Despierta al “pequeño escritor” que tu niño lleva dentro
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Si tienes, como yo, un hijo (a) que está empezando la vida escolar, habrás notado que uno de sus principales aprendizajes tiene que ver con leer y escribir. La lectura en casa, las visitas a la biblioteca, la charla sobre sus historias preferidas, el uso de audiolibros, entre otros, son todas prácticas que estimulan su habilidad para leer.
Pero ¿qué puedes hacer para promover en el peque el interés y la capacidad para escribir? Como en todo aprendizaje -y éste es uno de los fundamentales en la vida de un estudiante- la escritura se consolida y se perfecciona con la práctica. Sin embargo, si le pides a un niño de cinco ó seis años (la edad de mi hija) que se siente por unos 20 minutos mientras le dictas palabras o escribe oraciones con las palabras que tú sugieres, es posible que el peque te mire con cansancio y el ejercicio ocasione resistencia. Planteo este escenario por experiencia propia y por experiencia propia sugiero, a continuación, algunas vías para fomentar la capacidad de escribir con entusiasmo y diversión. En todos los casos, trata de corregir errores pero con mucha sutileza, porque más importante que la perfección es la práctica y la sensación que el niño tiene de poder escribir.
- Conecta la experiencia de escribir con la vida en casa: Un ejemplo concreto es pedirle que te ayude a hacer la lista de la compra. A los niños les sienta muy bien saber que su aporte cuenta: pídele a tu hijo que revise el refrigerador contigo y también el almacén de alimentos y que escriba los nombres de los vegetales, snacks, carnes y todo aquello que van a comprar. Dále ayuda en el momento oportuno a fin de no generar frustración ante palabras nuevas o algo complejas para su nivel de conocimiento.
- Utiliza cuentos infantiles para encender las ganas de escribir: Hace poco, en la pared exterior de una clase de kindergarten, leí con fascinación decenas de cartas escritas por los alumnos, dirgidas al conejito protagonista del clásico cuento “The Runaway Bunny“. ¿El tema de las cartas? Las razones por las cuáles el conejito no debería irse lejos de casa ni lejos de su mamá. Mientras leía los argumentos –“conejito, es peligroso que te vayas, hay muchos autos en la calle”, “no te vayas porque tu mami te quiere mucho y se pondría muy triste”, “en casa estás seguro conejito”- pensé en la magia de este ejercicio promovido por la maestra. Un ejercicio que, de un modo creativo, hace partícipe al niño en el desenlace de un cuento y estimula su imaginación y razonamiento a través de la escritura.
- ¡Que vivan las cartas y las tarjetas! Aunque hoy en día el e-mail y los mensajes de texto parecen haber enterrado la práctica de escribir cartas, ésta es todavía (y espero que siga siendo así), una linda forma de que tu hijo esté en contacto con sus amigos, con sus abuelos, tíos y personas relacionadas a él. Hace unos días, para citar un ejemplo, mi hija celebró su sexto cumpleaños. La ocasión fue perfecta para sugerirle que se sentara a escribir y decorar tarjetas (o pequeñas cartas) de agradecimiento dirigidas a los amigos que la acompañaron en la celebración y además se tomaron el tiempo de buscar un presente para ella.
- Juegos de palabras: Cada noche, antes de que Emi se vaya a dormir, trato de poner en práctica el siguiente ejercicio. Escribo en su cuaderno dos preguntas sencillas y curiosas: ¿cuál es tu color favorito?, ¿cuál es la flor que más te gusta?, ¿por qué te gusta participar en el grupo de Girl Scouts?. Luego, le pido que las conteste por escrito. Sin mirar las respuestas trato de adivinar lo que ella ha respondido y si logro adivinar gano un premio. La verdad es que nunca hemos definido cuál es el premio para mí o, mejor dicho, aunque ella no lo sepa, el premio es saber que la pasa bien mientras “jugamos” y ella, casi sin darse cuenta, fortalece su capacidad de escribir.
Paola Cairo es una periodista que nació y creció en el Perú. Actualmente vive en Texas con su familia. Para conocerla más visita su blog Con Ojos de Mamá.
Foto: Kraig Scarbinsky
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