Remedios caseros que funcionan: Sal Marina, cebolla y sábila
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Es inevitable que nuestros chiquitos tengan las piernas llenas de golpes y raspasos. Prepara una mezcla de una cucharadita de sal marina por cada vaso de agua que añadas. Unta la pasta sobre la herida y sóplales el área con un abanico de mano, para evitar que arda demasiado.
También puedes probar pelando una cebolla: sácale la piel entre capa y capa para colócala sobre el golpe. Cúbrelo todo con una venda, pero no la aprietes demasiado. De esta manera, evitarás que la venda se pegue directamente a la herida. Repite el procedimiento dos veces al día (en la mañana y en la noche).
Los componentes salados que tiene naturalmente la cebolla, tendrán el mismo efecto que si usas la sal marina, pero seguramente tu chico sentirá menos ardor. Además, contiene encimas que se encargan de minimizar la inflamación y ablandar el tejido para que tenga una mejor cicatrización.
En el proceso, también puedes recurrir a un ungüento de sábila (aloe vera, en inglés): busca una oja que tenga más de tres años de antigüedad, córtala por la mitad y derrama su contenido pegajoso sobre el área afectada. Cúbrelo con una venda y déjalo penetrar la piel durante al menos una hora.
Porque los remedios de la abuela, sí funcionan…
Foto: iStockphoto
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