Los regalos y la obsesión por lo material

Todavía ni siquiera pasaron dos meses desde que festejamos la Navidad y mi hijo ya me está pidiendo que le compre algo nuevo. La ansiedad creada antes de las Fiestas es tan grande que cuando todo termina, los niños se quedan con un vacío muy grande y difícil de llenar. Una vez que los regalos fueron abiertos y los regalos ya no son tan novedosos, parecería ser que necesitaran una nueva razón para justificar la compra de cosas nuevas.

En el caso de mi hijo, su cumpleaños es en abril lo cual significa que en poco tiempo volverá a recibir regalos. Pese a que entre diciembre y abril no hay mucho tiempo, según él, tres meses son una eternidad. Ya incluso está pensando qué cosas le gustaría recibir para su cumpleaños. Pero esta obsesión hace que el nivel de ansiedad sea aún mayor y más difícil de contener.

Lamentablemente, nuestros hijos están creciendo bajo la presión de una sociedad de consumo intenso que constantemente los tienta con nuevos juguetes que prometen ser aún mejores que todos los anteriores. El problema es que a medida que crezcan los juguetes serán más caros y la insatisfacción será mayor. Como madre es difícil decir que “no” constantemente y algunas veces nos ganan por cansancio. Pero si accedemos a decir que sí todo el tiempo, ¿qué clase de lección les damos? Las tentaciones y la falsa impresión de necesitar cosas para ser felices va a ser algo constante en la vida de nuestros hijos. Pero de nosotros depende que aprendan a apreciar que no todo lo que brilla es oro y que las cosas materiales no siempre son la respuesta para la felicidad personal de cada uno.

Foto: Hemera