Reorganizar juguetes: una operación post-navideña ideal
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Tras la Navidad decidí reorganizar ciertos muebles en casa: en diez minutos subí la cocina del primer al tercer piso y, desde el tercer piso, bajé hacia la sala un escritorio con piano incluido. Antes de que los lectores piensen que tengo la fuerza de Supermán debo aclarar que no se trataba de mi cocina, sino de la cocinita de la niña y que el escritorio-piano era también de ella y estaba hecho de plástico.
Lo que hice fue una reorganización de juguetes. Un ejercicio post-navideño ideal y que incluye: a) mover juguetes de una habitación a otra; b) guardar por un tiempo aquellos que el niño ya no usa mucho pero que aún sirven y c) regalar a quien pueda ser útil –o vender, en las tiendas de segunda mano– los juguetes que ya no corresponden a la edad del pequeño o a su etapa de desarrollo.
Reorganizar los juguetes requiere tiempo, es cierto, pero vale la pena hacerlo porque se trata de una “operación” que puede ayudar a que su niño utilice, disfrute y aproveche mejor los regalos que le trajo Papá Noel en esta Navidad y también en las anteriores.
Si usted deja que los juguetes empiecen a acumularse en casa sin orden alguno, el resultado será una caótica montaña de bloques, muñecos, carros, vestidos, tazas, ollas o trenes, que su niño mirará con creciente desinterés. Además, en medio del desorden, los padres perdemos de vista lo que el hijo realmente necesita (qué habilidades debe reforzar, cómo juega, qué le interesa) y empezamos a comprar juguetes guiados sólo por las modas.
Elegir juguetes seguros y apropiados para los niños implica informarse (la National Association for the Education of Young Children) es una buena fuente de información), observar a nuestro propio niño y, cómo no, revisar periódicamente lo que tenemos en casa. La reorganización de los juguetes es, además, una buena ocasión para que los padres compartamos ideas con los niños en torno al mundo del juego. Mi hija, que tiene 4 años, primero se resistió firmemente a la idea de que yo removiera su cocinita de la sala. Sin embargo, cuando le expliqué que hacía ya buen tiempo que ella “no cocinaba nada” porque quizás le había perdido interés al asunto, empezó a ceder.
Parece que no me equivoqué. Mientras termino de escribir este post, la niña practica muy contenta la canción del ABC en las teclas de su pianito-escritorio. El juguete, que había permanecido por buen tiempo olvidado en el tercer piso, ahora, ante los ojos de Emilie, ha recobrado atractivo.
¡Lo que hace el orden y la variedad!
Paola Cairo es una periodista que nació y creció en el Perú. Actualmente vive en Texas con su familia. Para conocerla más visita su blog Con Ojos de Mamá.
Foto: iStockphoto
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