Los bloques – un juguete estupendo que nunca pasa de moda

 
 
 

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Los mejores juguetes no siempre están en la sección de novedades.  He aquí uno que a través  de los años sigue regalándole a los niños horas de diversión, aprendizaje y creatividad: ¡los bloques! Si aún no tienes un juego de bloques en casa, evalúa la posibilidad de comprar uno para tu hijo en esta época de fiestas.

Utilizando bloques, los niños construyen una diversidad de estructuras que imaginan –desde puentes, carreteras, torres y hasta casas, castillos y zoológicos- y mientras lo hacen ponen en práctica, progresivamente, habilidades fundamentales para el desarrollo cognitivo, emocional y social.  Gracias a mi trabajo con niños en edad preescolar aquí en Texas (enseño en un programa educativo basado en el juego) he podido observar las múltiples maneras en que los bloques son usados por los peques:  los utilizan para edificar ya sea en solitario o con otros compañeros de aula y en el camino interactúan y negocian turnos, espacios, ideas o propuestas que requieren el uso del lenguaje en múltiples y cambiantes escenarios. Desde la circunstancia ideal en la que todos aportan sugerencias, cooperan y se divierten, hasta esos momentos tensos en los que alguien derrumba o tira al piso el trabajo de otro… y luego, tras el retorno de la paz, deciden volver a empezar (algo que se hace poniendo en práctica la capacidad de persistir, de volver a intentar)

Los bloques ayudan al niño a “visualizar” conceptos que, explicados sólo con palabras, podrían resultar demasiado abstractos: por ejemplo, la idea de la altura, del equilibrio, del peso, el espacio o el balance y el proceso mismo de “construir”. El juego con bloques requiere paciencia, imaginación y motiva al niño a pensar en distintas posibilidades. Si observas lo que tu hijo construye con los bloques me animo a predecir que las estructuras no se repetirán día a día.

Los bloques vienen en diferentes colores, tamaños, formas  y materiales. Cuando mi hija recién empezaba a caminar le compré unos hechos de un material muy similar al de una esponja de lavar platos. Livianos, coloridos, fáciles de coger. Todavía los tengo y mi ahora first grader, que los usa en combinación con otros bloques de madera que le regalaron hace poco, los sigue empleando para construir desde casas para sus muñequitos hasta zoológicos donde coloca diminutos animalitos de plástico.

Tengo la impresión de que la diversión con sus bloques continuará por varios años más.

 

Foto: Brand X Pictures / Jupiterimages
©Getty Images

 

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