6 tips para dar privacidad a tus hijos
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Ser pudoroso, importa
Le has dado baños a tu hijo todos los días, has recogido su ropa, mientras se la quita al correr hacia esa fuente de agua que le refresca durante el verano. Así que te preguntas: ¿porqué de repente, ahora cierra la puerta del baño y grita, ¡no me mires!, cuando te ve recogiendo sus prendas?
El pudor surge cerca de los 6 a 8 años debido a una cantidad de razones, sobretodo porque ahora son mucho más conscientes de su cuerpo (y del de otras personas). Un niño empieza a notar las diferencias físicas entre niños y niñas. También es probable que empiece a comparar cómo se ve frente a otros -sobretodo- niños mayores del mismo sexo, lo que puede hacerlo mucho más sensible en cuanto a su propio cuerpo.
De igual manera, empiezan a sentir un cambio de actitud entre los adultos que los rodean. Los padres que solían dejarlos andar por la casa desnudos, ahora les piden que se pongan ropa. “La mayoría de nosotros nos volvemos más sensibles a la desnudez de un niño a medida que crecen, así no estemos conscientes de ello,” dice Vanessa Jensen, Sicóloga Clínica, y pediatra infantil en el Children’s Hospital of the Cleveland Clinic, en Ohio.
Chicos en la escuela primaria, también quieren sentirse grandes y que puede cuidarse a sí mismos. Esconder su cuerpo es una manera de afirmar su deseo de independencia. De todas maneras, estas barreras repentinas, representan en muchos casos un momento de ajuste complicado para los padres y las madres, quienes se pueden empezar a sentir excluidos y les puede costar saber cómo reaccionar.
Estos tips te pueden ayudar a ti como padre y a tus hijos, a navegar esta época de transición.
- Acepta sus nuevas reglas La modestia es algo positivo y es tu tarea impulsarla. “A medida que tu hijo empieza a hacer más cosas solo, es importante que cree barreras alrededor de su cuerpo,” comenta April Nesin, PhD, y sicóloga infantil del St. Louis Children’s Hospital, en Missouri. No te molestes si cierra la puerta mientras se cambia. Y nunca le hagas bromas diciendo cosas como, “Ya lo he visto todo.” En vez de eso, deja que tu chico sepa que entiendes porqué no quiere que lo veas desnudo por nadie, incluyéndote.
- No le permitas privacidad total, aún Deja que tu hijo sepa que hay ocasiones en que es mejor que la seguridad se anteponga a su pudor. Por ejemplo, puedes insistir en que te deje acompañarlo a un baño público (y puedes hacer que sea más cómodo si le esperas detrás de la puerta). En casa, si te sientes más cómoda estando dentro del baño mientras tu hijo toma un baño o se ducha, pregúntale si quieres que le leas un cuento o limpia el gabinete de medicinas al tiempo que le permites espacio para que tenga un momento ‘a solas’. “También hazle saber que por razones médicas, de vez en cuando necesitas ver su cuerpo,” afirma Vincent Iannelli, médico pediatra en Dallas.
- Habrán inconsistencias. No te sorprendas si tu chico se encierra con llave en el baño un día y al siguiente te pide que por favor lo seques luego de una ducha porque está muy cansado para hacerlo. “Sigue sus pasos y trata de estar presente – sin cuestionar o hacer pausas- cuando te pide ayuda ,” dice Dr. Nesin.
- Enséñale a que se cambie en público Tu nene puede ser tímido al cambiarse en una fiesta con amigos o en el vestier de una piscina pública. Para calmar su ansiedad, muéstrale cómo ponerse la pijama mientras está en un ‘sleeping bag’ o que aprenda a cómo no revelar partes de su cuerpo mientras se pone su traje de baño, con una toalla amarrada a la cintura.
- Vigila comportamientos incómodos. Si de repente tu hijo se ve extremadamente avergonzado de su cuerpo, busca una causa. Si sospechas de trato sexual inapropiado o abuso, pregúntale directamente si alguien lo tocó de alguna manera extraña o si alguien, dijo algo que le hizo sentir incómodo. De todas maneras, no saques conclusiones apresuradas. Lo más probable es que hayan explicaciones mucho menos problemáticas. “es factible que haya estado en contacto con algún amigo demasiado pudoroso que le hizo sentir más consciente de su físico o que alguien, haya hecho un comentario acerca de su cuerpo,” dice Dr. Jensen. Ahora, si existe un comportamiento pudoroso extremo es momento de consultar con un pediatra o un consejero de familia.
- Aprovecha el momento. Si estas ocasiones son propicias para dar lecciones valiosas, el Dr. Iannelli sugiere utilizar estas oportunidades para discutir buenas costumbres de higiene, opciones de ropa, y la idea de que todos venimos en todas formas y tallas, y debemos estar orgullosos de nuestro cuerpo, al tiempo que resguardamos nuestra privacidad.
Foto: iStock
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