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“Había una vez una pareja que se amaba mucho, salían a cenar, eran muy detallistas el uno con el otro, tenían una muy buena vida sexual y… desde el día que tuvieron su primer hijo las cosas comenzaron a cambiar poco a poco”, según se narra la historia de tantas parejas.
Aunque las relaciones no sean un completo cuento de hadas, y los hijos sean el resultado del amor profundo entre dos personas, la llegada de los mismos sí puede afectar la dinámica de la pareja. Es importante que recordemos que además de ser padres, somos hombres, mujeres y parejas que necesitan ponerle atención a cada uno de sus roles, pero ¿cómo lograrlo?
Las cosas por su nombre
Antes de llamarte “mami” tenías un nombre de pila, y seguramente muchos sobrenombres (bella, flaca, amor, hermosa). Para tus hijos eres su mamá, pero cuando se trate de tu relación de pareja, recupera tu nombre o sobrenombres tiernos. Recuerda que inevitablemente uno termina asociando el nombre con el objeto, y las mamás no son necesariamente la idea de pasión y romance en la mente de tu pareja.
Comida de grandes
Es muy común que las costumbres alimenticias del hogar varíen con la llegada de un hijo, y es que ¿a quién le gusta cocinar dos veces? En vez de reducir tu dieta y la de tu pareja a macarrones con queso y brócoli cocinado, prepárale platos menos complejos a tu hijo, y dedícale el tiempo extra a la comida para los adultos. Claro que los niños necesitan todas sus vitaminas y nutrientes para un desarrollo apropiado, como también es verdad que los pequeños responden mejor a platos menos elaborados. En la medida en que tu hijo vaya creciendo podrás ir introduciendo más elementos de la comida para adultos. Anímate a preparar una deliciosa receta.
Cada cosa en su lugar
Los niños son niños y aunque es imposible que sean completamente organizados y racionales desde una temprana edad, sí es importante que les enseñes a respetar los espacios. Los juguetes del niño deben estar en su cuarto o en la sección de juego que hayas designado en la sala. El pequeño debe dormir en su propia cama en un cuarto separado al de sus padres, la comida debe mantenerse en la mesa, etc. De esta manera estarás ayudando a que tu hijo entienda de estructura y disciplina, y evitando que tu casa entera se convierta en un preschool.
Adultos
Tu hijo debe entender que si bien lo amas mucho, el adulto eres tú. No permitas que te manipule, controle tus horarios, tiempo o actividades sólo porque así se le antoja. Respeta las citas que tengas con tus amigas, disfruta de una copa de vino de vez en cuando y sal a comer a un restaurante romántico con tu pareja. Enseñarle a tu hijo a asimilar el “no” es una de las grandes lecciones de vida que puedes darle.
Foto: Hemera
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