Dormir con tu bebé: ventajas y desventajas del colecho

 
 
 

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Los papás aman tener a sus pequeños cerca y saber que pueden ayudarlos y darles su ternura y cariño en cada momento. Es por eso que el colecho, dormir junto al bebé en la misma cama o habitación, se ha transformado en una práctica cada vez más usual.

Sin dudas, el colecho es una hermosa manera de estrechar los lazos de cariño con tu bebé, pero también puede acarrear ciertos riesgos. En los últimos años, la gran controversia ha sido: ¿colecho sí o colecho no? A continuación, te contamos lo que dicen los promotores y los detractores de esta práctica, y lo que debes tener en cuenta para tomar la mejor decisión para tu familia.

Las ventajas del colecho

Mayor cercanía. El contacto del bebé con la mamá y el papá es muy importante para su bienestar. En especial, el contacto piel a piel porque lo ayuda a regular la temperatura, el ritmo cardíaco y la respiración, y también a sentirse protegido. Estudios muestran que el sueño de la madre y el bebé se sincronizan durante el colecho por lo que ambos comparten los momentos de sueño liviano y pesado.

Facilita la lactancia. Es más fácil amamantar al bebé durante la noche cuando está durmiendo cerca. Y si se comparte la cama, ni siquiera es necesario despertarse por completo. En caso de que el bebé tome el biberón, se sugiere tener todo lo necesario para prepararlo en la habitación. De este modo, puedes atender a tu bebé de inmediato y a demanda, sin que pase hambre ni largos períodos sin comer.

Mejor descanso para todos. Por todo lo anterior, quienes practican el colecho dicen que sus bebés duermen mejor. Como tienen el amor, el alimento y la protección que necesitan muy cerca, descansan con tranquilidad.

Hay quienes afirman que incluso todos duermen mejor en casa. Los padres no deben levantarse e ir hasta otra habitación para atender al bebé, y cuando llora, se lo puede consolar rápidamente y luego todos vuelven a dormir con facilidad.

Más tiempo compartido. Dormir junto al bebé en la misma cama es una oportunidad única para compartir más tiempo con él. Esta es una ventaja principalmente para los papás que trabajan gran parte del día. Por más que lo que se comparta sea tiempo de descanso y sueño, el bebé puede igual sentir el cariño y la cercanía de sus papás.

Lidiar con el estrés. María Fox, una mamá latina que vive en Estados Unidos, ha investigado los beneficios del colecho y creado un sitio con recursos e información en base a su propia experiencia (colecho.com). Uno de los estudios que ella comparte muestra que la práctica del colecho y la lactancia tienen un impacto positivo en las regulaciones de los niveles de cortisol en el primer año de vida. Esa regulación de cortisol ayuda a los bebés a lidiar con situaciones de estrés y es positiva en el largo plazo.

En debate: desventajas

Problemas para dormir. Si bien hay quienes dicen que el colecho ayuda a que todos duerman más tranquilos, muchos tienen la experiencia opuesta dado que hay niños muy inquietos, y padres que también lo son. Al compartir la cama, los movimientos bruscos o patadas se pueden volver una pesadilla e interrumpir el descanso. ¿Significa que el colecho no es apto para los inquietos? No necesariamente. Los especialistas recomiendan ver cada caso particular y adecuar la práctica del colecho a las necesidades y características de cada familia. Por ejemplo, se puede elegir compartir la habitación, pero no la cama.

Bebés dependientes. La práctica del colecho ha sido cuestionada porque no ayudaría a desarrollar la independencia del bebé y podría generar un apego excesivo. Muchos afirman que los niños que se acostumbran a dormir con los papás podrían tener problemas después para dormir solos.

En el largo plazo, los efectos no son claros. La idea de que el colecho pueda generar niños dependientes no ha sido respaldada al cien por ciento. Estudios han observado que niños que dormían con sus padres cuando eran bebés luego eran más autosuficientes, por ejemplo, para vestirse solos, y tenían más independencia social, pudiendo por caso hacer amigos por sí mismos, en comparación con niños que habían dormido solos en su propia habitación.

Pérdida de la intimidad. Algunos especialistas indican que el hecho de que el bebé duerma en la cama puede distanciar a los papás y hacer que pierdan su intimidad. Mientras tanto, los defensores del colecho aseguran que siempre hay otros lugares en la casa para el sexo y la intimidad de la pareja.

Riesgos para el bebé. Hay quienes alertan sobre los riesgos de compartir la cama para el bienestar del bebé. Podría ocurrir, por ejemplo, que los papás lo lastimen al moverse de noche o que el bebé pueda asfixiarse con las sabanas. También es riesgoso que el bebé duerma cerca del borde y pueda caerse de la cama. El exceso de calor, la presencia de los papás trasmite calor, también podría agobiar y sofocar el bebé. En este punto, se recomienda a los padres tomar todos los recaudos posibles si deciden compartir la cama con el bebé (ver más adelante, recomendaciones).

