Consejos para evitar la muerte súbita
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Entre 1984 y el 2004, la tasa de muerte súbita, o sea el diagnóstico dado a un niño saludable que repentinamente muere antes de cumplir un año, había disminuido de 1 en 700 bebés a uno en 1,800. Esto fue el resultado de una campaña que realizó la American Academy of Pediatrics (AAP) que instó a los padres a poner a sus bebés a dormir sobre sus espaldas, o sea boca arriba.
Se piensa que a un porcentaje muy pequeño de bebés les cuesta despertar del sueño normalmente y que, si están durmiendo boca abajo, no inhalan suficiente oxígeno e inhalan demasiado dióxido de carbono. No obstante, las nuevas cifras de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) demuestran que la cantidad de muerte súbita se ha mantenido bastante estable en los últimos años. Sin embargo, lo más preocupante es el aumento en la tasa de mortalidad infantil atribuida a la sofocación no intencional o la estrangulación en la cuna (esto sucede cuando se encuentra a un bebé muerto con algo sobre la cara o el cuello). Esta cifra se ha triplicado entre 1996 y el 2004. El resultado de estas tendencias combinadas es que los bebés se están muriendo inesperadamente en cifras similares a las que existían en 1998.
Camas separadas
Dormir en la cama con el bebé incrementa enormemente la posibilidad de que un adulto lo sofoque. Los padres deben evitar que esta mala práctica se convierta en estilo de vida. Muchos investigadores están convencidos de que las cifras han aumentado y atribuyen este incremento al hecho de que muchos papás eligen dormir con sus bebés.
Esta forma de dormir y compartir la cama incrementa la posibilidad de que un adulto sofoque al bebé o que algún elemento de la cama, sea las almohadas, sábanas o frazadas, sofoquen al niño. Un estudio de Pediatrics mostró que un tercio de las familias comparten sus camas con el bebé —por lo menos algunas veces—durante los primeros tres meses, y el 27 por ciento lo continúa haciendo por un año.
Acuéstalo de espalda
Debes acostar a tu bebé boca arriba, aún cuando esté durmiendo una siesta. Muchos padres se resisten porque tienen miedo de que sus bebés tengan el síndrome de la cabeza plana, pero eso es prevenible. Simplemente tienes que darle a tu bebé suficiente tiempo de juego boca abajo durante las horas que está despierto y alternar la dirección que pones su cabecita cuando lo pones a dormir de espalda. Otros padres se preocupan de que los bebés se podrían atragantar si llegaran a vomitar y están puestos boca arriba. Esto es un mito; los bebés automáticamente tragarán o toserán cualquier líquido.
Algunos médicos aún recomiendan poner al bebé boca abajo en ciertas instancias porque puede ayudar con el reflujo o con gases, pero esta práctica sigue siendo peligrosa.
Mantén la cuna libre de cosas
No pongas nada allí, sean almohadas, sábanas sueltas, frazaditas o juguetes durante el primer año. Si quieres usar almohadillas que protegen al bebé de las barras de la cuna, busca las que son de una tela de redecilla, que les permitiría respirar a los bebés si se apoyan contra ellas. Tampoco dejes que tu bebé duerma con una almohada ni en una hamaca.
Foto: iStockphoto
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