Baja el volumen
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La verdad es que lo siento mucho por los padres de hijos a quienes se les regalan juguetes ruidosos. El niño está encantado, pero los padres agradecen el regalo con una sonrisa forzada, sabiendo que ese ruido será su condena hasta que el chico se canse del juguete.
El problema es que estos juguetes no sólo fastidian, sino que también pueden causar dificultades auditivas. Ya sé lo que debes estar pensando: “Pero es un juguete, nada más”. Fíjate que un juguete puede producir hasta 138 decibelios de sonido y todavía ser aprobado por el American Society for Testing and Materials. ¿Cómo suenan 138 decibelios? Recuerda la última vez que oíste un avión despegarse. Así. Y sin embargo, las normas laborales requieren que los empleados usen protección auditiva por ruidos que superan los 85 decibelios. Pero si tu chico está escuchando su reproductor de MP3 a todo volumen, está exponiéndose a 105 decibelios. Decididamente, las normas hacen poco para proteger a los niños.
¿Las consecuencias? Uno en cada ocho chicos tiene problemas auditivos producidos por el exceso de volumen, una cifra que está en aumento. La pérdida de audición puede deberse a la exposición a un ruido breve pero intenso o a un ruido moderado y prolongado.
¿Qué puedes hacer? Lo primero es evitar los juguetes ruidosos, o si vienen con un ajuste de volumen, mantenerlo al nivel más bajo. Para los hijos mayores, algunos reproductores de MP3, como el iPod, tienen un control para ajustar el nivel máximo de volumen. Además no lleves a tus hijos a ver películas de acción que se distinguen por sus gritos, explosiones y efectos especiales a un volumen elevadísimo.
Foto: MM Productions
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