La leche está repleta de nutrientes sanos, pero demasiado calcio puede interferir con la absorción de hierro, lo que podría derivar en anemia o dificultades de aprendizaje.
La mayoría de los niños mayores de 1 año deben consumir dos tazas diarias, según un estudio en Pediatrics.
“Eso les provee la cantidad requerida de vitamina D sin disminuir sus niveles de hierro”, dice el autor del estudio Jonathon Maguire, M.D., pediatra en St. Michael’s Hospital, en Toronto. También les proporciona la mitad del calcio que necesitan a diario.
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