Prepárate para entrenar a tus niños a ir al baño
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Texto: Editores Parents.com
Traducido por Ana Cristina González I I Foto: Getty Images
¿Estás contando los días para la transición al baño? ¿O tal vez ya has llevas algunos intentos que no han resultado exitosos? De cualquier manera, tu hijo debe estar listo para que el entrenamiento para ir al baño se mantenga. Y no te preocupes, algún día lo estará.
“No te preocupes que ningún niño va a graduarse de la escuela en pañales”, dice Carol Stevenson, madre de tres hijos en Stevenson Ranch, California, que entrenó a cada uno a una edad diferente. “Pero es tan fácil preocuparse de que tu hijo tenga cierta edad y aún no haya llegado, que agrega mucha presión y se convierte en una batalla”.
Una vez que te convenzas de que tu hijo está listo para deshacerse de los pañales (hay que estar atento a señales como cuando muestran interés en el baño para decirles cuándo tienen que ir, y cuando quieren que los cambien inmediatamente después de hacer), te recomiendo que pruebes cualquiera de estos trucos de expertos y padres para que te sea más fácil.
El momento ideal para la transición al baño
No te frustres si las cosas se demoran mucho. El entrenamiento para ir al baño puede llevar aproximadamente un año, según un estudio de Medical College of Wisconsin, en Milwaukee. “Las dos grandes sorpresas son que enseñar a ir al baño no es rápido y no es sencillo”, dice la Dra. Maureen O’Brien, Ph.D., directora de crianza y desarrollo infantil del programa The First Years, en Avon, Massachusetts. y autora de “Watch Me Grow: I’m One-Two-Three”. “Varias áreas del desarrollo deben alinearse primero. El niño debe comunicarse bien, ser consciente de sus sentimientos corporales y comprender cuánto tiempo necesita para llegar a la meta”.
Practicando la paciencia
“Cuando pensé que mi hija estaba lista (alrededor de los 2 años 2 meses), íbamos al baño cada 10 minutos, incluso si estábamos fuera. Trabajamos lentamente hasta 15 minutos, 20 minutos, etc., y después de uno o dos días, podía hacer pipí sola. La popo era una historia diferente, ¡tuve que chantajearla con M & M’s! ” —comenta Elissa Murnick de Fairfield, Connecticut.
“Mi hijo dominó el hacer pipí en el escusado con bastante rapidez, pero hacer popó requirió un esfuerzo adicional. Al principio tuvimos que estar atentos a sus ‘señales’ para predecir qué estaba tratando de hacer, y luego llevarlo al baño. Por el hecho de que nos tomó un rato (a veces más de media hora) empezamos a leerle cuentos para hacer la espera más divertida. Pero sobre todo, ¡paciencia, paciencia, paciencia es la clave!”, dice Karen J. Wright de Mankato, Minnesota.
Cumplir con una rutina
“La clave es la coherencia”, dice Jen Singer, madre de dos hijos, autora de la serie para padres Stop Second-Guessing Yourself y miembro de Huggies Pull-Ups Potty Training Partners. “Independientemente de lo que haga en casa con su plan de entrenamiento para ir al baño, también debe hacerlo en otro lugar. Por ejemplo, si tu hijo prefiere leer un libro mientras está en el escusado, habla con la maestra de la guardería para que le dé oportunidad de llevar su libro favorito. Ten en cuenta que las guarderías pueden estar demasiado ocupadas para personalizar el entrenamiento para ir al baño para cada niño. En ese caso, pregúntales cómo creen que pueden ayudar a fomentar el éxito que ha tenido en casa y comprometerse de la misma manera en la escuela. Luego, del mismo modo lleva a casa algo que le esté funcionando en la guardería. Si a tu hijo le encanta el jabón que usan en la escuela, consíguelo para tenerlo en casa”.
Ser consistente
“Me gustaría poder atribuirme el mérito de su formación, pero los instructores tan increíbles de su guardería hicieron las cosas difíciles: ponerlo en el baño cada 20 minutos, sin falta. Seguimos su ejemplo en casa. Y creo que el hecho de que él vio a sus compañeros ir al baño también le ayudó a querer hacerlo “, comentó Roberta Perry de Phoenixville, Pensilvania.
“Descubrimos que nuestro hijo simplemente no estaba interesado en acordarse de ir solo, así que encontramos el Potty Watch, que le encantó. Es un reloj de pulsera que se programa para que reproduzca canciones y se ilumine a 30, 60 o 90 intérvalos de un minuto; luego se reinicia y comienza la cuenta regresiva de nuevo “. mencionó Heather Ledeboer de Athol, Idaho.
