El costo de la fecundación in vitro es inaccesible para muchas familias negras y morenas, pero estas organizaciones lo están cambiando
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Las tasas de natalidad están disminuyendo debido al aumento de la infertilidad, pero la mayoría de las personas que tienen acceso a la fecundación in vitro son blancas. ¿Hasta qué punto el costo impide que los padres negros y morenos tengan acceso a tratamientos de fertilidad?
Por Fiona McKinson
En 2019, según los Centros para el Control y la Prevención de enfermedades (CDC), el número de bebés nacidos en Estados Unidos alcanzó el nivel más bajo en más de 30 años. Además, según los datos de los CDC, una de cada ocho parejas se ve afectada por la infertilidad (el 12% de las mujeres casadas y 7,3 millones de estadounidenses), definida desde el punto de vista médico como la incapacidad de concebir después de un año de sexo vaginal sin protección. Tal y como se hizo público durante la Semana Nacional de Concienciación sobre la Infertilidad del pasado mes de abril, la infertilidad es una de las principales causas del descenso de la natalidad en Estados Unidos.
Las estadísticas sobre las disparidades raciales de las mujeres que recurren a tratamientos de fecundación in vitro son claras. Según los datos de los CDC, las mujeres blancas de entre 25 y 44 años tienen casi el doble de probabilidades (15%) que las mujeres negras (8%) o las hispanas (7,6%) de haber recurrido a tratamientos de fertilidad para quedar embarazadas. Sin embargo, las mujeres negras experimentan periodos más largos de infertilidad cuando acuden al médico (4,3 años) en comparación con las mujeres blancas (3,3 años). Para agravar el problema, después de la fecundación in vitro, las mujeres negras tienen un mayor riesgo de aborto espontáneo y una menor tasa de nacimientos vivos.
¿Hasta qué punto el costo afecta la diversidad entre las mujeres que buscan la fecundación in vitro? Un informe de los CDC de 2014 mostró que era más probable que las usuarias de los tratamientos de fertilidad fueran casadas, blancas, mayores, estudiadas y adineradas. La causa de esto se atribuyó a los costos y a la falta de un seguro médico adecuado.
Calcular los costos
Michele Bratcher Goodwin es profesora de la Facultad de Derecho de la Universidad de California en Irvine y directora fundadora del Center for Biotechnology & Global Health Policy (Centro de Biotecnología y Política Sanitaria Mundial). También es la presentadora del podcast On the Issues with Michele Goodwin (Hablemos de los problemas con Michele Goodwin) de Ms. Magazine y la autora de Baby Markets: Money and the Politics of Creating Families (El mercado de los bebés: el dinero y la política de la creación de familias).
Goodwin nos cuenta en Parents que “el costo de fecundación in vitro es muy prohibitivo en general. Los elevados costos son particularmente difíciles de pagar para las familias de color y las personas solteras, que carecen de riqueza intergeneracional. Mientras que otras personas que desean utilizar los servicios relacionados con la fecundación in vitro pueden tener acceso a reservas financieras, ya sean propias o de familiares, estas opciones no suelen estar disponibles para las familias de color”. Añade que la Dra. Joia Crear Perry, fundadora y presidenta de la National Birth Equity Collaborative (Colaboración Nacional para la Equidad en el Nacimiento), está trabajando actualmente con estos problemas. Perry propuso la creación de una Oficina de la Casa Blanca dedicada a la Salud Sexual y Reproductiva y el Bienestar.
“La infertilidad se acentúa en las comunidades de color”, indica Goodwin. “Las mujeres afroamericanas sufren infertilidad en tasas similares y superiores a las de sus homólogas blancas. El deseo de ser padres no está determinado por el color. Por ejemplo, los padres negros tienen las mismas probabilidades de buscar asistencia médica para quedar embarazados que sus homólogos blancos. Dicho esto, si las tecnologías de reproducción asistida están fuera del alcance debido a las limitaciones económicas, entonces las familias negras pueden tener menos probabilidades de acceder a estos servicios”.
La fecundación in vitro es en principio un sistema de pago por servicio financiado de forma privada. El costo medio de un ciclo de fecundación in vitro en Estados Unidos es de 10.000 a 15.000 dólares y la medicación puede aumentar el costo hasta los 25.000 dólares por ciclo. Para agravar la situación, la mayoría de los centros de fecundación exigen el pago completo inmediato. Los CDC calculan que el 13% de las mujeres que recurren a tratamientos de fertilidad viven en la pobreza. Esta estadística, a su vez, apoya la investigación que muestra que aquellos que se benefician de la fecundación in vitro son principalmente blancos. Según las cifras de 2019 de la Oficina del Censo de los Estados Unidos, el ingreso promedio fue de 76.057 dólares en los hogares blancos y 45.438 dólares en los hogares negros. Además, las familias negras y morenas se enfrentan al racismo sistémico, que puede reducir aún más las opciones financieras, incluyendo el seguro.
La medicación puede aumentar el costo hasta los 25.000 dólares por ciclo. Para agravar la situación, la mayoría de los centros de fecundación exigen el pago completo inmediato.
