Mujeres al borde de un ataque de celos (Parte I)

 
 
 

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mujeres celos parte unoEn el amor, los celos son como la pimienta. Una pizca ocasional y bien empleada de este intenso condimento le pone sabor e interés a un plato. Pero cuando se desborda el pimentero sobre la comida, dominando los otros sabores, el plato se hace literalmente ¡incomible!

La persona que padece de celos pierde un poco la razón. Aunque no tenga motivos específicos para sentirlos, los celos la dominan y le nublan el entendimiento, haciéndola buscar compulsivamente pruebas del engaño de su pareja. Ella espía, rastrea, olfatea, busca en sus ropas un largo cabello femenino delator y en su teléfono celular alguna llamada traicionera. Lo sigue, lo persigue, lo acosa con preguntas y recluta a las chicas para que le reporten desde el frente de batalla.

¿Te reconoces en ella? Si estás leyendo este artículo, apostamos a que, en mayor o en menor grado, te identificas con el tema. Quizás es un problema en tu relación actual (o acabó con las pasadas). Si éste es tu caso y deseas acabar con los celos antes de que éstos terminen con tu relación, sigue leyendo.

LA RAÍZ DEL PROBLEMA

Vamos a confirmarte algo que ya sabes o que sospechas: según un estudio reciente sobre los celos, cuando éstos no son justificados por las acciones de la pareja, el problema es la baja autoestima y la falta de seguridad en ti misma. Tú lo crees… pero a la hora de la verdad, cuando te sientes amenazada, se te nubla la razón y, en piloto automático, caes en el patrón de siempre: perseguir, acusar, pelear, montar un drama y, lo peor de todo, aburrir a tu pareja con tu actitud posesiva. ¿Existe algo menos atractivo y menos sexy? ¿Algo que lo aleje de un modo más eficaz? Sabes que no. Después de todo, todo aquel que se siente preso, desea huir.

Por eso está claro que lo que necesitas no es un sermón, sino un plan de acción, rápido y eficaz, que te permita tomar el control del monstruo y ponerlo en su lugar. Y aquí lo tienes.

LOS PASOS HACIA LA LIBERACIÓN

Reconoce tus detonantes. Dicen los sicólogos que entender el origen del problema es la mitad del camino hacia la solución. Aquí tienes los detonantes más comunes:

1. Crees que el hombre es infiel por naturaleza y que todos son iguales. Si es así, empieza por aceptar que, aun si son muchos, no son todos, y que de la misma manera que hay mujeres buenas y mujeres malas, hay hombres buenos y hombres malos. Por otra parte, si el problema es que sólo te sientes atraída por los llamados chicos malos, entonces reconoce que el drama lo estás creando tú. En realidad, no eres víctima, sino voluntaria.

2. Secretamente te sientes menos atractiva que otras mujeres. Es hora de que hagas un inventario de tus mejores cualidades y te dediques a darte el respeto que te mereces. Irónicamente, eres tú, y no tu pareja, quien encuentra a las demás más sexy y apetecibles que tú. Elevar tu autoestima, sintiéndote atractiva y merecedora de respeto y de amor, te ayudará a eliminar o a mantener esa inseguridad bajo control.

3. El comportamiento de tu pareja despierta tus celos. Si él es un coqueto (inofensivo) irreprimible, por ejemplo, esto puede despertar al monstruo cuando lo ves en acción en un bar o en una fiesta, sobre todo si te sientes ignorada. En este caso, habla con él y déjale saber cómo te sientes. Sin acusarlo, dale ejemplos específicos del comportamiento que te hace sentir incómoda. Si él te ama y te considera, hará todo lo posible por modificar su conducta dentro de lo razonable (no esperes que se te pegue toda la noche y no emita una palabra a otra mujer, porque entonces serás tú quien se sentirá abrumada por él).

Pero aún nos resta abordar otros pasos que te ayudarán a controlar los celos. Te los presentaremos la próxima semana, en la segunda parte de este artículo.

¡No te lo pierdas!

Foto: iStock

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