¡Arriba el telón! La riqueza del teatro para niños

 
 
 

Encuentra mucha más información pensada para ti

¡Síguenos en Facebook!

         
 
 
image for ¡Arriba el telón! La riqueza del teatro para niños

Cuando yo era niña pasé muchas tardes de domingo, contentísima, en una acogedora cabaña. La cabaña era bulliciosa y no estaba en el campo sino  más bien, en un gran parque del centro de Lima, la ciudad donde nací.

Muchos domingos, aquella cabaña estuvo llena de familias y especialmente de niños, todos entusiastas espectadores de las obras infantiles que ahí se montaban. Aquella cabaña era un teatro; el Teatro La Cabaña, un espacio mágico donde la imaginación echaba a volar y donde las voces infantiles se mezclaban con la de personajes que parecían arrancados de un libro de cuentos. Hace poco, de visita en Lima, ahora como mamá de una niña de 5 años, recordé mis domingos de teatro mientras asistía con mi hija a la presentación de una buena y divertida obra infantil.

La historia —Conejo, todo para Conejo, de los versátiles hermanos Paz– giraba en torno a las aventuras de un egoísta conejo que logra aprender el valor de la amistad y del trabajo en equipo. Aquella tarde se nos unió mi madre, así que las tres nos la pasamos bomba, disfrutando de la deliciosa banda sonora y riéndonos gracias a la chispa de los diálogos entre el Conejo Saltarín, la Señora Gallina, el Travieso Cuy, la Cabra Comilona y Clavito el Puercoespín.

El teatro estaba repleto así que abuela y nieta se sentaron juntas y yo me busqué un asiento cercano. Cada vez que volteé a mirar a Emilie, quien casi no pestañeó durante la función, recordé la magia del teatro infantil y su poder para atrapar al pequeño espectador. Gracias a sus escenarios, a sus personajes, a la música y, en suma, a esa sensación de casi estar tocando un cuento, los niños encuentran en el teatro una experiencia memorable.

Durante una hora me puse en los zapatos de decenas de niños que le decían a voz en cuello al “malo” de la historia que no sea egoísta y que se porte bien. Claro es que hace falta mucho más que ir al teatro para enseñarle a un niño la importancia de valores como la amistad o el trabajo en equipo, pero mientras observaba la reacción del jovencísimo público, quedé convencida una vez más de la gran vía de diálogo y de sano esparcimiento que puede constituir, para padres e hijos, una obra teatral.

Échale un vistazo a la cartelera de teatro para niños en tu ciudad. Anímate a disfrutar con tu peque de una experiencia que puede transportarlo (y también a ti) a otros mundos y colocarlo en el cuerpo de otros personajes.
El teatro es ver, es escuchar, es sentir y es también imaginar. Dále la oportunidad a tu niño de conectarse con un arte que alimenta recuerdos, estimula la conversación, promueve la reflexión, enriquece el lenguaje y, a todas luces, ofrece mucho más que el entretenimiento derivado de los video juegos y de las horas frente a una pantalla de TV.
Tres consejos para que tus tardes de teatro con la familia sean placenteras:

  • Elige obras adecuadas a la edad de tu niño (la pasará mejor si puede captar el tema y si los personajes no le generan intenso temor).
  • Reduce al máximo el ruido de envolturas de caramelos, chicles o popcorn; así enseñas, poco a poco, cómo debe comportarse un buen espectador.
  • Da el buen ejemplo, sé considerado con la audiencia y apaga tu smartphone. Tu tiempo en el teatro es una ocasión para conectar con tu familia y no la oportunidad que esperabas para chequear tus mensajes de texto.

Paola Cairo es una periodista que nació y creció en el Perú. Actualmente vive en Texas con su familia. Para conocerla más visita su blog Con Ojos de Mamá.

Foto: Wavebreak Media

Continua leyendo más artículos:

 
 
 
 
 

comentarios