Humillación pública: ¿disciplina efectiva o abuso infantil?

 
 
 

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Cada de vez en cuando leo en las noticias sobre padres que han usado la humillación pública para disciplinar a sus hijos.

La historia más reciente se trata de un padre en Carolina del Norte que forzó a su hija de 15 años a caminar al lado de la carretera con un cartel que decía: “Tengo mala actitud y falto respeto a la gente que me trata de ayudar”. Otro padre hizo que su hija de 8 años se parara en el estacionamiento de su colegio con un cartel que decía: “Me gusta robar y mentir”.

Sin lugar a dudas, creo que la humillación pública es cruel y abusiva. Sin embargo, en la sección de comentarios de estos artículos  hay muchas personas que apoyan a los padres que usan estas “técnicas” para disciplinar a sus hijos. Algunos padres dicen que la conversación no funciona y humillar a los niños en público es una forma de herirlos–que es necesario, según ellos–sin recurrir al castigo corporal. Parece increíble, pero eso dicen.

Por ejemplo, en el caso del bullying, una madre dijo que cuando el acoso llega a extremos trágicos y las víctimas se quitan la vida, la gente pregunta por qué los padres del niño agresor no hicieron más para corregir su conducta. A esta madre, la humillación pública le parece una solución adecuada.

Yo estoy de acuerdo con un padre que dice que la humillación tiene efectos perjudiciales en el desarrollo del niño a largo plazo y como alternativa sugiere que el niño haga trabajo de voluntario en un comedor de beneficiencia o en un refugio, por ejemplo. Pero otra madre dice que obrar bien no sería castigo suficiente, dado que el niño recibiría elogios por su trabajo de voluntario.

En un artículo sobre los efectos de la humillación pública como forma de disciplina en las escuelas, el doctor Michale Sosteric sostiene que es una forma de abuso emocional y dice: “[La humillación pública de un niño] perjudica la autoestima, puede destruir su círculo de amistades y, sin lugar a dudas, tiene repercusiones innumerables en el patio de recreo. Las escuelas ya tienen suficientes problemas con el acoso escolar como para que los profesores pinten un blanco en la espalda de los niños de esta manera”.

Yo me pregunto, ¿qué ejemplo les estamos dando a nuestros niños si los herimos por haber herido a otros?

Y ustedes, ¿qué creen de la humillación pública como forma de disciplina?

Foto: Creatas

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