Miedos a la hora de afrontar el parto
Encuentra mucha más información pensada para ti
¡Síguenos en Facebook!

Te sentirás avergonzada en la sala de parto.
Todas hemos escuchado historias de horror de mujeres a quienes se les rompió la fuente en el restaurante local o que defecaron en la mesa de parto cuando empujaban para que saliera su bebé. Jennifer Cousineau, de Waupun, Wisconsin, le tenía tanto miedo a que le sucediera lo segundo, que le preguntó al médico si podía tomar algo que la constipara antes del parto para evitarlo. “Me dijo firmemente que NO y agregó que si me llegara a suceder era algo natural y que no tenía porque preocuparse” , dice Cousineau.
Deja esas preocupaciones en la puerta, porque nada de lo que sucede en la sala de partos será nuevo para las enfermeras o los doctores. Y, si algo te sucede, podrás contar esa historia por unas cuántas décadas. Cousineau se ríe al recordar que orinó durante el parto: “Mi doctor detuvo lo que estaba haciendo, dejo que terminará de hacer pipi y luego siguió en sus tareas. En ese momento, ya nada me importaba”. Jessica Alvarez, de Wayne, Pennsylvania, se sintió igual: ” Mi fuente se rompió al sentir que la cabeza del bebé se estaba deslizando hacia abajo y le salpicó la cara a la partera. Ahí es cuando me di cuenta que eso es algo normal en su trabajo”.
Tengo miedo del dolor.
¿Cuánto durará? ¿cuánto dolerá? Estas preguntas no tienen respuesta. “Y es por ese motivo que las mujeres se desesperan por saberlas”, dice Christiane Northrup, M.D., autora de Women’s Bodies, Women’s Wisdom. “Esos programas televisivos muestran solamente los casos más raros y las posibilidades más traumatizantes y no los casos más ordinarios, que representan la vasta mayoría”. El parto implica TRABAJAR, pero no significa que el dolor tenga que ser inaguantable. Habla con tu médico acerca de las opciones contra el dolor que existen y luego confía en que él o ella no quieran verte sufrir. Eso es lo que hizo Jessica: “Me puse en sus manos y traté de no pensar demasiado”, dice. Y tuvo su hija sin problemas, claro.
No llegaré al hospital.
No pasa todos los días, pero cuando sucede está por todos los noticieros locales: la mamá que tuvo a su bebé en el asiento trasero del taxi. En verdad, podrías viajar a través del país entre la primera contracción y el primer llanto de tu bebé. Las estadísticas oficiales estiman que, en promedio, el parto y el nacimiento pueden durar entre 12 y 21 horas.
Usualmente, si es tu primer bebé, durará más tiempo. Conversa con tu médico o con la instructora de tu clase prenatal para asegurarte de que sabes bien cuándo es el momento indicado para ir al hospital. Es importante que pruebes ir algunas veces en distintos horarios para saber a ciencia cierta cuánto tiempo te podría demorar, y eso debería poder aquietar tus temores.
Foto: iStock
Texto por Shaun Dreisbach
comentarios