“Cuando mi hijo tenía un año y medio comencé a ponerlo en el escusado cada noche mientras preparaba su baño. El sonido del agua corriendo parecía animarlo, y en unas pocas noches tuvimos éxito. Seguí la rutina en a la misma hora todas las noches. Lentamente, comenzamos a hacer más viajes al escusado a lo largo del día. Utilicé este método con éxito con mis tres hijos”, aseguró Shannon de Stevensville, Maryland.
Usando recompensas
“Dos palabras: ¡Mini M & M’s! Cada vez que tu hijo vaya al baño, deberás darle dos o tres, pero si se limpia solo (un gran logro), obtiene cuatro o cinco. Esto hace una gran diferencia, ya que creo que una de las razones por las que a los niños no les gusta ir es porque el asunto de aprender a limpiarse es algo asqueroso”, comenta Donna Johnson de Charlotte, Carolina del Norte.
“Les recomiendo de todo corazón el soborno como motivación para aprender a ir al baño. Mantuvimos una pequeña alcancía de plástico en el baño y premiamos cada éxito (un centavo por hacer pipí y dos por hacer popo). Nuestra hija estaba encantada. Con brillo en sus ojitos, tomaba el cerdito con dinero y observaba lo pesado que se iba poniendo. Cuando terminaba, tomábamos sus ganancias y las convertíamos en monedas para gastar en lo que ella más quisiera”, explicó Lisa Spicer de Los Angeles, California.
“Cada vez que cada uno de nuestros niños usaba el escusado, decoraba su ropita con calcomanías. Al final del día, mostraban sus enormes filas de calcomanías a su papá. Así que obtuvieron el doble de elogios por sus éxitos en el entrenamiento para ir al baño, y para mí resultó una manera fácil y económica de recompensarlos “, comentó Jen Singer de Kinnelon, Nueva Jersey.
“Probamos Cheerios, M & M’s, dibujos para ir al baño, porras, pero nada funcionó. Mi hijo siempre ha estado obsesionado con los autos y las camionetas y, afortunadamente, acababa de salir la película Cars. Mi esposo se dedicó a buscar y comprar figuritas que aparecen en la película. Vimos la película, luego le dijimos a mi hijo que cada vez que fuera al baño les compraríamos un carrito. Su emoción fue increíble. Después de 15 carritos, estaba totalmente entrenado para ir al baño. Estoy segura de que Disney estaría muy orgulloso de mi hijo”, dijo Darlene Fiske de Austin, Texas.
Elogiando a los hijos
“He escuchado todos los consejos para aprender a ir al baño: calcomanías, sobornos con juguetes, calzones especiales. Pero debes elegir algo que sea consistente con tu estilo de educación. No usé recompensas en otros lugares, así que no quería comenzar aquí. Lo que sí nos funcionó fue darle mucha atención, un refuerzo positivo, amor, afecto y orgullo cuando tuvieron éxito. Es fundamental destacar los pequeños pasos del progreso “, dijo Diane Hund de Elmhurst, Illinois.
“No usé ningún material especial, ni escusados chiquitos para niños, ni pull-ups, porque la YMCA local donde asistían mis hijas no creía en ellos. Incluso tuvimos que firmar un contrato que indicaba que debíamos seguir también en casa su política de entrenamiento para ir al baño. Me dijeron que simplemente pusiera a las niñas (tenían alrededor de 2 años y 1/2) en nuestro baño habitual durante todo el día cuando sintiera que tenían que ir. Después de una semana y muchos ‘¡Sí! ¡Hiciste! y “¡Bien por ti! ¡Hiciste pipí!” terminaron, y casi sin accidentes. En general, creo que ya estaban listas para su desarrollo “, comentó Sandra Gordon de Weston, Connecticut.
Eligiendo la ubicación
“Descubrimos que la tapa que va encima del escusado, intimida demasiado a los niños. (Además, dado que generalmente necesitan un banquito, los niños pueden tardar demasiado en llegar al escusado a tiempo). Empecé con mi hija de 2 años con un mini escusado de Elmo y lo dejábamos en la estancia, ya que ella pasaba la mayor parte del tiempo allí. Poco a poco logramos acercarla más y más al baño, y finalmente lo logramos con un escusado de Dora la Exploradora”, dijo Tracy Burton de Grand Ledge, Michigan.
