Todo sobre las alergias alimentarias en los bebés

 
 
 

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Un dolor de barriguita, un sarpullido o dificultad para respirar son signos comunes de alergias alimentarias en los bebés. Entérate de qué hacer si sospechas de este fenómeno común.

Por Kaitlin Bell y Elissa Sonnenberg / Foto: Getty Images

Se calcula que las alergias alimentarias afectan hasta al 6 por ciento de los niños y niñas de 0 a 2 años de edad, según la Academia Estadounidense de Alergia, Asma e Inmunología (AAAAI, por sus siglas en inglés). Para estos niños y niñas, comer ciertos alimentos dispara una reacción exagerada del sistema inmune que puede provocar cualquier cosa, desde comezón crónica y eczema hasta repentina dificultad para respirar, e incluso un choque anafiláctico que ponga en riesgo su vida.

Este problema está aumentando, la incidencia de las alergias alimentarias se incrementó 50 por ciento entre 1997 y 2011. Los científicos no están seguros del por qué, pero las teorías incluyen una mayor consciencia entre los padres/madres y doctores, una menor inmunidad debido a una menor exposición a las bacterias y una falta de exposición a alergenos comunes a temprana edad.

A continuación, te presentamos todo lo que debes saber sobre las alergias alimentarias en los bebés. 

¿Qué provoca alergias alimentarias en los bebés?

Los médicos no comprenden totalmente por qué algunos niños y niñas desarrollan alergias alimentarias y otros no. Sin embargo, “el eczema es uno de los primeros marcadores de una persona alérgica”, dice Amal H. Assa’ad, doctor en medicina, profesor de pediatría y director de la Clínica de Alergias Alimentarias del Centro Médico del Hospital Infantil de Cincinnati. De hecho, hasta un 40 por ciento de los bebés con eczema moderado a severo también tiene alergias alimentarias, según la investigación realizada por el asesor de Parents, Hugh Sampson, doctor en medicina y director del Instituto Jaffe de Alergias Alimentarias del Hospital Mount Sinai, en la Ciudad de Nueva York.

Un historial familiar de eczema, asma y alergias también aumenta las probabilidades. “Puedes heredar la susceptibilidad y volverte alérgico. No es nada que la madre haga cuando está embarazada o lactando, ni nada que el padre haga”, dice el Dr. Assa’ad. A algunos niños y niñas simplemente les toca una mayor parte de los genes que los predisponen a tener alergias alimentarias.

Las señales de alergia alimentaria en los bebés

Cuando hay alergia alimentaria, el sistema inmune reacciona a algún alimento inocuo como si este fuera una amenaza y crea histaminas y anticuerpos para combatirlo. “Todo lo que eso significa es que su sistema digestivo no puede manejarlo cómodamente”, dice la pediatra y doctora en medicina Gwenn Schurgin O’Keeffe.

Los síntomas van desde un hormigueo en la boca e hinchazón de la lengua y la garganta hasta dificultad respiratoria, urticaria, vómito, calambres abdominales y diarrea. La sangre roja en el pañal puede ser un signo de colitis alérgica, un tipo de alergia a la leche que irrita el colon. La respuesta alérgica más grave es la anafilaxis, reacción potencialmente fatal que produce una forma de choque. Si tu bebé tiene dificultad para respirar, la lengua hinchada y se pone sonrojado y con sibilancias, no manejes hasta el hospital; llama a una ambulancia inmediatamente”, advierte la Dra. O’Keeffe.

Cada exposición al disparador puede aumentar la severidad de la reacción. No importa si tu bebé de 2 meses nunca ha probado los cacahuates, por ejemplo: si tú comiste un sándwich de crema de cacahuate durante el almuerzo, él o ella puede exponerse al cacahuate a través de tu leche materna o tu piel, explica Dan Atkins, doctor en medicina y alergólogo pediátrico del Hospital Infantil de Denver y del National Jewish Health.

Conforme madura su sistema inmune, la mayoría de los niños dejan atrás la alergia al huevo y la leche para cuando entran a la escuela primaria. Las alergias alimentarias pueden desencadenarse a cualquier edad, incluso después de haber ingerido un alimento por años, pero las alergias a los cacahuates y a diferentes tipos de pescado típicamente son las que más ponen en riesgo la vida y, con frecuencia, se manifiestan a edad temprana y duran para toda la vida.

Las alergias alimentarias más comunes en los bebés

Debido a que típicamente los bebés no comen una amplia gama de alimentos, las alergias más comunes son a la leche de vaca, observa Scott H. Sicherer, doctor en medicina del Instituto Jaffe de Alergias Alimentarias de la Escuela de Medicina Mount Sinai, en la Ciudad de Nueva York. Hasta el 7 por ciento de los infantes tiene problemas para digerir la leche. Muchos padres y madres confunden esto con intolerancia a la lactosa, la incapacidad para digerir la proteína de la leche lactosa que es común en niños más grandes y en los adultos. Pero este padecimiento es raro en infantes; a veces, se presenta temporalmente después de un virus estomacal, pero desaparece rápidamente.

Otras alergias alimentarias comunes en los bebés lactantes (o bebés que han empezado a comer sólidos) incluyen el huevo, las nueces, los cacahuates, el trigo, la soya, el pescado y los mariscos. Algunos bebés también tienen dificultad para digerir el gluten, la proteína del trigo, el centeno y la cebada. “No detectarás esto hasta que tu niño tenga alrededor de 6 a 9 meses de edad y esté comiendo más granos”, dice Carla Davis, doctora en medicina y alergóloga e inmunóloga pediátrica del Hospital Infantil de Texas, en Houston. (La enfermedad celíaca, una forma grave de hipersensibilidad al gluten, normalmente no se presenta sino hasta más tarde). Es raro, pero algunos bebés tienen intolerancia a la fructosa (azúcar de la fruta) y a la sacarosa (azúcar de mesa).

