Cómo darle la medicina a los niños que se resisten

 
 
 

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Cuando eres madre, lo último que deseas es que tu hijo se enferme. Pero eso pasa, y sobre todo en invierno, cuando los cambios de temperatura entre los lugares exteriores e interiores, difiere muchísimo. Virus y bacterias se diseminan aquí y allá, y tarde o temprano nos vemos obligadas a pautar una visita al pediatra. Y es allí que muchos papás se enfrentan al fantasma (cuando no al drama) de que su hijito tenga que tomar antibióticos. Por que hay niños (muchos niños) que se resisten tozudamente a tomar medicamentos.

Gritos, llantos, forcejeo, desapariciones inesperadas… pánico de un lado y del otro de la escena. ¿Qué hacer en esos momentos?

El primer paso es explicarle a tu pequeño los efectos que hará en su cuerpo si la ingiere. Los niños no siempre entienden cómo operan estos productos farmacéuticos, lo que hará que él o ella se sienta confiado si expresas comentarios como: “esta medicina te hará sentir mejor” o “así podrás volver a salir a jugar o ir al parque muy muy pronto”.

Un truco que siempre es vigente es el del ‘avión’. Es un clásico y todavía cuando debo suministrar medicinas a mis sobrinos lo pongo en práctica y me da muy buenos resultados. Los niños siempre asocian los juegos con algo bueno, así que es más fácil porque toman el medicamento mientras se divierten. Es muy recomendable sobre todo en las primeras tomas, ya que es cuando los pequeños se acostumbran a su sabor.

¿Qué otros métodos seguir?

1.Cambia el sabor: El farmacéutico puede añadirle un nuevo sabor (sandía, chocolate o fresa) a muchos medicamentos por un pequeño costo adicional.

2. Dosis pequeñas: Tu amor de madre te permitirá hacerlo con las tazas o cucharaditas que vienen dentro de las presentaciones de los fármacos. Si es necesario extiende el periodo de suministro, eso sí conversa con el médico antes de aplicar el método porque la dosis recetada debe ser ingerida por completo para tratar la enfermedad. Consulta con el doctor si es posible hacerlo con pequeñas cantidades y con una mayor frecuencia de modo que tu hijo no tenga problema.

3. Hazlo en el mismo lugar: Los especialistas de la organización Pbs recomiendan elegir el mismo lugar para administrarla y así establecer un rutina. Ajusta el horario y fíjalo en una hoja que colocarás sobre el refrigerador. Haz que tu pequeño coloque una calcomanía o equis durante cada día.

4. Dale alternativas: Tomar la medicina no es algo negociable, pero a los niños les fascina tener el control de las situaciones. Ofrécele alternativas como por ejemplo: “¿Quieres tomar la medicina antes de bañarte o después?”

5. Intenta con un premio: Pregunta al pediatra si debes hacerlo antes o después de cada comida. Una buena idea es mezclarlo con el yogur o leche, cuando se tratan de medicamentos líquidos. También puedes darle un bocadillo, fruta o helado preferido como remuneración.

6. Emplea la fuerza como último recurso: La salud de tu familia es primordial así que como última alternativa usa la fuerza como método. Lo primero que tienes que hacer es colocar a tu hijo en el regazo de su papá y otra persona, quien lo sujetará para que se quede quieto. Mientras tanto tú le abres su boca y suministras el medicamento en la parte superior de la lengua. Asegúrate que lo ingiera por completo.

Fuentes: wikiHow y organización Pbs.

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