7 beneficios inesperados de comer en familia, según la ciencia

 
 
 

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Sentarse a comer en familia en cualquiera de las comidas, tiene beneficios increíbles y no solo para los niños sino también para los padres.

Por Erica Jackson Curran

Traducido por Ana Cristina González I Foto: Getty Images

Comer juntos podría ser el mejor truco de la crianza. ¿Se te ocurre algo para hacer en un periodo de una hora que mejore las calificaciones, suba la autoestima, reduzca el uso de drogas y prevenga un embarazo adolescente y la obesidad?

Desde hace dos décadas atrás hasta la fecha de hoy, estudios tras estudios han demostrado que con solo dedicar unos minutos en el día, ignorar la tecnología y conectarte con tus seres queridos mientras comen, puede mejorar tu salud física y mental y la de los tuyos.
¿Necesitas comprobarlo? Aquí te dejamos una de las investigaciones más recientes que demuestran los beneficios de comer juntos en familia.

Compartir ese tiempo es el momento perfecto para conocerte mejor con tu familia, compartir ideas, bromear, hablar de cómo te fue en tu día y hasta de futuros proyectos. Seguramente aprenderás lecciones valiosas de amabilidad y respeto. Si no sabes cómo involucrarte en la conversación, una buena idea es tocar el tema de organizaciones benéficas en las que tú y tus hijos puedan participar (es solo una sugerencia).

1. Enseña a tus hijos mejores hábitos alimenticios.
Un estudio publicado recientemente en JAMA Network Open, revela que por solo comer en familia la dieta en general es mejor, hay más consumo de verduras, frutas, vegetales, especialmente en los adolescentes que acostumbran a consumir más bebidas azucaradas y comida chatarra. Estos hallazgos se basaron en la funcionalidad de las familias, según el estudio.

2. Ayuda a prevenir problemas psicosociales graves.
Según una revisión en el 2015 realizada por investigadores canadienses, determinaron que las cenas familiares frecuentes disminuyen los problemas de trastornos alimenticios, consumo de alcohol y drogas, comportamiento violento, depresión y pensamientos suicidas en los adolescentes. Las jóvenes participantes de este estudio aprovechaban los beneficios que traían las comidas familiares.

3. Puede reducir los problemas de obesidad en la adultez
Un estudio publicado en la revista Journal of Pediatrics, encontró una correlación directa entre la frecuencia de las comidas familiares compartidas en la adolescencia y la reducción de problemas de peso (incluyendo la obesidad) 10 años después, especialmente entre los adolescentes negros. El estudio concluye que cuando las familias comparten este tipo de comidas al menos dos veces a la semana, evita problemas de peso futuros en sus hijos.

4. Aumenta la autoestima de los niños.
Proporciona seguridad y confianza. Compartir las comidas en tu núcleo familiar, ayuda a que los niños se sientan más confiados y seguros de sí mismos, según los expertos de Stanford Children’s Health, un sistema de atención sanitaria pediátrica afiliado a Stanford Medicine y a la Universidad de Stanford. Este tiempo te permite tener conversaciones de calidad, debes practicar la escucha activa con tus hijos, así les comunicarás indirectamente que los respetas y valoras. Involucrarlos a la hora de la comida también es una buena opción. Permite que pongan la mesa, que elijan sus asientos, que limpien, etc.

5. Mejora las habilidades de comunicación.
Un estudio canadiense de 2018 que siguió a un grupo de niños desde la infancia hasta la niñez, descubrió que los niños de 6 años cuyas familias tuvieron experiencias positivas a la hora de las comidas, también tuvieron beneficios positivos a la edad de 10 años. Mantener conversaciones de temas actuales los puede ayudar notablemente a tener una mejor comunicación con los demás. Además que mejora la salud y el estado físico, señaló la supervisora del estudio, la profesora de psicopedagogía de la Universidad de Montreal, Linda Pagani, en una entrevista con Science Daily.

6. Puede ayudar a los niños a recuperarse del ciberacoso.
Una investigación publicada en la revista JAMA Pediatrics, basada en una encuesta realizada a casi 19.000 estudiantes, encontró que el ciberacoso, la ansiedad, la depresión y el abuso de sustancias, tienen una relación. Las cifras dicen que si uno de cada cinco jóvenes sufre de ciberacoso, lo convierte en una situación realmente grave. Pero los adolescentes que comían regularmente con sus familias declararon tener menos problemas como consecuencia del acoso. Los autores del estudio señalan que el contacto regular con la familia facilita una mejor crianza y una comunicación abierta entre los niños y sus padres.

7. Puede ser de uso complementario en la terapia familiar.
Se dice que los hábitos de comida compartidos proporcionan información valiosa a los terapeutas sobre cómo se desempeñan en su dinámica familiar (cuando las familias asisten a terapias), según un estudio del 2016. Durante el tiempo de la comida se puede poner en práctica las recomendaciones de los terapeutas, experimentando nuevos roles y patrones de comunicación.

Este artículo fue originalmente publicado en Parents.com


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