Una enfermedad invisible
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Según un estudio realizado por investigadores del Hospital Infantil de Boston y publicado en Archives of Pediatric and Adolescent Medicine, la deficiencia generalizada de vitamina D que sufren muchos niños es un problema de consecuencias invisibles, pero que con el tiempo se muestra a través de la fractura ósea o el debilitamiento del sistema inmunológico causando enfermedades en la adultez.
Este estudio determinó que alrededor del 40 por ciento de los bebés y niños pequeños de EE.UU. no reciben suficiente vitamina D; el 12 por ciento ya tiene deficiencias de vitamina D, y otro 29 por ciento está en riesgo de deficiencia de la vitamina.
La lactancia materna exclusiva es un factor de riesgo, por eso es importante que los pediatras recomienden a las mamás un suplemento de vitamina D de manera rutinaria a sus bebés. Otros factores que podrían contribuir a los bajos niveles de vitamina D son el no beber suficiente leche enriquecida con vitamina D (para los niños pequeños) y la falta de exposición al sol o el uso de protectores solares. El cuerpo produce vitamina D al exponerse al sol. Por ello, se recomienda a las personas que se expongan a la luz solar 10 a 15 minutos por día tres veces a la semana.
Al igual que la mayoría de las vitaminas, se puede obtener vitamina D en las cantidades recomendadas con una dieta bien balanceada que incluya algunos alimentos enriquecidos. Los años de la infancia y la niñez temprana son el primer período crítico para la formación de hueso. Una vez que la masa ósea alcanza su nivel máximo -hacia los 18 años- ya no puede aumentar.
Foto: iStockphoto
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