El riesgo de muerte súbita. Uno de los puntos más preocupantes es la posibilidad de que el colecho esté vinculado a un riesgo de muerte súbita. El Síndrome de Muerte Súbita del Lactante (SMSL) o el Síndrome de Muerte Súbita Infantil (SMSI) ocurre cuando un bebé de menos de un año de edad muere repentinamente o en forma inesperada sin que una investigación exhaustiva pueda dar una causa clara.

Por un lado, defensores del colecho indican que al dormir juntos la mamá y el bebé sincronizan los ciclos del sueño, como así también el latido del corazón y la respiración, y se cree que eso podría reducir el riesgo de muerte súbita.

El Instituto Nacional de Salud y Cuidados de Excelencia del Reino Unido (NICE, por sus siglas en inglés) indica por su parte que aunque el síndrome de muerte súbita es raro, ocurre con mayor frecuencia cuando los padres o cuidadores duermen con un bebé en una misma cama o espacio (ver Guía NICE 37, en inglés).

Organizaciones de pediatras y profesionales han advertido además que se deben seguir ciertos recaudos importantes si se decide compartir la cama con el bebé.

Recomendaciones

A sweet one month old newborn baby girl is sleeping on her back in her crib, swaddled in a pink blanket.

Desde que la Asociación Americana de Pediatría (AAP, por sus siglas en inglés) recomendó que los bebés deben dormir boca arriba en 1992, los casos de muerte súbita de bebés se han reducido significativamente.

Las siguientes son algunas de las recomendaciones actuales en cuanto a cómo debe dormir el bebé de menos de un año, el síndrome de muerte súbita y la práctica del colecho (ver lista completa).

  • Los bebés deben dormir boca arriba, tanto en la siesta como en la noche.
  • Se debe acostar al bebé en una superficie o colchón firme que se ajuste a la medida de la cuna o moisés, con sábanas a medida. No debe haber ningún objeto cerca del bebé (ni almohadones, ni mantas, ni juguetes).
  • Se recomienda tener la cuna en la misma habitación que los padres o cuidadores, dado que esto facilita el cuidado y la atención del bebé y es más seguro que compartir la cama.
  • Solo se aconseja llevar al bebé a la cama para tranquilizarlo o alimentarlo.
  • Nunca se debe poner al bebé a dormir en un sofá, sillón, silla o butaca/asiento.
  • Si se decide compartir la cama con el bebé, se recuerda que eso puede ser extremadamente peligroso si:
    -el bebé es menor de cuatro meses
    -el bebé nació prematuro o con bajo peso
    -cualquier persona que duerme en la cama es fumador (aunque no fume en la cama)
    -la madre del bebé fumó durante el embarazo
    -cualquiera de las personas que duerme con el bebé ha tomado medicamentos o fármacos que le puedan dificultar despertarse o bebió alguna bebida alcohólica.
    -quien duerme con el bebé no es uno de los padres
    -la superficie de la cama es blanda como en el caso de una cama de agua, colchón viejo, sofá o sillón.
    -hay prendas en la cama suaves o blandas tales como mantas o almohadas.
  • Se deben mantener los objetos suaves o blandos, ropa de cama suelta o cualquier objeto que pueda aumentar el riesgo de aprisionamiento, asfixia o estrangulamiento fuera de la cama o superficie donde el bebé va a dormir.
  • Se aconseja intentar darle un chupón o chupete durante la siesta o en la noche. Esto ayuda a reducir el riesgo del SMSL, incluso cuando se sale de la boca después de que se duerme.
  • Se debe tener precaución con los productos que prometen reducir el riesgo del SMSL como los cojines o almohadas especiales para acomodar al bebé. Tampoco se debe confiar en monitores para el corazón o la respiración que dicen reducir el riesgo del SMSL.

La AAP no tiene una recomendación específica en cuanto al uso de camas adyacentes o durmientes (cunas conectadas a la cama principal) porque no hay estudios que hayan evaluado si tienen incidencia en el síndrome de muerte súbita.

Unicef Reino Unido, siguiendo las recomendaciones de NICE, también aconseja tener al bebé en la misma habitación que los padres o cuidadores, en una cuna al lado de la cama. Esto significa que pueden escuchar a tu bebé y responder a sus necesidades antes de que empiece a llorar o se aflija fácilmente sin tener que levantarse (ver guía completa, en inglés).

En caso de que decidas compartir la cama con el bebé, Unicef también aconseja mantener al bebé alejado de las almohadas y asegurarse que la ropa de cama no cubra su cara o cabeza. Además, indica que debes asegurarte de que el bebé no se caiga de la cama ni quede atrapado entre el colchón y la pared.

Por último, se recomienda a los padres o cuidadores que no pongan al bebé en una posición en la que puedan dormirse junto a él en un sofá o sillón.

Fotografías: iStock AntonioGuillem y ChristinLola

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