Sé una mamá más feliz
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La llegada de los hijos implica para muchas el deseo cumplido de convertirse en madre, la consumación de amor con la pareja, la sensación de prevalencia, una inmensa sensación de alegría, y también un sentido amplio de la responsabilidad y hasta miedo. La realidad de ser madre, sin embargo, no es siempre tan feliz y aunque el sentimiento te haga sentir culpable, hay ocasiones en las que desearías que tus pequeños desaparecieran. Es natural; estar a cargo de la crianza de unos niños no es asunto sencillo. Ten en cuenta estas recomendaciones si quieres ser una mamá muy feliz, lo cual por ende aumentará el nivel de paz y tranquilidad para toda la familia.
Tú misma
Mucho del estrés que puedes llegar a sufrir como mamá viene de los intentos (casi siempre fallidos) de ser la “mamá ideal”. La verdad es que las mamás en el infinito amor que sienten por sus hijos pocas veces piensan que están cumpliendo con la labor lo mejor que podrían. Evita de todas las maneras compararte con otras mamás: bien sea la tuya propia, tu mejor amiga o hasta las mamás de los compañeritos de escuela de tus hijos, tus hijos tienen una excelente mamá, tú, así que dedícate a ser la mejor versión de ti misma. Piensa en las ventajas que tienes: tal vez eres muy buena en matemáticas, fuiste gimnasta cuando eras pequeña, eres muy buena para contar historias o sabes cocinar postres como nadie más. Acepta ayuda en los campos en los que no seas tan buena, sin sentir que has fallado.
Pónlo en papel
Escribir es una de las formas más sencillas y efectivas de liberarse de las cargas. No tienes que ser escritora profesional ni mucho menos. Se trata de que tengas un pequeño diario o libreta donde anotes las cosas con las que sueñas y aquellas que quieres cambiar, y lo tomes como referencia en tu vida diaria. Si en vez de gritar cada vez que algo sucede, te tomas el tiempo de escribir al respecto y analizarlo después, descubrirás que tienes en tus manos una excelente herramienta de educación para tus hijos y una magnífica vía de crecimiento y liberación para ti.
Llama a tus amigas
Con el tiempo y las demandas de la vida diaria puede que tus amigas vayan desapareciendo en el baúl de los recuerdos. Sin embargo recuerda lo importantes y valiosas que son ellas en tu vida. Tus amigas son como la familia que tú tuviste el derecho de elegir. Llama a tus amigas y salgan a tomar un café, recuerden los buenos momentos que han convivido, vayan al cine, incluso pueden compartir actividades que incluyan a los niños. Lo primordial es no romper una conexión con personas que son tan importantes en tu vida.
Tiempo para ti
Es cierto que tus hijos son muy importantes en tu vida, pero no pueden convertirse en tu vida entera, si no terminarás profundamente amargada y frustrada. Busca la manera de organizar tu agenda y de repartir las responsabilidades de los niños con tu pareja de manera tal que te quede tiempo para hacer cosas que te gusten a ti. Ve al gimnasio, toma una clase de algún tema que te interese, medita, sal a leer al parque, pasa una tarde en casa de tu madre, toma una siesta. Hagas lo que hagas, toma tiempo para ti y tus necesidades.
Comparte tus pasiones
Las mamás muchas veces se embarcan tanto en los proyectos de sus hijos que olvidan que tienen los suyos propios, y que a los niños les gusta aprender y más cuando es algo que les cause verdadera pasión a sus padres. Separa algunos momentos del día para compartir lo que te hace feliz: muéstrales tu colección de CDs y enséñales a bailar, pasen un tiempo haciendo un retrato en un parque, vayan a una obra de teatro al aire libre. Deja fluir tus propios intereses; será reconfortante para ti y ellos.
Organiza
El desorden de la casa es de las cosas que más pueden estresar a una mamá. ¿La buena noticia? El desorden no es sólo tuyo ni es tu responsabilidad individual encargarte de limpiarlo. En vez de gritar y ponerte de mal humor, organiza un sistema en el que todos participen. Puede ser un horario de labores diarias que incluyan a todos los miembros de la casa, con los niños puedes inventar un sistema de premiación real o simbólica cada vez que cumplan con una de sus tareas. Haz del orden de la casa una costumbre agradable y no una tarea estresante para todos.
Foto: iStockphoto
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