¿Cómo elegir al pediatra?
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La primera doctora de Emilie era una experta en medicina de familia con una agenda bastante ocupada. Con ella no había tiempo para hablar del clima ni de las noticias y, en cambio, había que ir “directo al grano”. Como yo soy una mamá muy conversadora al principio la situación me incomodaba; sin embargo, pronto aprendí a respetar su trabajo y su estilo de comunicación: sus diagnósticos eran precisos, sus explicaciones claras y su trato, aunque algo acelerado, cordial y respetuoso.
Cuando nos mudamos de Canadá a Estados Unidos, naturalmente, tuvimos que cambiar de médico. La nueva pediatra parecía solvente en su oficio, pero Emilie no se sentía cómoda con ella: si la niña lloraba, sea por temor a las vacunas o porque tenía frío al contacto con el estetoscopio, la pediatra no podía calmarla con facilidad. Su trato conmigo era algo cortante, así que tras una ocasión en que su diagnóstico fue errado, decidí buscar un profesional distinto. (Continuado)
Gracias a las referencias de otras mamás y a mi propia investigación en Internet –los servicios médicos ahora suelen colocar el perfil de sus doctores en la web -encontré una nueva doctora para Emilie. Además de su capacidad profesional, lo que más aprecio en ella es su ameno estilo de comunicarse con mi niña y, asimismo, su amplia disposición para escuchar mis preguntas y contestarlas con esmero.
El pediatra del niño, qué duda cabe, debe ser elegido con seriedad. En busca de un pediatra tenemos que evaluar su experiencia, trayectoria y yo diría que también la capacidad del profesional médico para establecer una relación fluida con los padres y el paciente; incluso cuando éste todavía no puede hablar y usa pañales.
Un buen pediatra es una valiosa fuente de consulta y, por tanto, de tranquilidad. Aunque un médico competente no garantiza salud plena para un hijo, lo que sí nos ofrece son recursos, paz mental y una sensación clave: aquella que nos dice que ante posibles situaciones de enfermedad no estamos desarmados sino que, en cambio, podemos prevenir y, cuando es necesario, dar la batalla.
En una sola frase: no hay nada como poner al niño en manos de un buen doctor.
Paola Cairo es una periodista que nació y creció en el Perú. Actualmente vive en Texas con su familia. Para conocerla más visita su blog Con Ojos de Mamá.
Foto: iStockphoto
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