Pruebas prenatales no invasivas
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Antes, si querías saber si tu bebé tenía un defecto cromosómico como el síndrome de Down, tenías que someterte a una amniocentesis o una biopsia de corion (CVS por sus siglas en inglés), controles prenatales que conllevan cierto riesgo de aborto espontáneo, pero desde el 2012 están disponibles pruebas prenatales no invasivas (NIPT por sus siglas en inglés) que detectan síndrome de Down (trisomía 21), síndrome de Edwards (trisomía 18) y síndrome de Patau (trisomía 13), entre otros defectos, sin conllevar riesgo alguno tanto para el feto como para la madre.
Se trata de una prueba de sangre que analiza el ADN de las células del feto que están circulando en la sangre de la madre, y se puede realizar a partir de las 9 ó 10 semanas de embarazo. Estas pruebas, que generalmente se reservan para mujeres mayores de 35 años o con antecedentes familiares de defectos cromosómicos, tienen un gran índice de precisión, pero si el resultado es de alto riesgo, lo más seguro es que el obstetra recomiende hacer la amniocentesis o la biopsia corial para confirmar el diagnóstico. En el caso contrario, estas pruebas invasivas se pueden evitar.
Los nombres de estas pruebas genéticas no invasivas que ahora están disponibles son MaterniT21 PLUS, verifi, Harmony, Panorama, NIFTY, PrenaTest and BambniTest. Los resultados tardan unos 10 días y además de tener más información sobre la salud de tu bebé, también sabrás el sexo.
Foto: iStock
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