Aprende a ser paciente
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Vivir en el mundo actual implica andar a mil por hora. Entre las múltiples ocupaciones, la tecnología y el ritmo de vida en general es muy probable que en ocasiones te salgas de tus casillas y te desesperes. La paciencia es una de las cualidades más importantes que puedes tener, sobre todo si tienes en cuenta que por más planificación que hagas realmente no puedes predecir el resultado que tendrá ésta o la otra situación. Estos son algunos consejos para lograr ser paciente:
El primer paso: analiza concienzudamente qué es lo que haces que estés en acelere constante. Puede que sea una de tus características desde niña, que reacciones de forma impaciente cuando tus hijos no se visten a tiempo o cuando estás por llegar tarde a alguna reunión o evento. Puede ser que seas del tipo controlador y estalles cada vez que algo no se da como lo tienes planeado.
Establece los puntos claros: escribe en una hoja de papel el tipo de cosas que intensifican tu impaciencia. Puede que tengas una naturaleza impaciente pero también deben existir elementos que hacen que desesperes aún más. Entender qué es lo que causa tu impaciencia puede ayudarte a disminuirla. De ser posible mantén una libreta o diario donde escribas todo aquello que te impaciente, los sentimientos que te acompañen, etc.
Busca elementos en común: descubrir elementos en común entre las cosas que hacen que pierdas la paciencia puede ser el punto de partida para un aprendizaje sobre ti misma y un ejercicio de control de tus emociones negativas.
Un cambio general: ser paciente es más un aprendizaje que implicará un cambio general en tu vida, por lo que puedes comenzar respirando y pensando antes de reaccionar frente al estrés y escalar este comportamiento hasta que logres mantener calma. Lo creas o no la mayor beneficiada serás tu misma.
Qué es lo importante: estresarte en general no es saludable ni lógico, pero si dejas que la más mínima de las cosas te altere vas por mal camino. Piensa en lo que realmente es valioso en tu vida: tu pareja, tus hijos, tu salud, tu familia, tu trabajo. ¿Qué sentido tiene entonces andar de pelea con el mundo frente al más mínimo inconveniente? Sé agradecida con lo que tienes, valóralo y aprende a perdonar.
El tiempo: si trabajas claramente en una meta, llegarás a alcanzarla. Puede que a veces te tome más tiempo del que deseabas pero perder la paciencia es casi como darte por vencido. No permitas que tu afán destruya lo lindo del proceso.
En general mantén una actitud abierta y positiva frente a la vida, descansa, respira y recuerda que lo único constante en la vida es lo inesperado.
Foto: iStockphoto
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