“Para evitar que se presionara pero al mismo tiempo lograr nuestro objetivo, pusimos el escusado pequeño justo alado de su cama, pero dejando suficiente espacio para que pudiera pasar. Esto hizo que cuando tuviera ganas de ir, llegara rápido tanto en las mañanas como en las noches”. Comentaron Anne and Ben de Cheshire, CT.
Entrenamiento para ir al baño para niños
Cuando los niños aprenden a ir al baño, muchos expertos recomiendan que comience a hacerlo sentado. “No es solo por el factor desorden”, dice el Dr. O’Brien. “Cuando un niño está aprendiendo, desea mantener al mínimo la cantidad de variables en las que necesita pensar. Decidir si se sienta o se pone de pie puede hacer que dude unos segundos, y esos segundos pueden ser cruciales para lograr el objetivo”.
Lee este consejo de una mamá como tú: “Cuando mi hijo estaba aprendiendo a ir al baño, se negó a usar el escusado para bebés o incluso uno de esos asientos que van sobre el escusado. Lo único que funcionó fue sentarse directo como adulto en el escusado. Suena extraño, pero con él mirando hacia la parte trasera del inodoro, se sentía seguro y no tenía que apuntar, ya que naturalmente apuntaba a él. De esa manera, podría concentrarse en ir al baño y ¡funcionó!, comentó Sarah Caron de Sandy Hook, Connecticut.
Practicando el objetivo
“Lograr que mi hijo aprendiera eso de ponerse de pie fue difícil, así que lo convertimos en un juego. Puse cinco Cheerios en el escusadito y le dije que los apuntara cuando hiciera pipí. Cada vez que lo hacía bien, tenía que elegir un premio de una bolsa de dulces que compré en la tienda del dólar”, compartió Erika Cosentino de Lawrenceville, Nueva Jersey.
“Para que mi hijo se entusiasmara y se pusiera de pie para hacer pipí, pusimos unas gotas de colorante para alimentos en la taza del escusado para que pudiera ver que el agua cambiaba de color a medida que la usaba. Hicimos lo mismo con nuestra hija, pero la sentamos en el escusado al revés para que pudiera ver los colores”, comentó Vicki de Chapel Hill, Carolina del Norte.
“Después de varios intentos fallidos, probé una nueva técnica mientras mamá pasaba un fin de semana bien merecido con sus amigas. Cubrimos el sofá y las sillas con plástico y compramos ropa interior de ‘hombre varonil’, como la de papá. el fin de semana en ropa interior y camisetas, haciendo un juego cada hora más o menos para ver quién podía ir al baño. Hubo muy pocos accidentes y solo bloquear un fin de semana generó muy poco estrés. Sigue siendo uno de mis recuerdos favoritos”, explicó Scott Smith de Mount Washington, Kentucky.
Hazlo divertido
Tus hijos pueden sentirse intimidados por la gran tarea de aprender a usar el baño. Pero tú puedes hacer que se emocionen por usar el baño de niños grandes con juegos divertidos, historias y más.
“Pusimos alarma comenzando cada 30 minutos y aumentando a medida que teníamos éxito. Cuando la alarma sonaba, mi hija decía: ¡Hora de ir al baño! Ella sentía que tenía el control y hasta poníamos juegos de elegir en qué escusado portátil sentarse. Cada vez que pasaba se emocionaba al mostrarme cuál elegiría. Hasta ahora ha funcionado bien con nuestra hija. Consigo lo que quiero y al mismo tiempo ella tiene control sobre su elección de escusado. También hemos estado usando ropa interior de niña grande. Hasta ahora hemos tenido muy pocos accidentes”, asegura Jessica R. Guerra.
“Una vez que mis hijos se interesaron en el concepto de ir al baño (alrededor de 2 a 2 1/2), los dejamos correr desnudos antes de la hora del baño y los alentamos a usar el escusado. Luego, los dejo andar sin pantalones en casa durante largas horas (nos dio buenos resultados y se acordaban de ir siempre y cuando no tuvieran ropa). Después de dominar el uso del escusado, estando desnudo, comenzamos a ir pero ahora con ropa (primero solo ropa interior, luego pantalones). Este método fue bastante sencillo para nosotros porque tuvimos muy pocos accidentes”, dijo Jennifer Walker de Cleveland Ohio.
“Mi hijo mediano era terco cuando se trataba del número dos en el escusado, se negaba absolutamente, sin importar la recompensa. Así que finalmente creamos la historia de que cada vez que le bajábamos al baño la popo se iba al mar a alimentar a los peces, y así comenzó a hacer. Mi hijo, siendo el más pequeño y con su carácter sensible, sintió que su misión era hacer popo para ‘salvar’ a los peces. ¡No estuvo mal! Al final del día Dory y Nemo seguro cuentan con él, dijo Liane Worthington de Simpson, Pensilvania.
