7 trucos si tu hijo no come verduras y frutas: Kid versus food
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El 90% de los niños no comen los vegetales que debieran y el 60% tiene problemas con la fruta. Así, si tenemos en cuenta que lo recomendado es la ingesta de 1/4 de taza de vegetales y 1/4 de taza de frutas al día, podemos, sin exagerar, decir “Houston, tenemos un problema”. Por eso, hemos pedido ayuda a la chef y experta en nutrición Lorena García, que nos ha dado los siguientes consejos:
- Para hacer que se coman las verduras, lo mejor es esconderlas. Los niños son súper quisquillosos con la comida. ¿Por qué no haces unos espaguetis con salsa de tomate? Y luego a la salsa de tomate le añades verduras varias troceadas muy pequeñitas para que no se distingan. Una mentira piadosa no hace daño a nadie, ¡y a todos los peques les encanta a pasta!
- Los batidos son siempre una buena opción. ¿Qué tal un “smoothie” con sabor a leche con fresas y bananas? Esta es la propuesta de Sidekicks ($8,99 por paquete), una mezcla vitamínica de frutas y verduras del sello Pediasure que es equivalente a las frutas y verduras que tu pequeño debería comer en un día. No sustituye a la comida pero da el aporte extra necesario para suplir aquellas carencias en la alimentación: : calcio, potasio, vitamina C y fibra.
- Los niños no nacen odiando ningún sabor, sino que el sentido del gusto se entrena. Si los padres no comen frutas y vegetales es muy probable que los niños tampoco lo hagan. Por su parte, los trabajadores de las cafeterías de los colegios no deberían trabajar solo en el menú sino también en cómo presentar las diferentes frutas y verduras a los niños. Preocúpate porque tu hijo ya desde pequeño empiece a probar todo tipo de sabores, tanto en casa como en el colegio . Aborda el tema de manera educada en las reuniones escolares.
- “Hay que saber elegir las batallas. En este país, el comer orgánico puede ser un lujo para las personas con un poder adquisitivo bajo”, comenta Lorena García. En esos caso, lo mejor es volver a las bases de lo que sí podemos hacer. Por ejemplo, elaborar menús de cosas que le gusten a los niños. Si les gustan las hamburguesas, cocina hamburguesas en casa, con su ketchup y su queso, pero, en lugar de patatas fritas, acompáñalo con una ensalada de pimientos.
- Nunca fuerces porque convertirás una reticencia inicial a probar algo nuevo en una fobia. La obligación no funciona. Hay que darles a probar de todo, pero habrá cosas que no les gusten y eso hay que respetarlo. Utiliza los ingredientes que sí les gustan. Y paulatinamente conforme van creciendo amplía esos ingredientes.
- Hazles partícipes del proceso de cocinar y comer. Pídele a tu pequeño que sea el “asistente cocina” y preparen juntos una ensalada. ¡Verás como le encantará ayudarte y además se lo comerá todo sin rechistar! Y la ensalada es un ejemplo. Si funciona, puedes pedir su colaboración para cocinar cuscús, bizcochos, gazpacho, sopitas…
- Prémiales solo en ocasiones. Darles helado o dulces a cambio de que se terminen la fruta y la verdura puede ser contraproducente ya que pueden aceptarlo como parte de su rutina y exigirlo con cada comida. Déjales bien claro de que se trata de una situación excepcional.
Foto: iStock
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