Cómo hacer el regalo perfecto
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No vayas por lo más obvio. El ejemplo típico: sabes que a Plutarca le encantan los gatos, por lo que escoges para ella algo relacionado con los felinos, ya sea una taza para el café adornada con mininos, una camiseta con la imagen de adorables gatitos, etc. El problema es que casi todos los que la conocen van a pensar lo mismo, así que la pobre Plutarca acabará sepultada bajo una avalancha de regalos gatunos. Moraleja: para sorprenderla con algo diferente, ve más allá de lo que salta a la vista.
Psicoanaliza al sujeto. ¿Se trata de una persona práctica, que prefiere ir a lo seguro con una tarjeta de regalo de su tienda favorita… o de un espíritu libre al que le encantan las sorpresas? ¿Es una intelectual, o ama los deportes? Quizás es una hedonista a la que la enloquecen los masajes, los faciales y las pedicuras, o una gourmet que sueña con tener a su disposición ingredientes de cocina exóticos. Una buena forma de descubrir su tipo es conocer sus hobbies.
Investiga en qué gasta su dinero. Ahí tienes una buena pista de lo que realmente le gusta: los perfumes, las joyas de fantasía, los libros, etc. Pero —ojo— asegúrate de que tomes nota de las cosas que compra por placer, no por obligación.
Descubre qué obsequios la han deslumbrado en el pasado. No es para que le regales lo mismo, eso es obvio, sino para que conozcas sus preferencias. Por ejemplo: si Fulgencia te cuenta que quedó encantada con el arreglo floral que le hizo su vecina, o con la bufanda que le tejió su prima, te está dando una pista importante: prefiere los regalos únicos, hechos pensando únicamente en ella y para ella.
Si lo tiene todo… Regálale una experiencia. ¿No necesita nada? A esa afortunada regálale boletos para ir a un concierto, entradas para el zoológico o para dar un paseo en bote; un masaje, un makeover o un corte de cabello con un estilista de moda podrían dar justo en el blanco.
Foto: iStock
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