¿Cómo dejar ir la culpa por no amamantar?

 
 
 

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Si eres mamá, es posible que hayas experimentado el sentimiento de culpa alguna vez. Desde consejos no solicitados (gracias, pero no gracias, señora desconocida en el supermercado) hasta el bombardeo de fotos “perfectas” en redes sociales, la culpa se infiltra en muchas facetas de tu vida.

Y cuando se trata de la imposibilidad de establecer o mantener la lactancia, la culpa de mamá llega sin ser invitada. Si has sentido culpa por no dar pecho, no eres la única. De hecho, un nuevo estudio global de la marca de alimentación infantil Tommee Tippee reveló que un tercio de las madres se sentían avergonzadas al cambiar de la leche materna a la fórmula. Eso no es sorprendente, ya que más de la mitad de las mamás experimentaron problemas de salud mental debido a la lactancia. Además, el 46% cree que el dicho “el pecho es lo mejor” hace que las mujeres se sientan mal si no pueden amamantar, y el 42% dice que esta afirmación ejerce presión sobre las mujeres.

Si por algún motivo tú no puedes o no quieres amamantar y eso te hace sentir mal, a continuación te damos algunas recomendaciones para lidiar con la culpa de la lactancia.

1. Deja de pensar en tu culpa. Esta es una emoción negativa y pensar en ella solo empeorará la situación. Sentirse culpable afectará tu capacidad para vincularte con tu pequeño. Cuando estamos preocupadas por el estrés y la impotencia, el cerebro ya no funciona con claridad y no puede responder a la situación actual de manera adecuada. Ten en cuenta que tu bebé necesita amor y atención sin fin a esta tierna edad, ¡lo estés amamantado o no!

2. Recuerda que eres maravillosa. No poder amamantar no te convierte en un fracaso. Y no dice nada de que si eres una buena o mala madre. El solo hecho de que te preocupes por querer hacer lo mejor para tu hijo demuestra lo increíble que eres como mamá.

3. Interactúa con tu pequeño. Mientras lo alimentas con biberón para satisfacer sus necesidades nutricionales, acurrúcalo, ríete y juegua con él.

4. Si la barriga de tu bebé está llena, eres una gran mamá. Los mejores bebés son bebés alimentados; no importa si se les amamanta o se les alimenta con biberón.

5. Consuélate y enorgullécete… en saber que muchos bebés a los que solo le dan pecho no llegan a tener la piel y los latidos del corazón de su papá tan cerca tan a menudo. Y muchas mamás que amamantan no tienen la libertad de ir a donde quieran, cuando quieran, o de dormir lo que tú puedes al brindarle una o dos tomas nocturnas.

6. Enfócate en la meta. ¿Cuál es tu objetivo final con la lactancia materna? Sí, se entiende que quieras los beneficios para la salud, ahorrar dinero y establecer un vínculo con su bebé. Pero en una perspectiva más amplia, tu objetivo final probablemente se parezca a esto: criar a tu bebé de la mejor manera que sabes.

7. Lo que otros piensan no tiene por qué definirte. No permitas que lo que pueda percibirse como el juicio de los demás afecte negativamente tu disfrute y apego. A los familiares y amigos a los que quieras informarles, hazles saber el motivo de la alimentación con fórmula y prepárate para sus consejos no solicitados sobre “amamantar es lo mejor”. Pero recuerda, no tienes que explicárselo a todo el mundo, solo a los que quieras y te importan.

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