Cómo evitar enfermarte a la par de tus hijos
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Bien lo sabes tú. Cuando alguno de tus hijitos están enfermos, el trabajo en casa se multiplica. Tus manos no dan abasto para limpiar esas narices que gotean, poner los pañitos fríos en la frente del niño o simplemente sostenerle la mano mientras tose. Pero a la vez que lo cuidas, tú también te expones a esos virus o bacterias que lo enfermaron. Por eso, hemos definido una serie de cuidados que puedes tener en cuenta para evitar que tú también caigas enferma y asegurarte que puedas darle a tu pequeño con gripe todos los cuidados que él se merece.
Alíate de las vitaminas diarias. Si antes no estabas tomando tus vitaminas diarias, ahora definitivamente es el momento de duplicar el fortalecimiento de tu sistema inmunológico.
Incluso si ya tomas un multivitamínico, es posible que desees prestar especial atención a las vitaminas C, B-6 y E. Afortunadamente, la mayoría de las personas consumen una cantidad suficiente de estas vitaminas cuando siguen una dieta saludable.
La vitamina C es el mayor refuerzo del sistema inmunológico de todos, y el cuerpo no la almacena. De hecho, si no obtienes lo suficiente, puedes ser más propensa a enfermarse. Está en frutas cítricas, col rizada y pimientos, entre otros alimentos.
Fortalece la inmunidad con el desayuno. La guerra contra el resfriado común puede comenzar en la mesa del desayuno. Se recomienda que las familias corten los alimentos procesados y agreguen alimentos más ricos en nutrientes, especialmente en el desayuno. La proteína de la mañana ayuda con la reparación de los tejidos y potencia el refuerzo general del sistema inmunológico.
Puedes optar por fuentes de proteínas enteras como carne, pescado, lácteos, huevos, frijoles, tofu o nueces para agregar un poco de potencia de proteínas al sistema inmunitario al desayuno.
No compartas vasos ni utensilios para comer, y asegúrate de limpiar todos los platos con agua caliente y jabón después de usarlos. Esto es algo que debes hacer todo el tiempo porque nunca sabes qué gérmenes puedes compartir.
Mantén a raya el virus de la influenza. Este virus puede permanecer en los tiradores de las puertas, los grifos, las manijas de los armarios y los juguetes, desde dos horas hasta dos días. Para protegerte de contagiarte de este, limpia cualquier superficie que pueda haber sido tocada por tu niño infestado de gripe. Cualquier jabón doméstico o desinfectante te servirá. Estos productos diluyen el virus por lo que es menos potente.
Se una máquina de lavarte. Lávate las manos después de limpiar la nariz de tu hijo enfermo, después de manipular sus pañuelos, de quitarle la bandeja del almuerzo o de recoger sus juguetes.
Por la noche, lávate la cara. Todos nos tocamos la cara, nos demos cuenta o no, y eso propaga gérmenes a nuestras narices, bocas y ojos, así que trata de mantener tus manos alejadas de tu rostro. Además, cámbiate para no tener los gérmenes de tu hijo en la ropa.
Evita besar a los enfermos. Los resfriados se propagan por transmisión de gotitas. Eso significa básicamente que viven y se propagan a través de la saliva y las secreciones nasales.
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