10 síntomas extraños del embarazo

 
 
 

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Por Erin Meanley y Alesandra Dubin 

Traducido por Ana Cristina González I Foto: Getty Images

Todo el mundo espera náuseas matutinas y antojos divertidos durante el embarazo, pero hay muchos otros síntomas extraños del embarazo que quizás no conozcas.

Una noche durante su tercer trimestre, Cheryl Freiburg de Point Loma California, se despertó con las manos entumecidas y hormigueantes. Reconoció la sensación porque anteriormente había tenido síntomas leves del síndrome del túnel carpiano en el trabajo. Pero durante el embarazo, su cuerpo se había hinchado debido a la retención de líquidos, ejerciendo una gran presión sobre los nervios en sus manos y muñecas. “Tuve que usar soportes ortopédicos a la noche y también en el trabajo”.

Al igual que Freiburg, muchas futuras mamás se encuentran con problemas que sus amigas y suegras nunca tuvieron o simplemente pasaron por alto. Descubre algunas afecciones que puedes experimentar.

Problemas dentales

Puedes descubrir que junto con otras partes de tu cuerpo, tus encías se inflaman, gracias a los niveles cambiantes de progesterona y estrógeno, y a la mayor circulación sanguínea. “Las encías de una embarazada se pueden llenar de sangre, generando bolsas profundas con tejido sensible y sangrar durante el cepillado o el uso del hilo dental”, explica el cirujano dental Gildo Corradi, dentista de la ciudad de Nueva York. Si notas un sangrado significativo, incluso cuando no te estás cepillando, consulta a tu dentista. Verificará si hay gingivitis, inflamación de las encías y periodontitis, una versión grave que también afecta los ligamentos y huesos circundantes y que está asociada a mayor riesgo de parto prematuro y a bajo peso de nacimiento, así como también a pérdida de dientes, derrames cerebrales y otros problemas graves. El Dr. Corradi recomienda que tu odontólogo te haga dos limpiezas dentales durante el embarazo y que practiques una buena higiene oral en casa. Para la periodontitis, tu dentista puede darte un enjuague bucal antibacteriano. Afortunadamente, los problemas dentales tienden a resolverse rápidamente después del parto.

Problemas de nariz

“Prepárate para la congestión, la nariz ensangrentada y ronquidos. ¿Por qué? El interior de la membrana de tu nariz también se inflama, gracias a las hormonas”, dice la Dra. Laura Dean, gineco-obstetra en Stillwater, Minnesota. “Esa inflamación reduce el área de circulación de aire. Tu nariz también puede verse agravada por la sequedad, que empeora en invierno”. Puedes aliviar un poco tu malestar usando gotas nasales o un humidificador, o inhalando vapor durante algunos minutos en la ducha. Afortunadamente, todos estos problemas nasales desaparecerán después del embarazo.

Problemas estomacales

El aumento en la progesterona hace más lento el tránsito de la comida desde tu estómago a tus intestinos, lo que puede causar estreñimiento. Además, las vitaminas prenatales generan que tu cuerpo absorba más agua, lo que puede dificultar el paso de la materia fecal  a través del tracto gastrointestinal. Si estás constipada, alterna tus vitaminas prenatales con un complejo vitamínico sin hierro durante un lapso breve, dice el Dr. Dean, dado que particularmente el hierro en las vitaminas genera estreñimiento. Bebe muchos líquidos (el agua es lo mejor), y llénate de fibras comiendo muchas frutas, verduras y cereales integrales. También puedes probar con un suplemento de venta libre como el Metamucil, que retiene agua en tu intestino y facilita el paso de los sólidos. Sin embargo, evite los laxantes, que estimulan los movimientos de vientre y pueden disminuir la hidratación y afectar la absorción de nutrientes, advierte el Dr. Dean.

Distensión venosa

Tu bebé en crecimiento requiere un enorme suministro sanguíneo para proporcionar oxígeno y nutrientes adicionales. “A las 20 semanas, tu volumen de sangre circulante habrá aumentado un 50 porciento”, explica el Dr. Dean. Con toda esa presión, es normal desarrollar arañas vasculares y venas varicosas en tus piernas y pies. No hay forma de prevenirlos, pero para disminuir el dolor y la hinchazón, eleva tus piernas cuando puedas. Para casos graves, usa medias de compresión o incluso envolturas tipo vendas cuando salgas.