Descubriendo el miedo
“Nuestro primer hijo comenzó a hacer en el escusado a los 18 meses, pero tenía miedo de hacer “lo otro”. Después de ofrecer muchas recompensas y sentirnos muy frustrados, hablamos con el pediatra, y nos explicó que algunos niños ven la defecación como una parte literal de sí mismos y tienen miedo de verlas desaparecer (para nosotros hizo mucho sentido porque el es muy analítico). Después de mostrarle un libro de anatomía para niños y explicarle cómo funcionaba el sistema digestivo, ¡comenzó a ser del número dos al día siguiente! “, explicó Ginny Graham de Collegeville, Pensilvania.
“Mi hija acaba de cumplir 3 años. Se había estado despertando seca durante meses, pero no tenía interés en ir al baño. Hicimos lo que un pediatra nos recomendó y le dijimos que hiciera lo contrario de lo que queríamos. ‘¡Nos encantan los pañales! ¿No quieres usar el escusado chiquito como una niña grande? Para esto, ella siempre respondía que sí quería usar el escusado.
Finalmente, se sentó en el escusado un par de veces sin ir. Al hablar sobre el escusado un día, dijo: “No me salde la pipí”. Finalmente me di cuenta de que ella pensaba que sentarse en el escusado no funcionaba. Así que la semana antes de su cumpleaños, la comenzamos a sentar en cuanto se levantaba y antes de que se pusiera el pañal. No hemos tenido accidentes desde entonces. Nos saltamos los Pull-Ups y fuimos directo por los calzones. Yo recomendaría decirle a un niño pequeño lo contrario de lo que quieres, ya que naturalmente tienden a hacer lo contrario de todos modos, y al mismo tiempo hablar con tu niño pequeño sobre lo que la asusta”, afirma Gina Cinotto Burrell.
Entrenándolos para ir al baño en carretera
“Mi hija le tiene pavor al secador de manos y al escusado automático de los baños públicos, así que comencé a hacer este truco. Pongo una cinta adhesiva sobre el sensor y así evito que el escusado se descargue automáticamente. Una vez que termina, quito la cinta adhesiva para que el escusado se descargue “, menciona Tracy Marines de Lancaster, Pensilvania.
“Viajamos con un escusado pequeño con un asiento que se puede quitar, para ayudar a mi hija a sentirse más cómoda en los escusados grandes de los baños públicos”, dijo Christine Louise Hohlbaum de Paunzhausen, Alemania.
Usando ropa interior
“La situación de los Pull-Ups fue mi mayor problema. El pediatra de mi hijo dijo que mi hijo tuvo accidentes cuando usaba Pull-Ups porque sentía que no eran diferentes a un pañal, y la única diferencia con los Pull-Ups era que no tenía que esforzarse. Resultó ser cierto, y cuando dejó de usar Pull-Ups le puse ropa interior de niño grande, y comenzó a usar el escusado casi al instante”, comentó Amy Wilson.
Otros consejos de padres para enseñar a ir al baño
“Mi hijo de 2 años parecía estar listo para aprender a ir al baño, pero ninguno de los ‘trucos’ nos funcionaba. Elegimos un sábado, lo pusimos en ropa interior de niño grande y nos preparamos. Se volvía a poner los pantalones cuatro o cinco veces en la primera hora; seguimos cambiándolo y diciéndole que tenía que usar el escusado. Después de un día realmente largo, se acostumbró y para el lunes ya estaba entrenado para ir al baño. Todavía tenía alguno que otro accidente ocasional, pero hizo el cambio ese fin de semana y para nosotros realmente funcionó”, explicó Pamela Scott de York, Pensilvania.
“Sus popos eran del tamaño de un plátano, ¡y un día se las mostré! Se lo deletreé: ‘Tu popo es demasiado grande para un pañal. Necesitas ir al baño’. Y así comenzamos”, comentó Daphne Brogdon del sitio coolmom.com.
“Yo tuve la oportunidad de mostrarle con un ejemplo. Mi hija de 3 años se negó a hacer popo en el escusado. Luego, un día, mientras estaba con su amiguita, se dio cuenta que la amiga fue al baño en el escusado que tenía enfrente. Mi hija hizo popo en el escusado a partir de ese día y nunca tuvimos accidentes”, explicó Christina Marie Puglisi de Buffalo, Nueva York.
Este artículo fue originalmente publicado en Parents.com
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