¿Tu hijo de verdad necesita un fondo universitario?

 
 
 

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Ser económicos y ahorrar todo lo posible en aras de, algún día, poner a tu hijo en la universidad no es exactamente todo lo que dicen que es—ni tampoco es la mejor idea. A continuación, los pros y contras de empezar un fondo universitario para tu hijo, y cómo hacerlo bien si te decides por ello.

Texto: Kimberly Zapata 

Traducido por Ana Cristina González I Foto: Getty Images

Si eres un nuevo padre o estás esperando un bebé, es probable que tengas mucho en la cabeza todo el tiempo. Desde alimentar y cuidar a tu recién nacido hasta elegir un pediatra, a veces podrías sentir que hay una cantidad abrumadora de factores de dónde decidir. Pero hay algo que quizás no hayas considerado, al menos todavía. Abrir un fondo universitario. Después de todo, ¡tu bebé todavía usa pañales! Su educación superior está todavía a 18 años, ¿no es verdad? Pero según varios expertos, deberías empezar planificarte para ese futuro alrededor de… ahora mismo. 

¿Por qué? Porque la universidad es costosa—muy costosa. Muchos programas de educación superior cuestan decenas de miles de dólares; según un artículo de 2016 por el Wall Street Journal, la deuda por crédito estudiantil promedio se ubica en $37.172—y eso es solo el promedio. Es como comprar un carro nuevo o tomar un crédito para una casa pequeña.

Claro, “la cantidad que decidas ahorrar [para la universidad] es una decisión muy personal, única según los valores familiares, circunstancias, y otras prioridades financieras”, Patricia Roberts—una defensora de los ahorros para la educación y autora de Route 529: A Parent’s Guide to Saving for College and Career Training with 529 Plans—comparte con Parents. Así que si piensas contribuir a ese ahorro, mientras antes empieces, mejor.

Pero ¡adivina qué! Ahorrar todo lo que puedas en aras de enviar a tu(s) hijo(s) a la universidad no es todo lo que dicen ser—y tampoco es una idea muy inteligente. A continuación, los pros y contras de empezar un fondo universitario para tu hijo, y cómo hacerlo bien si te decides por ello.

Los pros

Evitar los préstamos—y por ende, ahorrarte los intereses—es el beneficio principal. “Sea cual sea la cantidad que puedas ahorrar para tu estudiante futuro, será muy beneficiosa ya que será menos dinero que debas tomar prestado—y luego devolver con intereses, explica Roberts. Mason Miranda, un especialista de la industria del crédito, concuerda y le dice a Parents que “un beneficio principal de un fondo universitario es que va a ayudar… a evitar una deuda estudiantil más grande”.

La deuda promedio por crédito estudiantil está en $37.172—y eso es solo el promedio.

Dicho esto, es importante que los ahorros universitarios sean consignados de esta forma. Las cuentas de ahorro generales, por ejemplo, serán contabilizadas como activos o ingresos, y podrían causar un impacto negativo a la elegibilidad de tu hijo al aplicar a ayuda financiera. “Una desventaja de tener un fondo universitario es que las ganancias serán sujetas al impuesto de renta cada año”, Paul Sundin—contador público certificado y estratega de impuestos—nos explica. “Estos activos podrían reducir la elegibilidad al aplicar a ayuda financiera”, en particular las becas por necesidad y los créditos. 

“Los activos a nombre de tu hijo—incluyendo una cuenta de ahorros, fideicomiso, o cuenta de corretaje—impactarán más negativamente a la posibilidad de becas por ayuda financiera que los activos a nombre del padre”, redacta Katie Lobosco para CNN. “El dinero ahorrado en una cuenta de ahorros a nombre del niño podría costarte cuatro veces más en términos de la ayuda financiera que el dinero en una cuenta a nombre del padre”. 

Los contras

Además de impactar las becas potenciales de ayuda financiera de tu hijo, ahorrar demasiado para su carrera universitaria con antelación también puede afectar tu seguridad financiera.

“La principal desventaja de ahorrar demasiado para la universidad de tu hijo es el impacto que podría tener sobre tu propia seguridad financiera”, Brian Walsh—planeador financiero certificado—habla con Parents. “He trabajado con muchos padres que ahorraron agresivamente para sus hijos, pero no se preocuparon por construir un fondo de emergencia ni ahorraron lo suficiente para su jubilación. Es crítico que des prioridad a tus propias finanzas antes de empezar a ahorrar para tu hijo. Como padre, entiendo perfectamente el deseo de ofrecer prosperidad a tu hijo contra viento y marea, pero como planeador financiero, sé que puede crear dificultades más importantes”.

Es crítico que des prioridad a tus propias finanzas antes de empezar a ahorrar para tu hijo. Por esta razón, si vas a iniciar un fondo universitario, es vital que lo hagas correctamente. 

Cómo empezar un fondo universitario—pero inteligentemente

“Hay varias alternativas para entrar a la universidad y/o para crear un fondo universitario”, conversa Sundin con Parents. “Está el Roth IRA, la póliza de seguros, o los bonos de ahorro elegibles que no están necesariamente destinados para la universidad inicialmente pero se pueden convertir en aras de ese propósito. Ahorrar temprano para un fondo universitario, especialmente empezar cuando el niño aún es muy joven, es muy beneficioso porque ahorras lo suficiente para cubrir casi todos los gastos universitarios, y un plan de ahorros 529 es a menudo la opción más amigable en términos de impuestos, ya que muchos estados les permiten a los padres deducir estas contribuciones de su impuesto de renta estatal”. 

Sin embargo, independientemente de qué tipo de cuenta de ahorros elijas, es vital que investigues todas las opciones; los préstamos, subsidios, y becas estudiantiles quizás sean también necesarios para financiar la educación de tu hijo de una forma que no afecte la estabilidad financiera de la familia.

“La mayoría de los padres no son capaces de ahorrar con antelación lo suficiente para pagar por toda la educación de sus hijos”, comparte Walsh con Parents. “Pero hay alternativas si quieren ayudar igualmente. Algunos padres deciden pagar la matrícula universitaria en tiempo real, por ejemplo, y la consideran parte de los gastos ordinarios de la casa. Otros piden préstamos para ayudar al pago de la universidad”. Otras familias le dan prioridad a guiar a sus hijos en el proceso de pagar la universidad ellos mismos

Los programas de reembolso al empleado también son una opción. “Si trabajas para un empleador que tiene un programa de asistencia educacional, es posible que puedas cubrir algunos o todos tus gastos,” elabora Roberts. “Muchos estudiantes trabajan a tiempo completo y estudian a medio tiempo para poder ahorrar dinero”. 

Iniciar tu carrera universitaria en una universidad local o comunitaria también puede contribuir mucho a los ahorros porque, como explica Roberts, “este enfoque te ayudará a bajar tus gastos ordinarios e igual te lleva a la misma meta”. Solo asegúrate de que cada crédito universitario obtenido se pueda transferir.  

Sea cual sea el enfoque que elijas, recomienda Walsh, es “supremamente vital que te asegures que tu plan financiero no sea desestabilizado por un aumento en costos o por deudas”. Esto va tanto para tus hijos como para ti, mamá.

Este artículo fue originalmente publicado en Parents.com

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