¿Cuál es tu hijo favorito?
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Aunque sea difícil de admitir para los padres y extremadamente complicado de sobrellevar para los hijos, el favoritismo por alguno de los hijos si es algo que sucede, por lo menos así lo asegura Jeffrey Kluger, autor del artículo “Why mom liked you the best, the science of favoritism” (Por qué mamá te quiso más, la ciencia del favoritismo) que ocupó la portada de Time el 3 de octubre.
En dicho artículo Kluger dice que la preferencia por alguno de sus hijos no es sólo natural sino inevitable para los padres y que aunque insistan en decir que el amor por sus retoños es igual, la realidad es que en el fondo siempre hay un preferido. Es un secreto a gritos donde el hijo favorito sabe de sus preferencia y la utiliza para su beneficio, los otros hijos se esfuerzan en silencio por ganarse dicho lugar y los padres lo niegan aún cuando sus hijos insistan en preguntarles.
Kluger explica que la selección natural es parte de la vida humana, casi como la de cualquier otra especie y aunque a diferencia de los pingüinos las mamás humanas no abandonen a sus crías más débiles, si tienden a destacar más los logros del hijo más fuerte. Como tendencia general el primogénito de una pareja suele ser el favorito, es un hijo buscado y deseado que viene al mundo a recordarles a sus padres que su línea sanguínea continúa, es el primero para quien se compra todo nuevo (los hijos de allí en adelante tienden mucho a heredar lo que no usan los mayores) y si es el primer nieto de la familia será consentido hasta la saciedad.
Otro de los escenarios bastante comunes es que las mamas se inclinen más por los hijos menores que suelen parecer “desprotegidos” frente a los ataques de los más grandecitos. Los papás suelen adorar a sus pequeñas princesas y las mamás idolatran a sus príncipes. Los que suelen salir mal librados son los hijos del medio, sobretodo si se trata de hermanos del mismo sexo.
Los hijos que no caen dentro del favoritismo por parte de sus padres suelen esforzare en llamar la atención, por lo cual es normal que sean muy cariñosos, divertidos o artísticos. También es muy común que los no favoritos sufran de frustraciones, ansiedad, depresión y baja autoestima que pueden reflejarse a largo plazo en sus relaciones interpersonales, aún a edad adulta.
Surge entonces la pregunta de si los papás deberían ser más abiertos sobre el tema y dejar que sus hijos expresen sus sentimientos al respecto, o si se debe seguir manteniendo como un secreto. El favoritismo por uno de los hijos sucede, así mamá y papá se nieguen a aceptarlo.
Foto: Design Pics / Stock Foundry
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