23 maneras de decir “te amo”
Encuentra mucha más información pensada para ti
¡Síguenos en Facebook!

Por Renée Bache
ALGUNAS veces asumimos que la relación sentimental que nos une a nuestros niños se da de manera natural. Sin embargo, forjar lazos estrechos con ellos toma esfuerzo e implica más que decirles palabras de amor o leerles un cuento de buenas noches. Compartir tiempo de calidad con ellos haciendo actividades que tengan un impacto en su día puede marcar una gran diferencia a largo plazo. “Los recuerdos que creen juntos van a nutrir, empoderar y motivar a tus hijos”, dice la médica pediatra Sandra Hassink, expresidenta de la Academia Americana de Pediatría. Buscar nuevos puntos de conexión con tus hijos muchas veces no requiere más que de imaginación y unos pocos minutos. Así que, sorpréndelos con una dosis extra de cariño y siembra felicidad en la familia.
MIENTRAS SON BEBÉS
Establece contacto piel con piel. Las mamás que amamantan hacen esto automáticamente. Pero, si alimentas a tu bebé con tetero o biberón, levántate la camisa y permite que tu hijito se acueste en tu abdomen o tu pecho. ¡Esta es una actividad que también pueden hacer los papás! Date unos minutos para disfrutar de la mutua calidez y sentir los corazones latiendo a la par.
Vuélvete su espejo. ¿Tu bebé aprendió un nuevo truco o monería? ¿Ahora sabe cómo sacar la lengua, hacer ruido al soplar o decir “ba-ba”? ¡Imítalo! A los niños les encanta ver a sus padres haciendo lo mismo que hacen ellos y sentirse parte de un mismo equipo.
Dense el almuerzo mutuamente. Cuando tu hijo o hija ya sea capaz de sostener su cuchara y llevar comida a su boca, al menos una partecita, permítele que te dé de comer a ti también. Si termina ensuciándote toda la cara, di: “¡Uy!”. Haz cara de sorpresa y luego sonríe.
NIÑOS DE TODAS LAS EDADES
Deja que te haga un peinado. Sin importar cómo haya quedado ni cómo se vea, dile a tu hijo que te sientes bella con el nuevo look. Posa para una foto (y si te animas, súbela a tus redes sociales). Eso sí, ¡mantén a tu niño alejado de las tijeras!
Dale masajes suaves. Ofrécele frotar su espalda, sus pies, sus manos o su cabeza. Apenas unos minutitos antes de dormir harán que tu niño se sienta calmo y seguro, y hasta que duerma mejor.
Miren las estrellas. Señálales la osa mayor, pero luego sé creativo e inventa tus propias constelaciones: “¡Esa se parece mucho a Dora la Exploradora! Y ahí hay un aguacate, ¿lo ves?”.
Chapoteen en la lluvia. Siempre que no haya truenos o relámpagos, reta a tus hijos a correr afuera y saltar juntos en los charcos, atrapar gotas con la lengua o bailar y cantar como hacía Gene Kelly en la célebre película Cantando bajo la lluvia.
Dibujen juntos. Los libros de dibujos para colorear de adultos son una manera popular de reducir el estrés, algo que los niños han entendido desde siempre de manera intuitiva. Tracen sus diseños personales o busquen patrones en Internet. De un modo u otro, se divertirán.
Calienta los pijamas de tus hijos en la secadora. En noches frías, a tus niños les encantará meterse en algo calientito. Esta es una forma clara de dejarles saber que su comodidad siempre está presente para ti. Además, es un gesto que literalmente toma dos minutos.
Sorpréndelos con un viaje. ¿Alguna vez subiste a tus niños al carro y los llevaste sin que supieran a un sitio inesperado? Pues haz la prueba: a los pequeños suelen fascinarles las sorpresas. Se trate de pasar un día de esquí en la montaña o de visitar un parque natural cercano, lo recordarán por siempre.
