Cómo afrontar embarazo adolescente
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Una nueva vida es una bendición, esa es la postura general de la mayoría de las mujeres latinas que ven al hecho de convertirse en madres como una reafirmación del ser mujeres. Pero ¿Qué sucede cuando quien llega con la noticia de un embarazo es tu hija adolescente?
Los embarazos adolescentes en Estados Unidos han disminuido de manera notable después de haber alcanzado su pico más alto en 1990, mayoritariamente debido al incremento en el uso de los condones. Sin embargo los menores entre los 12 y 14 años siguen siendo propensos a tener relaciones sexuales no planeadas, sin protección y en muchas ocasiones bajo el uso de drogas o narcóticos.
Ninguna madre espera que su hija quede embarazada antes de culminar sus estudios o establecer una situación económica óptima, pero si ella llega a ti, recuerda que lo hizo pensando que eres el único ser en quien puede confiar. Tu puedes estar molesta, decepcionada y preocupada, pero recuerda que es su vida la que esta a punto de tomar un giro completo y por ende que ella necesita de tu apoyo.
Además del miedo que pueda estar sintiendo tu hija y las implicaciones sociales, económicas y familiares que su embarazo pueda tener, existen riesgos que conllevan un embarazo adolescente e incluyen: baja en el rendimiento académico, potencialidad a las malformaciones del bebé, menores ingresos, incremento en la tasa de abortos inducidos y un aumento en la cantidad de madres solteras entre otras.
Habla con tu hija, escucha su opinión y exprésale la tuya de manera abierta pero sin juzgarla. Determinen un plan de acción y síganlo. Bríndale a tu hija todo el conocimiento que ya tienes sobre lo que es ser mamá: ella deberá dejar de fumar y consumir bebidas alcohólicas (si lo hacía), evitar el consumo de cafeína, los ejercicios intensos, el trasnocho y los malos hábitos alimenticios. Inicialmente esto puede ser difícil de digerir para un adolescente y es importante que seas paciente y constante.
Ya que tu hija vive contigo, asegúrate de que coma suficientes proteínas, alimentos que contengan calcio y hierro, además de ácido fólico y suplementos vitamínicos. Puede que tu hija sufra de problemas con su imagen, pero el embarazo no es el momento de iniciar dietas.
Puede ser benéfico para tu hija hablar con el consejero de la escuela o contar con asistencia psicológica para adaptarse a los cambios. También puede ser positivo que tome clases prenatales con otras madres jóvenes para que vaya construyendo una red de apoyo.
La vida está llena de cambios y aunque un embarazo adolescente no sea ideal, es importante que lo asumas con entereza y calma ya que tu hija necesitará mucho de ti.
Foto: iStockphoto
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