5 maneras de poner límites a tu hijo sin necesidad de castigo
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Educar en valores es posible con disciplina positiva. Ya verás que para poner límites no hace falta hacerlo con castigos.
En su libro “El cerebro del niño explicado a los padres” el neuropsicólogo Álvaro Bilbao explica el desarrollo del cerebro en los niños para motivar la conducta o poner límites sin tanto drama.
Según Bilbao, privar al niño de su bicicleta o prohibirle salir de su habitación como represalia es un mal comportamiento que puede tener tres consecuencias posibles. La primera es enseñarle a utilizar el castigo contra los demás como una forma válida de relación; la segunda es la aparición del sentimiento de culpa que hace que el castigo finalice en el momento que el pequeño llora pues su dignidad de rompe y le pides perdón; y por último la de más gravedad, cuando el niño se define así mismo a través de la consecuencia, lo que afecta su autoestima.
Para evitar que pisotees tu propia autoridad al eliminar el castigo, el especialista recomienda cinco maneras de ponerle límites sin necesidad de castigo o consecuencia.
1.Conviértete en su ayuda para conseguir sus metas
Al ser madre no querrás que tu hijo sufra por sus fracasos, por eso el especialista te recomienda que te adelantes a esas situaciones que desencadenan discusiones para que le des herramientas para resolver los problemas. Por ejemplo, si a tu pequeño cuando se frustra lanza las cosas que tiene cerca, trata de estar cerca de él cuando se sienta así y ayúdale a controlarse.
2. Consecuencias claras
Antes de enojarte y querer gritar al tratar de enseñar disciplina, el experto aconseja crear una relación acción-consecuencia. Por ejemplo, si tu pequeño deja sus juguetes tirados en toda la casa no le permitas que saque uno más hasta que ordene los que tiene por ahí.
3. Cambia la perspectiva
Se trata de que des un giro positivo a la acción de tu hijo. La norma puede ser la siguiente: “Los niños que se comen toda la merienda pueden ver televisión o salir a jugar al jardín. De esta forma, la atención se enfocará en el buen comportamiento y el cumplimiento de la norma se asocia con el sentimiento de satisfacción de ambas partes. No hay duda que estarás dando cátedra de disciplina positiva.
4. Enséñale a pedir perdón
Madres y padres deben enseñar a sus hijos que sus acciones tienen consecuencias que hay que reparar. Cuando un niño agrede a otro lo conveniente es que le pida disculpas y le de un abrazo. Y que por supuesto se comprometa a que no volverá a pasar.
5. Invierte tu tiempo en él
Así como los niños tienen deberes, tú también los tienes. Cuando eres madre necesitas ofrecer mucho tiempo de juego y atención a tus hijos. Es la única manera de corregir sus berrinches, de educar su forma de hablar, de enseñarles valores como la solidaridad, humildad, responsabilidad, honestidad, sinceridad y tolerancia. Además atesorarás esos momentos de risas, abrazos y mimos para toda tu vida. ¡Vale la pena!
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