones claras, como: “no se pega”. Esto es mejor que decir: “Ya sabes que no me gusta cuando le pegas al perro”.
Distráelo y cambia de actividad. Si quieres que tu hija deje de hacer algo para hacer otra cosa, ella invariablemente volverá a lo que primero estaba haciendo. Es necesario ofrecerle otra opción.
Foto: Comstock
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