Cómo perder peso después del parto
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Tener un hijo es una de las experiencias más maravillosas que puede llegar a experimentar una mujer. Es un hecho que cambia por completo sus vidas y también sus cuerpos, cambios para los que no necesariamente se está preparada. En un mundo donde la figura y la apariencia física ejerce una enorme influencia sobre el autoestima de las personas y las celebridades salen del hospital luciendo una figura escultural, es más que normal que las mamás se sientan algo cohibidas con su apariencia después de tener un hijo.
Sin importar lo que establezcan los estándares de Hollywood, recuperar tu figura toma tiempo y como en cualquier situación donde se requiera perder peso, esto debe lograrse de manera saludable y gradual. Recuerda que ahora eres mamá, lo que hagas o dejes de hacer con tu cuerpo en términos de alimentación y ejercicio puede tener un impacto negativo o positivo sobre tu bebé.
- Cuida lo que comes: Si antes del embarazo eras una persona que se alimentaba de vegetales y frutas frescas, granos enteros y proteínas, puede ser que te hayas dado ciertos gustitos durante el embarazo. Este es el momento ideal de recobrar tus buenos hábitos alimenticios. Si por el contrario siempre habías gustado de la comida frita, los productos embutidos y las gaseosas, es hora de que comiences a pensar no sólo en tu salud sino en la de tu hijo y que consumas alimentos que sean sanos y nutritivos para ambos. Si aún sientes ataques incontrolables de hambre, sólo asegúrate de que te estás llenando de comida saludable y con bajo contenido calórico. Mantenerte lejos de las harinas refinadas, azúcares en exceso, sodas y alcohol es un muy buen comienzo.
- Dale pecho: Muchas mujeres optan por destetar a sus bebés en los primeros meses y otras ni siquiera lo intentan. Pues bien, la leche materna no es sólo el mejor alimento para tus hijos sino que además amamantar te ayudará a perder peso y consumir hasta 500 calorías diarias extra. Sin embargo la alimentación, de nuevo, debe ser balanceada, la lactancia no es la instancia ideal para hacer una dieta.
- Únete a otras: Entre cuidar el nuevo bebé, atender la casa y reintegrarte a tu trabajo, es bien probable que no te quede demasiado tiempo para hacer ejercicio. “No tener tiempo” es la excusa más grande que hay para evitar ponerse en forma. Se trata de que organices tu agenda y pidas ayuda. En tu centro comunitario local, en tu trabajo, vecindario o hasta en Internet podrás encontrar mamás que como tú están deseosas de hacer algún tipo de actividad física. Unirte a este tipo de grupos te dará el soporte que necesitas para escoger una rutina y mantenerla.
- Ejercicio: La Sociedad Americana de Obstetras y Ginecología explica que si tú eras una mujer con una alta actividad física antes de tu embarazo y tuviste un parto natural sin complicaciones, podrás retomar ejercicios como la caminata rápida y ejercicios para el abdomen, espalda y pelvis en cuanto sientas que estás lista. Este no es el caso con las mujeres que llevaban una vida sedentaria o tuvieron cesárea, ya que deberán regresar al ejercicio de forma paulatina y después de varias semanas de recuperación.
Foto: Stockbyte
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