Sólo 14 estados (Arkansas, California, Connecticut, Hawái, Illinois, Maryland, Massachusetts, Montana, Nueva Jersey, Nueva York, Ohio, Rhode Island, Texas y Virginia Occidental) tienen leyes que hacen que las aseguradoras médicas cubran u ofrezcan cubrir algún tipo de diagnóstico y tratamiento de la infertilidad. Maryland, Luisiana y Nueva York exigen que los proveedores cubran parte del costo. Algunos estados lo subvencionan sólo para las familias de bajos ingresos.
No obstante, muchos planes de salud no cubren en lo absoluto la fecundación in vitro. Para complicar las cosas, los mandatos estatales no aplican a quienes tienen cobertura mediante Medicaid o a quienes tienen seguro de empresas autofinanciadas.
El lado positivo de este enorme vacío en la cobertura es que han surgido varios proveedores de prestaciones de servicios de fertilidad para ayudar a los empleados con los costos de la fecundación in vitro. Por ejemplo, Carrot Fertility (fundada por Tammy Sun, la Dra. Asima Ahmad y Julie Insinger) ofrece apoyo financiero, médico y emocional a lo largo del tratamiento de fertilidad, lo que reduce los costos sanitarios y genera mejores resultados clínicos. El programa de Carrot incluye: congelación de óvulos, fecundación in vitro, servicios de donante, gestación subrogada, adopción, Carrot Rx (una farmacia de primera calidad en la que puedes ahorrar bastante), Carrot Pregnancy y la Carrot Card (una tarjeta de débito flexible para pagar los costos relacionados con la atención durante el proceso de fertilización).
Defender la justicia reproductiva
La Sociedad Estadounidense de Medicina Reproductiva (ASRM, por sus siglas en inglés) declaró que la falta de acceso a los tratamientos de fertilidad en Estados Unidos es un problema de justicia reproductiva. Por ello, la ASRM está dando prioridad al problema de desigualdad en la atención reproductiva y ha afirmado que la creación de una familia es un derecho humano básico. El objetivo de esta organización sigue siendo la igualdad de acceso a los servicios de fertilidad. En 2020, la ASRM también puso en marcha un grupo de trabajo sobre la diversidad, la equidad y la inclusión. Su objetivo es “reducir y finalmente eliminar las disparidades de salud en cuanto al acceso y los resultados de la atención reproductiva”.
El movimiento “Black Lives Matter” (“Las vidas negras son importantes”) y la pandemia también han puesto de manifiesto las disparidades raciales en la atención sanitaria. En abril de 2021, el presidente Biden citó el impacto de la Ley del Cuidado de Salud a Bajo Precio, que hizo que la tasa de personas negras no aseguradas disminuyera drásticamente. También destacó la persistente brecha en la cobertura del seguro médico entre los estadounidenses negros y los blancos, que se redujo en más de un 40% a raíz de dicha ley.
La Sociedad Estadounidense de Medicina Reproductiva (ASRM) declaró que la falta de acceso a los tratamientos de fertilidad en Estados Unidos es un problema de justicia reproductiva.
La ayuda está al alcance de la mano
Para hacer frente a estas injusticias sanitarias, han surgido varias organizaciones de apoyo a la infertilidad pertenecientes a minorías. Esto ha hecho que la fecundación in vitro sea una opción para todos mediante la financiación y la educación.
- En 2005, el Dr. Jason Hammond y la Dra. Camille Hammond crearon Tinina Q Cade Foundation para proporcionar información y ayuda financiera. Ofrece subvenciones para ayudar con los costos de la adopción y el tratamiento de fertilidad. Hasta la fecha, la fundación ha apoyado económicamente a 121 familias de todo el país, con el resultado del nacimiento de 89 bebés.
- La Fundación Sister Girl tiene como objetivo sensibilizar, educar, apoyar y defender a las mujeres. Además, intenta salvar la distancia entre los pacientes y los proveedores de atención sanitaria.
- La reverenda Regina Townsend fundó Broken Brown Egg (BBE) después de haber luchado contra la infertilidad durante diez años y tener éxito con un tratamiento de fecundación in vitro. Con su organización, fomenta las charlas sobre la salud reproductiva dentro de la comunidad afroamericana. Su grupo de Facebook tiene 584 miembros. En 2020, BBE se asoció con Kindbody para ofrecerles subvenciones para tratamientos de fertilidad a mujeres negras.
- En 2009, fue fundado Fertility for Colored Girls (FFCG), un blog que aboga por la infertilidad y que también es una comunidad. Debido a la pandemia, la FFCG suspendió su premio anual de subvención en 2020, pero espera aceptar solicitudes en 2021 para proporcionar más de 10.000 dólares a las familias infértiles que cumplan los requisitos. El premio anual depende del éxito de la recaudación de fondos.
¿Por qué persisten los problemas después del pago?
