Parejas que pelean por culpa del dinero

 
 
 

Encuentra mucha más información pensada para ti

¡Síguenos en Facebook!

         
 
 
image for Parejas que pelean por culpa del dinero

Cierto que estos tiempos económicos que estamos viviendo son desafiantes. Muchos, ante la bajada de esa marea llamada economía, han descubierto cuán desnudos y vulnerables estaban. Sea por el estatus migratorio, la pérdida imprevista del empleo, la falta de una reserva de emergencia, o el exceso de deudas y gastos, cualquiera de estos factores nos dejan débiles ante la fuerza de un maremoto económico como el que estamos viviendo todos los días.

Pero si no somos astutos en la forma de manejar esta presión, puede que tenga serias consecuencias en la paz del hogar y en la familia. Hay problemas externos que no podemos controlar, pero somos responsables de los que son controlables.

Y entre ellos está trabajar en equipo, especialmente en estos tiempos.

Ambos están a bordo del mismo barco. No es “mi problema” o “tu problema”. Es “nuestro problema”. No importa lo complejo que sea el reto económico en el que te encuentres, recuerda que ambos están navegando por las mismas aguas turbulentas. Llevan el peso de las deudas, de la pérdida de ingresos o de la falta de motivación. Juntos saldrán de las deudas, buscarán los ingresos necesarios y se ayudarán mutuamente a encontrar la luz al final del túnel. Después habrá tiempo de asumir o señalar responsables, pero ahora hay que sacar adelante a la familia y ése es sin duda un trabajo en equipo.

Seas una persona temeraria o cautelosa, puedes aprender a manejar bien el dinero si procuras evitar los extremos.

Establezcan metas conjuntas. Son tiempos para ver el bosque antes de detallar el árbol. Es momento para hablar de las metas que se quieren y qué acciones tomarán para lograrlas. Ya sea para determinar cuánto piensan gastar por mes, lograr hacer una reserva de emergencia, bajar las deudas, ahorrar para la jubilación o preparar un viaje de vacaciones, ambos deben estar en la misma página. Haz una lista de lo que quieren lograr, en cuánto tiempo y cuánto dinero necesitarán para lograrlo.

Durante este proceso de determinar sus prioridades, y contrario a lo que muchos puedan pensar, es importante y saludable que mantengan el diálogo. En este intercambio de deseos y necesidades se buscan puntos en común para el beneficio de ustedes dos y para el de toda la familia.

Trabajen las cuentas ambos. “Es que no sé de números”, dices tú. “Pues conócelos”, digo yo. “Es que no me gusta hablar de dinero”. Pues comienza a discutirlo. He visto suficientes casos como para agrupar a los individuos en dos categorías: los temerarios y los cautelosos. Aunque en cada uno hay grados, lo cierto es que el cauteloso es más amante del orden, el proceso, el análisis y la pausa. El temerario tiende más al desorden, lo inmediato, la rapidez, la acción y lo decisivo. En las finanzas necesitamos de ambos, siempre y cuando no se vayan a los extremos. Si eres más cautelosa, procura ocuparte de los números, de llevar las cuentas, de hacer el análisis, de traer orden al espíritu hippie del temerario. Si eres más temeraria, ocúpate de mantener las cosas en acción, negociar, tomar decisiones cuando se requiera y obligar al cauteloso a que no se quede paralizado en el análisis.

Recuerdo el caso de una pareja en la que ella era más cautelosa y él más temerario. Ella se encargaba del presupuesto, de buscar ahorros sin misericordia, de leer la letra pequeña, de investigar cuando se planeaba una compra significante, como una casa, auto o electrodomésticos, y él se encargaba de revisar lo que ella hacía, de negociar precios y condiciones, de establecer fechas y traer un poco de calor humano al análisis cuando la cautelosa lo perdía.

Como en la película Star Wars (La guerra de las galaxias), en nosotros están las fuerzas del bien y del mal. ¿Acaso vamos a permitir que salga nuestro Darth Vader llevando nuestra relación al fracaso? De nosotros depende hacer del problema económico una puerta de oportunidades para fortalecer la relación de la pareja y el dinero, o calentar el horno de tal manera que incineremos la relación, haciéndola un cuerpo irreconocible.

Es tiempo de trabajar en equipo.

 

 

Texto por: Xabier Serbia

Foto: iStock 

Continua leyendo más artículos:

 
 
 
 
 

comentarios