Hablen por videollamada antes de dormir. Aun estando tú de viaje de trabajo o placer, la tecnología te permite seguir leyéndoles el cuento de las buenas noches a tus chicos o cantarles sus canciones preferidas. Antes de cortar, no te olvides de recordarles cuánto los extrañas y que no ves la hora de volver a abrazarlos.
Organicen una fiesta con baile. Deja que tus hijos te muestren sus mejores movimientos al ritmo de la música familiar preferida. Felicítalos y luego hazlo tú. Si esta actividad les divierte, pueden idear una coreografía familiar o montar un concurso de danza.
NIÑOS MAYORES
Jueguen “Tres verdades y una mentira”. Durante la cena, o justo después, tomen turnos y compartan con los demás una lista de tres cosas que ocurrieron ese día y una que no. Todos tienen que intentar adivinar cuál es la que no es verdad. A tus hijos les parecerá gracioso poder decir una mentirita mientras están jugando.
Monten una competencia para no parpadear. Antes de que tu bebé pudiera contarte lo que sentía, tú lo mirabas a los ojos para saberlo. ¿Por qué no volver a hacerlo ahora que está más grande? Jueguen a ver quién puede mantener el contacto visual por más tiempo sin reírse ni parpadear. A los niños les encantará saber que los adultos no siempre serán los ganadores en este juego.
Busquen recetas juntos. Pídele a tu hijo que diga su fruta o vegetal favorito, y luego busquen buenas recetas que lo incluyan como ingrediente principal. Por ejemplo, si le gusta la zanahoria, pueden buscar sopa de zanahoria al curry, soufflé o mouffins de zanahoria. Luego pídele que sea tu ayudante de cocina. Al terminar, evalúen el o los platos por turnos.
Graben videos familiares graciosos. Pueden arrancar improvisando o escribiendo un guión entre todos. Luego, divídanse los roles: quién será el director y qué papel va a representar cada uno de los demás. Te conviene mantener esos videos privados, pero atesorarlos: seguro se reirán a carcajadas cuando los vean un tiempo -o años- más tarde.
Convierte el baño en un spa. Coloca unas gotitas de aceite de lavanda en el agua del baño, baja las luces y ponle play a una de las tantas listas de música de relajación que existen en Internet. Siempre supervísalos, pero guardando silencio.
Inventen sus propias canciones familiares. Cualquier cosa puede servir de inspiración o ser contada en tono musical. Hagan ese ejercicio creativo y verás cómo terminará siendo divertido y, en algunos casos, inolvidable. Mientras lo estén haciendo, ten siempre a mano papel y lápiz: quién te dice que tu familia sea la autora de un nuevo hit latino.
Cuéntales la historia del día en que nacieron. A todos los niños les encanta saber cómo llegaron a la familia. Describe lo que estabas haciendo cuando entraste en trabajo de parto o cuando te avisaron que podías ir a recogerlo, si tu hijo es adoptado. Dale la mayor cantidad de datos posibles e ilustra el relato con fotos y objetos. . Y no te olvides de recordarles que ese fue el día más feliz de tu vida.
ACTOS DE AMOR

Desde que es mamá, la presentadora de TV, actriz mexicana y embajadora de Aveeno Alejandra Espinoza disfruta a pleno de los momentos que pasa con Matteo, su hijo de 4 años. Esto es lo que ella hace para conectar más con él:
1 “Nos encanta jugar juntos a los tazos y las canicas, cosas a las que mis hermanos y yo jugábamos de chicos”.
2 “Dejo que Matteo disfrute en la calle, sude y se ensucie un montón. A él le fascina y yo me divierto, me golpeo y me canso a la par de él”.
3 “Cada vez que nos ve a su papá o a mí haciendo algo, mi niño nos pregunta si puede ayudar, y siempre que sea seguro para él, nosotros lo dejamos”.
4 “Desde que era un bebé, a Matteo le he hablado bien directo, explicándole todo de modo muy claro. Cuando termino, le pido que repita lo que dije. De ese modo me aseguro de que realmente entendió el concepto”.
Este artículo fue publicado originalmente en la revista Parents Latina, Febrero / Marzo 2020.
comentarios