Cómo diagnosticar alergias alimentarias en los bebés

Aunque quienes padecen alergias alimentarias a edad temprana son millones, el Dr. Sicherer subraya la importancia de asegurar un diagnóstico confiable antes de sacar cualquier conclusión relacionada con la dieta. Restringir la dieta de un bebé sin la guía de tu pediatra conlleva sus propios riesgos. “El peligro más grande es que creas a un niño que tiene una gama reducida de opciones alimentarias”, dice Frank Greer, doctor en medicina, ex presidente del comité de nutrición de la Academia Estadounidense de Pediatría (AAP, por sus siglas en inglés) y profesor de pediatría en la Escuela de Medicina de la Universidad de Wisconsin, en Madison.

Si tu bebé tiene problemas estomacales o se muestra irritada después de las comidas, habla con tu pediatra y consulta a un alergólogo. A veces, el problema no está para nada relacionado con alergias alimentarias: “Yo tomo en cuenta muchas cuestiones”, dice la Dra. O’Keeffe. “Cuando a los bebés no les cae bien la fórmula, una causa común es el mezclar el polvo incorrectamente (no lograr el correcto equilibrio entre la cantidad de agua y la cantidad de fórmula). En un infante que está lactando, revisamos la dieta de la mamá para ver si lo que ella está comiendo pudiera estar produciendo gas adicional. El sobrealimentar puede provocar síntomas similares”.

Puede ser que tu pediatra te haga eliminar cosas, una por una, de la dieta de tu bebé (o de la tuya, si estás amamantando) para descubrir el alimento problemático. Algunos doctores también recomiendan una prueba de punción cutánea, en la cual un alergólogo introduce a través de una punción en la piel de tu bebé extractos de proteína alimentaria para ver cuáles provocan una protuberancia roja con comezón (pero, observa que las pruebas cutáneas comúnmente no se realizan en infantes menores de 6 meses).

Si a tu bebé le diagnostican una alergia, tendrás que mantenerte alejada por completo de sus alimentos disparadores. Si la alergia está relacionada con la leche, los doctores comúnmente recetan una fórmula hipoalergénica a los bebés alimentados con fórmula. Solo recuerda, mientras que las alergias alimentarias pueden ser frustrantes e incluso provocarte susto, estas no necesariamente duran para siempre, dice el asesor de Parents, el Dr. Sampson. A muchos niños y niñas se les quita más o menos a la edad de 5 años.

¿Puedes prevenir las alergias alimentarias cuando estás embarazada y cuando estás amamantando?

En el pasado, la sabiduría convencional sostenía que evitar alimentos altamente alergénicos durante el embarazo y la lactancia (además de evitar dárselos al niño durante sus primeros años) podía reducir su riesgo de desarrollar alergias alimentarias. Pero las evidencias recientes han dado la vuelta a este consejo. Ahora, parece ser que no hay razón para evitar los alimentos alergénicos.

Si estás embarazada, está bien que comas alimentos altamente alergénicos, a menos que tú seas alérgica a ellos. No hay pruebas de que alejarte de ellos reduzca el riesgo de alergia en los bebés. De hecho, quitarlos de tu dieta puede hacer más mal que bien, ya que la mayoría de los alimentos alergénicos proporcionan nutrientes fundamentales para ti y para tu bebé. Por ejemplo, los ácidos grasos omega-3 del pescado y los mariscos promueven el desarrollo del cerebro del feto y el folato de los cacahuates ayuda a evitar defectos del tubo neural, como la espina bífida.

Lo que es más, evitar alimentos alergénicos mientras estás lactando no ha demostrado ofrecer ningún beneficio a tu bebé. Sin embargo, los investigadores sí creen que la lactancia misma puede ayudar a impedir que haya alergias alimentarias. Lo mejor es “amamantar exclusivamente (no alimentar con fórmula) durante los primeros cuatro meses o más”, dice el Dr. Greer. Si tu bebé lactante reacciona a algo que comiste, evita comerlo.

Y con respecto a la táctica contraria (el hacer todo por comer alimentos alergénicos durante el embarazo y la lactancia), tampoco hay evidencias de que hacerlo ofrezca protección alguna contra las alergias, dice Greer.

Estrategias inteligentes de alimentación para empezar a comer sólidos

Según la Academia Estadounidense de Pediatría, ofrecer a tu bebé alimentos alergénicos está bien a partir de los cuatro a seis meses; solo asegúrate de vigilar que no haya ninguna reacción alérgica (los síntomas incluyen urticaria, picazón en los ojos o la boca, vómito, piel pálida, desmayos, dificultad para respirar e hinchazón de los ojos, lengua o labios).

De hecho, “varios estudios muestran que la introducción temprana de alimentos altamente alergénicos puede provocar un menor índice de alergias alimentarias”, dice Katie Marks-Cogan, doctora en medicina, cofundadora y alergóloga en jefe de Ready, Set, Food. “Esta edad te permite moldear al sistema inmune para que no haya alergias”.

Introduce los nuevos alimentos uno a la vez, con dos o tres días de separación. Registra todo lo que tu bebé coma durante varias semanas y también cualquier síntoma relacionado (eczema, mal humor, gases). Visita a tu doctor si notas algún patrón inquietante.

Si a tu infante le diagnostican asma, eczema, o una alergia alimentaria, sigue las instrucciones de tu médico en cuanto a cuándo introducir los alimentos sólidos, dice el Dr. Greer.

Este artículo fue originalmente publicado en Parents.com

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