Esto se debe al aumento de medicinas que tienen las personas en sus casas. Analgésicos con opioides, como el Percocet, causaron la mayoría de fatalidades y otros casos con resultados graves, seguido por jarabes de tos, analgésicos sin prescripciones y medicinas para contrarrestar los resfriados.
“Ninguna botella es 100 por ciento a prueba de niños”, explica uno de los autores del estudio, Henry Spiller. “Mantén todas las drogas fuera del alcance de los niños y bajo llave”. Si piensas que tu hijo ingirió algún medicamento, llama al Centro nacional de Control de Envenenamiento e Intoxicación (National Poison Control, en ingles) al 800-222-1222.
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