Por supuesto, la incertidumbre sobre la financiación no es el único obstáculo para costearse la fecundación in vitro. Según el comité de ética de la ASRM, los obstáculos no económicos de la fecundación in vitro son culturales y sociales. Por ejemplo, las diferencias de comunicación pueden hacer que las instrucciones médicas sean inaccesibles. Los estigmas culturales (como el miedo a ser etiquetado como “estéril”), las preferencias personales y las malas experiencias médicas previas pueden ser prohibitivas. Además, los pacientes deben ausentarse del trabajo y ser capaces de recorrer cierta distancia hasta las clínicas. Algunas mujeres de color han expresado que sus propios médicos hicieron suposiciones sobre su (in)capacidad para pagar el tratamiento.
Sin embargo, es posible reducir la disparidad mediante la educación y las políticas. La fecundación in vitro sólo tiene que reinventarse con comunicación transcultural.
Lo que significa ser visible
Un portavoz de Carrot explica a Parents que “existen grandes disparidades en la atención sanitaria para los negros, los indígenas y las personas de color (BIPOC por sus siglas en inglés)”, tanto en tratamientos de fertilidad como en otros aspectos generales. “Las investigaciones demuestran que compartir el origen racial o cultural con el médico tratante puede generar una mayor satisfacción del paciente, una mejor adherencia a los medicamentos y mejores resultados en la salud. Como parte de nuestro compromiso con la inclusión y el aumento de la representación de los negros, los indígenas y las personas de color en el cuidado de la fertilidad, Carrot ofrece a los miembros estadounidenses la posibilidad de solicitar ser emparejados con un proveedor que pertenezca a este grupo. Actualmente, el 27% de los proveedores de Carrot son negros, indígenas o personas de color”.
La fecundación in vitro solo tiene que reinventarse con comunicación transcultural.
Además, existe el extraño mito de que las mujeres negras son MUY fértiles por naturaleza. Estereotipos como este explican por qué los anuncios de fecundación in vitro suelen estar dirigidos exclusivamente a familias blancas, sobre todo porque el sector se basa en referencias profesionales y a menudo carece de un marketing inclusivo.
Afortunadamente, las mujeres están desafiando estas percepciones erróneas mediante las redes sociales. Kellee Stewart utiliza Instagram para transmitir su programa Warrior Wednesdays (Miércoles de luchadoras) en el que comparte las historias de infertilidad de mujeres negras. La dramaturga Sonhara Eastman hace dramatizaciones sobre la infertilidad en YouTube con su serie web Black Girls Guide To Fertility (Guía para chicas negras sobre la fertilidad) y también tiene un podcast con el mismo nombre. En 2020, se creó Sistahs Surviving Infertility, un grupo privado de apoyo en línea dedicado a las mujeres negras que viven con el síndrome de Mayer-Rokitansky-Küster-Hauser (MRKH), que agrava la infertilidad.
También tenemos el podcast Infertilidad Latina, creado en 2020 por Audrey Quinones, Jasmine Higgins y Blanca Tellez, que trata temas de infertilidad en la comunidad latina y publica recursos en español. Quinones cuenta a Parents que “el impacto del podcast ha sido enorme. Cada vez más mujeres latinas e hispanas comparten sus historias con nosotras. Dicen que están contentas y aliviadas de encontrar a otras mujeres que se parecen a ellas, que hablan su idioma o comparten su cultura y que están pasando por experiencias similares. Ya no se sienten solas. Escuchan el podcast y, por lo tanto, manejan más información para hacerles preguntas a sus médicos y abogar por la causa”.
Muchas celebridades, desde Michelle Obama hasta Chrissy Teigen, también han utilizado sus plataformas para hablar sobre la infertilidad y reducir el estigma en torno a la tecnología de reproducción asistida. Estas conversaciones crean un espacio para el diálogo, que es muy necesario. Sin embargo, también tenemos que hablar de los datos.
Aprovechar al máximo los datos sobre la diversidad
En abril de 2021, el presidente Biden sugirió que había luz al final del túnel: “La raza de una persona nunca debería determinar sus resultados en materia de salud… El gobierno de Biden y Harris se compromete a abordar estas disparidades inaceptables, y a construir un sistema de atención sanitaria que ofrezca equidad y dignidad a las mujeres y niñas negras, indígenas y de color”.
Además, señaló que el racismo es la causa de esta desigualdad en la atención sanitaria y que “nuestra nación debe erradicar el racismo sistémico dondequiera que exista, incluso abordando los determinantes sociales desiguales de la salud que a menudo contribuyen a las disparidades raciales”. Por último, pero no por ello menos importante, Biden señaló que “Estados Unidos también debe aumentar y diversificar la mano de obra perinatal, mejorar la forma de recopilar datos… e invertir en organizaciones comunitarias para ayudar a reducir las evidentes disparidades raciales y étnicas que persisten en nuestro sistema de atención sanitaria”.
A medida que se acerca el Día de la Infertilidad, el 17 de junio, invirtamos en dichas organizaciones comunitarias y esperemos que falte poco para que haya equidad racial en la atención a la fertilidad.
Este artículo fue originalmente publicado en Parents.com
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