Cada año, más de 4,000 niños terminan visitando la sala de emergencias por haberse caído por una ventana. Es importantísimo instalar rejas (hileras de barras con una separación de 4 pulgadas entre sí, que se atornillan a los marcos de las ventanas pero que se pueden quitar rápidamente en caso de incendio) o frenillos (que impiden que una ventana se abra más de 4 pulgadas), aunque vivas en pisos altos o bajos. Asimismo, dado que los bebés y los niños de edad preescolar pueden resultar estrangulados por los cordones de las cortinas, es fundamental poner la cuna y otros muebles lo más lejos posible de las ventanas.
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