El otro tipo de distensión, esas temidas hemorroides, involucran tejido hinchado y sobresaliente alrededor del ano. Son generadas por una mayor presión en las venas de la zona, junto con el peso adicional de tu bebé. (También pueden agravarse por estreñimiento y por hacer esfuerzo en el baño). Alivia la inflamación y el dolor con crema, almohadillas medicadas y baños tibios. Después del parto, ambos problemas deberían mejorar drásticamente, pero pueden no desaparecer por completo.

Problemas de piel

Probablemente has escuchado que las hormonas del embarazo pueden causar acné, sensibilidad a la luz del sol y oscurecimiento de la piel (generalmente alrededor de los pezones, en la cara, y en la franja que baja por tu abdomen llamada línea nigra). Pero puede sorprenderte un poco descubrir que de repente tienes un montón de papilomas cutáneos: pequeñas protuberancias de piel que aparecen típicamente en lugares donde tu piel se frota entre sí o contra la ropa, como el cuello, las axilas o alrededor de tus pechos. Asegúrate de usar protector solar en tu piel sensible. Los problemas de piel desaparecerán después del embarazo excepto la pigmentación en tus areolas (que probablemente nunca se aclararán completamente) y los papilomas cutáneos, que tu doctor puede quitar fácilmente si te molestan.

Crecimiento de los pies

Tus pies y tobillos pueden estar hinchados ahora, pero algunas mujeres descubren que sus pies han crecido. “Antes de tener hijos, usaba 8.5, ahora uso 10”, dice Dr. Dean. Échale la culpa a la hormona relaxina: relaja los ligamentos en tu pelvis para permitir que el bebé salga, pero puede tener efectos duraderos en las articulaciones de tus pies, haciendo que se aplanen y que ensanchen y/o alarguen. Sin embargo, el efecto puede ser temporal, así que todavía no tires todos tus zapatos.

Visión borrosa

Puedes pensar que necesitas anteojos (o una nueva receta), pero los problemas de visión durante el embarazo son otro efecto secundario de la retención de líquido. “Cuando estás embarazada te hinchas toda y eso puede afectar tus ojos”, dice la Dra. Christine Greves, gineco-obstetra en el Hospital para Mujeres & Bebés Winnie Palmer en Orlando. Tus cristalinos y córneas pueden volverse más gruesos y la presión ocular puede cambiar. Pero la visión borrosa no siempre es un síntoma normal del embarazo, dice la Dra. Greves, así que díselo a tu doctor para asegurarte de que no es una señal de preeclamsia. Incluso si sucede, no te preocupes: tu visión debería volver a la normalidad después del parto. Mientras tanto, querrás evitar realizar un examen ocular porque los cambios en tu visión pueden ser temporales.

Problemas de muñeca

Durante su primer embarazo, Ita Ghitman, una mamá de Houston tuvo síndrome de túnel carpiano severo. “Se me entumecía todo el brazo”, dice. “Una vez tuve que colocarme hielo durante tres días porque no podía soportar el dolor”. ¿Qué sucedía? Lo adivinaste: esa misma hinchazón y presión, que en tus muñecas puede a menudo provocar el síndrome del túnel carpiano.

Una muñequera puede ayudar a aliviar los síntomas estabilizando el área y minimizando los movimientos que desencadenan la sensación, pero el problema debería resolverse después del embarazo, así que dile a tu doctor si el problema persiste.

Entumecimiento u hormigueo

Puedes asumir que el entumecimiento, el hormigueo o incluso el dolor en la parte externa de tus muslos o en todo tu cuerpo es un problema circulatorio, pero es lo contrario. Toda esa sangre que estás bombeando, preparándote para tu bebé puede ejercer presión adicional sobre los nervios circundantes, especialmente al final del embarazo, cuando tu útero en crecimiento puede causar incluso más compresión. Para aliviar esas sensaciones extrañas, pruebe un cinturón de soporte para embarazo, sugiere la Dra. Greves. “Puede aliviar la presión levantando su abdomen, al igual que lo hace el aro de su sostén”, dice. Habla con tu médico cada vez que tengas dolor en tus piernas para descartar la posibilidad de un coágulo de sangre.

Este artículo fue originalmente publicado en Parents.com

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